Revista Opinión

Sea usted patriota y no pise un restaurante argentino en suelo español

Publicado el 18 mayo 2012 por Franky
SEA USTED PATRIOTA Y NO PISE UN RESTAURANTE ARGENTINO EN SUELO ESPAÑOL Aunque el gobierno español que preside Rajoy es cobarde por naturaleza y quiere contemporizar con la Argentina de Kirchner, la reciprocidad, que es el alma de la diplomacia justa, exige a los españoles que no pisen ni un sólo restaurante argentino establecido en España. Argentina, después de burlar las leyes internacionales al incautarse de YPF, propiedad de Repsol, ha vetado ahora también la importación de jamones "made in Spain", algo que a los gastrónomos españoles les encanta porque así se quedan con nosotros, sin emigrar, esos suculentos y deliciosos productos del cerdo ibérico, uno de los grandes manjares reconocidos por la alta gastronomía mundial..

Lo de Argentina contra España es ya una campaña y a las campañas hay que responderles con campañas recíprocas. Son ellos los que han empezado. En las presentes circunstancias, pisar un restaurante argentino establecido en territorio español es una especie de traición a los intereses de la patria y al honor de España, vejados por Kristina Kirchner y sus huestes de peronistas fanatizados.

Muchos se sorprenden de la actitud hostil de Argentina, pero si estuvieran informados descubrirían que lo que le pasa a la viuda negra es que estaba acostumbrada a que el débil y complaciente Zapatero le regalara todos los años algunos cientos de millones de euros, en concepto de cooperación internacional. El nuevo gobierno de Rajoy, con una dignidad digna y decente, les ha cortado el grifo porque España tiene problemas económicos y la viuda ha reaccionado como una energúmena, nacionalizando y apelando a un victimismo nacionalista de la peor estofa.

Los restaurantes argentinos establecidos en España ofrecen no sólo carne de regular calidad, muy inferior a la de raza retinta española, sino que también son centros de consumo de los malos vinos de Argentina y de otros productos como el dulce de leche importando, también de peor calidad que el fabricado en España. No consumir en esos restaurantes es la mejor y mas justa manera de comportarse como ciudadanos y de practicar esa sabia doctrina de la reciprocidad que ha presidido, durante siglos, las relaciones internacionales y que consiste en hacer con tu adversario justamente lo mismo que tu adversario ha hecho antes contigo.

Rubén

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Por  Ricardo Ernesto Ferro
publicado el 18 septiembre a las 18:23

Es increíble que sean tan, tan, pero tan BURROS !!!!