Una vez agotadas las informaciones sobre defensa y diplomacia estadounidenses filtradas por el soldado Bradley Manning a WikiLeaks, su fundador, Julian Assange, anunció que había robado los secretos de la que presentó como una peligrosa CIA privada, la “Strategic Forecasting, Inc”, Stratfor.
Muchos medios informativos, en España “Público”, no consultaron Wikipedia y le pagaron a Assange sustanciosas sumas pensando que aquellos papeles, unos cinco millones de notas, serían mejores que los del soldado Manning.
Pero Stratfor no era unja agencia secreta ni una CIA privada y paralela porque estaba en el mercado para vender toda su información a precios bastante módicos, unos 500 dólares anuales.
WikiLeaks sólo había conseguido hacerle daño a una empresa fundada por el politólogo George Friedman en 1996, que es solamente una agencia informativa como AP o EFE, pero especializada en prospectiva e inteligencia, y cuyo sistema de trabajo es el análisis de múltiples fuentes, incluidas estas Crónicas Bárbaras o Elespiadigital.com.
Claro que si alguien quiere un estudio más profundo –una compañía que piense instalarse en Cataluña, por ejemplo--, Stratfor contrata a los mejores especialistas y le facilita al cliente, a precios mucho más elevados, los pros y los contras de su inversión en ese territorio de dudoso futuro político-económico.
Nada importante salió del robo de Stratfor, aunque se le hizo un enorme daño comercial que Friedman afrontó abriendo libremente sus archivos durante varios meses para que se consultaran gratuitamente, con lo que destruyó el mensaje de WikiLeaks.
Ahora acaba de cerrarse. Está abierto solamente a sus abonados, con mayor seguridad para evitar nuevos ataques piratas, pero a precio más barato que antes.
Puede hacerse usted espía abonándose a esa terrible “CIA paralela” por la módica suma anual de 129 dólares, esto es, cien euros.
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SALAS