Se tapa estatua se enseña culo

La comida prevista para el pasado jueves entre el presidente francés y el iraní no tuvo lugar, fue suspendida. La culpa fue del vino; produjo efectos antes de ser bebido. La delegación iraní había pedido que se sirviera carne halal (no cerdo y sacrificada “saludablemente”). Pidió también que no hubiera morapio. Ambas cosas para cumplir con los protocolos musulmanes (prohíben el alcohol, incluso sentarse a una mesa en la que otros lo beban, comer cerdo y no sé qué más). Francia no quiso traicionar sus “tradiciones republicanas” en comidas oficiales y se negó (aparte de cabezonería e intenciones desconocidas).

Vale, se puede prescindir de cerdo, aunque creo imposible pecar por comer unas lonchas de jamón ibérico pata negra ante cualquier dios (qué menos dado el nivel de los comensales), para mí sería pecado no comerlas. Estaría dispuesto a abandonar mi agnosticismo si en lugar de cruces y caralladas varias ponen un buen pernil ante mi vista y olfato, dos sentidos que juntos pueden hacerme perder todos de golpe. Del vino, lo mismo, y si me aseguran que es sangre de cristo pues ya veré de qué bodega y añada se trata. Si la cultura o religión del insigne visitante prohíbe degustar determinadas bebidas y alimentos que son tradicionales en el país anfitrión con no probarlas debería ser suficiente. Si hablamos de respeto (flexible), a ver por qué privar a otros creyentes de lo que para ellos constituiría excelente agasajo, imponiéndose el respeto de una sola parte. Pero venga, pelillos a la mar, un día sin jamón y vino no es ningún drama…y debería pasar pronto.

En Italia tragaron bastante más. Aparte de renunciar a vino (y cabe suponer que cerdo) han abdicado de su Historia, que es tanto como renegar del orgullo por tenerla. La han ocultado, empaquetado en cajones blancos. Nada de Venus desnudas, guarras, provocativas, impúdicas. Mármol frío, “calentorro” para mentes inescrutables. No es la primera vez, en una anterior visita de un príncipe heredero de EAU se evitó el trauma que le hubiese supuesto el “marmolazo” de encontrarse con el escroto del mismísimo David, ¡válgame Dios! Coño, ya puestos a tapar un orgullo se podría destapar otro y vestir a las indecentes estatuas con algún diseño de Giorgio Armani, al menos la gilipollez sería de pasarela, reivindicando de paso la moda como en su día se hizo con la ahora ultrajada Historia. Quien sabe si no acababa convertida Italia en una potencia de Burkas último alarido.

Striptease

Conste que la delegación iraní negó haber exigido la ocultación de figuras o estatuas y nadie ha desmentido esta declaración. Hubo en las redes comentarios jocosos de ciudadanos iraníes que desvelaron la existencia en Irán de obras de arte públicas mostrando desnudos como una estatua de Hércules de 153 antes de Cristo o frescos de una catedral en Isfahan. Si esto es así, Matteo Renzi se pasó de frenada (y de mamada, con la venia). El dinero impone estos servilismos, ha hecho hincar más rodillas que la más mortífera arma o razón. Impone respetar sus costumbres mientras los orgullosos respetados se saltan las ajenas ¿Hospitalidad o ridículo? El respeto de otras culturas no puede ni debe implicar la negación de la nuestra. Reinas y embajadoras de Occidente se han puesto el velo en visitas al Oriente. ¿Por qué el Burka y otros zulos textiles de la mujer son habituales en occidente?

Me he pillado esta rabieta con Irán por las noticias leídas al respecto sobre el asunto pero ignoro cuantas nos han ocultado de otros “ejemplares” países islámicos con mucha más relación con occidente como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Catar en los que los derechos humanos son más bien torcidos y su desprecio conduce muchas veces a la pena de muerte simplemente por opinar del revés. Si, los gadafis, sadanes huseines, mobutus, etc. son los amos del dinero y por tanto del mundo y de las “costumbres”. La diplomacia debe ser tan bilateral como lo son los mutuos intereses, si Irán firma contratos con Italia por valor 17.000 millones de euros será porque le reportará beneficios también.

No soy racista, si acaso puedo contener trazas de racismo, ser políticamente incorrecto; es más fácil pecar de pensamiento que de palabra, obra u omisión. Pero hay noticias que alteran mi composición y paso de las trazas a tener trozos, de los que se ven. Amén.