La tecnología HAMR ha permitido que un disco duro de 100 TB sea posible, y es lo que Seagate afirma llegar a materializar en 2030 al lanzar este increíble SSD.
Inclusive para el 2026, la empresa está segura de crear SSD de 50 TB, y es por eso que estima al menos cuatro años para llegar a los 100 TB, y posterior a eso, vendrán más capacidades como 120 TB que dejarán obsoletos otros SSD de menor capacidad.
Actualmente Seagate comercializa unidades de 3.5 pulgadas con una capacidad de 20 TB de la tecnología HAMR (Heat-Assisted Magnetic Recording). Este sistema hará posible que la empresa incremente la densidad de grabación en sus discos un 20% anual, lo que permitirá hacer unidades de mayor capacidad cada vez.
La firma asegura que la tecnología PMR (Perpendicular Magnetic Recording) dio todo lo posible por avanzar en temas de capacidad, y que es hora de darle paso a otro sistema. “Con la tecnología HAMR, se permitirá que saltemos en pasos de 4, 6 e incluso 10 TB de una sola vez”, dicen los voceros de Seagate.
Y con esta tecnología no solo cambiarán las capacidades, sino el soporte necesario para las mismas, por lo que se estima que unidades de al menos 40 TB aún no se podrán comercializar a corto plazo.
En el presente, el sistema PMR trabaja con platos o discos de aluminio o cristal que tiene una película nanogranular, y lo que se espera con la tecnología HAMR son componentes con películas magnéticas especiales que permitan una densidad de grabación de datos mucho mayor a 8 terabits por pulgada cuadrada en los próximos 10 años, cuando lo actual ronda en los 1.3 Tbits por pulgada cuadrada.
La empresa planea aumentar el número de cabezales de lectura y escritura, que se traducirá en un mayor rendimiento sumado a la nueva capacidad. Seagate está en proceso de desarrollo de su tecnología Mach.2 con dos de estos cabezales y las ha tenido a prueba en unidades experimentales.
Aunque el aumento de capacidad y de actuadores hace todo más complejo y más costoso en su producción, en Seagate aseguran que las unidades de disco duro tradicionales seguirán ofreciendo un coste por gigabyte más bajo que el que ofrecen las unidades SSD. Parece por tanto que el binomio entre unas y otras seguirá siendo realidad durante mucho tiempo.