Revista Educación

Se regala máster

Por Juanmartinezsalinas76

REFLEXIÓN SOBRE LAS AYUDAS A LOS MÁSTERES

Hace ya unos meses, concretamente a finales del mes agosto, publiqué un post sobre las ayudas del Gobierno para la matrícula en un máster oficial para aquellos que quisieran saber qué requisitos debían cumplir para solicitarlos porque el plazo se les acababa 30 de octubre del año pasado. La verdad que en ese momento me limité a recoger los requisitos y no procedí a analizar la medida, algo que voy a hacer en este post. Adjunto un magnífico post del Blog de José Carlos Amo que analiza y remarca de forma muy clara, los aspectos a mejorar de esta medida.

La verdad es que, como comentaba José Carlos en su post, me sorprende que esta noticia haya pasado prácticamente desapercibida en los blogs especializados, con muy poco análisis y comentarios sobre la misma.

Para comenzar, me gustaría decir que toda ayuda que incentive la formación es buena porque invertir en nuestro futuro siguiendo con el aprendizaje es provechoso y positivo. Sin embargo, tiene que tratarse de una formación de calidad que nos ayude a estar más preparados para poder acceder al competitivo y cambiante mercado laboral. Y claro, aquí empieza mi primera pregunta ¿Por qué las ayudas sólo van dirigidas a los másteres impartidos por la Universidad Pública? Quizás esto no tenga que ver con la reforma de la Universidad diferenciando entre máster, grado y diploma de especialización que, como siempre, se hizo deprisa, corriendo e improvisando.

También me gustaría saber si este tipo de medidas que pagan la matrícula del máster completo de la Universidad pública únicamente, ¿incentiva que las personas estudien un programa por la calidad del mismo o por que le pagan la matrícula? Creo que la respuesta es más que obvia: la gente que puede acceder a hacerlo gratis prefiere perder en calidad y acceder al que se da gratis. No se me malinterprete. No por ser gratis ha de ser de peor calidad. Lo que quiero puntualizar es que lo que prima es la gratuidad del curso, no la calidad del mismo.

Me gustaría reincidir en algo que no me canso de repetir. Un master no da trabajo y siempre recomiendo hacer aquellos programas que os enseñen algo, asegurándose de la idoneidad del temario, del profesorado, de las salidas profesionales de las personas que ya cursaron ese máster en otras ediciones, antes de apresurarse a hacer algo “porque me lo dan gratis”.

Creo que este tipo de ayudas deberían de ir destinadas a todos los másteres, sean de entidad pública o privada y dar un porcentaje de ayuda que pudiese llegar hasta el 90%, en función del importe del máster. Estoy totalmente en contra de que se cubra la totalidad del importe por una sencilla razón. Aquello que es gratis, solemos menospreciarlo y no darle la atención necesaria. Si tenemos que rascarnos los bolsillos, por poco que sea, siempre generará mayor interés. También es una forma que la institución que lo imparte, pueda hacer una criba más realista, eligiendo a aquellos que realmente estén interesados, evitando así, los alumnos fantasmas, o aquellos que a mitad de curso, desaparecen… porque ya no están interesados… “Total, es gratis”.

Tampoco me parece adecuado que se restrinja la edad: Actualmente, sólo pueden ser los que tengan entre 26 y 40 años. Lanzo la pregunta de siempre: ¿qué pasa con los mayores de 40? ¿Ya no valen? Es precisamente una edad a partir de la cual, las oportunidades laborales son más complicadas. ¿Por qué no pueden acceder a una ayuda en su formación especializada? Estos cortes de edad nunca los he entendido y me parecen discriminatorios. Deberían establecerse otro tipo de criterios de corte más objetivos, como por ejemplo una pequeña prueba de conocimientos para que todos los alumnos comiencen en le mismo nivel.

Al punto de que la ayuda sólo es para las personas que estén cobrando la prestación por desempleo, pregunto ¿Qué pasa con aquellos que no cobran ya? ¿No necesitan reforzar su formación? Quizás sea que como ya tienen algunos de ellos la ayuda de 420 euros al mes no precisan más y así hay para todos. Menos medidas pasivas y más fomento de la formación de calidad.

Está claro que esta ayuda sólo es para los titulados universitarios y es lógico que las personas con graduado escolar no puedan acceder a un máster porque se precisa un nivel de conocimientos superior para llegar a especializarse aun más. Sin embargo, ¿qué pasa con aquellos que tienen un grado superior de formación profesional cuyo nivel se equiparara a una titulación universitaria? ¿Acaso no precisan especializarse? Sinceramente, creo que también habría que darles la opción.

REFLEXIÓN SOBRE LAS AYUDAS A LOS MÁSTERES

Como ya he dicho antes, el colmo es que este tipo de medidas populistas de masa hacen que la gente decida hacer un máster “porque es gratis”. De no ser así, ni se hubiesen planteado hasta entonces hacer uno. La cuestión es obtener un título más, en este caso, regalado, aunque conlleve trabajo personal.

Se debe incentivar que la gente que quiera formarse puede acceder a este tipo de ayudas que fomenten la calidad y no la cantidad de másteres.

También es cierto que algunas entidades privadas inflan los precios de sus programas de másteres para que sólo puedan acceder las escalas sociales más elitistas, obteniendo así una mayor reputación, no por la calidad de la enseñanza, que no tiene por qué estar unida, sino por el coste. Siempre he considerado abusivo que un master pueda costar 20.000 euros o incluso más.

Pero no todo es malo en un Máster. Indudablemente, a parte de la formación y la práctica que puedan aportar, los másteres pueden ofrecer networking. Suelen tener contactos importantes que en un futuro, pueden ayudar.

Así que pienso que debemos de reflexionar todos ¿Qué finalidad debe tener un programa de máster?

Hay algo que me gustaría puntualizar. Si a los pocos días de haber pedido información, comienza la presión por parte de la institución para enrolarse, no creo que sea el máster para vosotros. Se tratará de una táctica comercial de una institución ávida por alumnos. Siempre se dice “quedan dos plazas, así que si quieres entrar en este máster, me lo tienes que decir ya”. Aquí, como se puede ver, entra la mente comercial, que se aleja de la necesidad formativa que los candidatos a ese curso están buscando. ¡Ya! ¡Ya! ¡Ya!… ¿Pero qué es esto? ¿Una carrera? Señores, un poquito de tranquilidad, por favor. La realidad suele ser distinta y no suele haber tanta necesidad para correr en la toma de decisiones.

Para aquellos que se decanten por el máster gratuito… ¿Por qué has decidido cursar este año un máster de la Universidad pública?


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