Quizá sea un poco desproporcionado, pero así es como yo me encontraba por dentro, a punto de estallar y llevármelo todo por delante, pero menos mal que todavía me queda algo de cordura.
Alguna vez ya he comentado por aquí que a veces Cangrejito se quejaba de que le pegaban, en realidad el tema viene desde primero de infantil. Por
Pero ahora en primaria, de vez en cuando, cangrejito me decía que le pegaban. Al principio no hice mucho caso porque me decía que era jugando, por eso me limitaba a decirle que no jugaran a lo bruto porque se harían daño.
Pero hace unas tres semanas tuvimos una conversación rara:
- Sabes papa, ahora aguanto mucho mejor los golpes.
- ¿qué?
- Sí, ahora casi no me duele cuando me pegan en el brazo.
- ¿cómo?
- Aunque todavía me duele cuando me dan en la barriga y en el pecho.
- que, que, queee??
- pero es jugando
- ¿pero vosotros a que jugáis?
- Es que a veces nos ponemos brutos y...
- Cariño, esos juegos no me gustan.
- Bueno ... a veces es jugando y a veces no.
- Cangrejito, de las veces que es jugando sólo puedo decirte que no juegues a eso. Pero los de las otras veces quienes son, ¿los mismos?
- si, bueno...
- Quien cariño?
- Cangreamigo1, cangreamigo2, cangreamigo3 y cangreamigo4, bueno cangreamigo4 sólo jugando.
- ¿Quieres que hable con la profesora o con sus padres?
- Si, con sus papas.
Yo me lo tome como una llamada de auxilio por su parte, porque anteriormente ya le dije que si quería que hablara con los papas de los que le pegaban y me decía que no, a pesar de ello se lo dije a su profesora. Ese día me di cuenta de que el corte en el labio que trajo unas semanas antes y el pequeño morado en el ojo, antes que eso, no habían sido fruto de encontronazos fortuitos.
En cuanto tuve ocasión empecé a hablar con los padres de los niños. Los dos primeros al día siguiente me dijeron que sus hijos decían que no, que no le pegaban (que van a decir). Durante un momento dudé, ¿se lo estaría inventando cangrejito?
Pero un día después uno de los padres vino y me dijo que había apretado un poco a su hijo y este le había reconocido que sí, que le pegaban a cangrejito, pero que el no. En ese momento se disiparon todas mis dudas, si es que las tuve realmente en algún momento.
Un día después pude hablar con el padre de otro de los niños, uno que no había visto porque lo recogen los abuelos y le expliqué lo que sucedía. Esta vez se sorprendió mucho porque su hijo era muy paradito, pero me aseguró que hablaría con su hijo.Al día siguiente, nos encontramos y me dijo que había hablado con su hijo y que este le había reconocido que era verdad, que sí que le pegaban a Cangrejito, pero que era un juego que tenían que se llamaba "pegar a cangrejito".
Esa misma tarde volví a hablar con todos los padres para que supieran que era verdad y que encima para ellos no era más que un juego. Los padres sorprendidos me han asegurado que eso se va a acabar ya. Yo estoy seguro en un 95% porque uno de ellos es uno de los nombres que no hemos dejado de oír desde infantil, así que....
De momento esta semana tengo reunión con la profesora para informarle de lo sucedido. Espero que esta vez no caiga en saco roto porque en diciembre ya le dije que cangrejito se quejaba de que a veces le pegaban en el patio del menjador, y no parece haber servido de mucho.
Tengo que decir que como padre me duele que tenga que pasar por esto, pero es más el orgullo que siento, porque realmente cangrejito nos cuenta las cosas y nos pide ayuda ante los problemas importantes,y eso, creo que es decisivo de cara al futuro.
Esta es una de las cosas que no entiendo del ser humano, ese uso de la violencia porque sí. Así os va, mucho avance tecnológico pero continuáis haciendo las cosas por fuerza, como cavernícolas con smartphones. Afortunadamente no todo el mundo es así, pero el porcentaje supera la mayoría todavía.