Seamos optimistas

Lo reconozco. Muchas veces me puede el pesimismo. Abro las redes sociales, las webs de medios informativos o escucho la radio (la televisión hace ya unos 10 años que la abandoné, afortunadamente) y empiezo a pensar en lo de " meteorito, ven ya ". Lo que ocurre es que luego pienso en las enormes cámaras de eco que son los principales canales masivos de comunicación y se me pasa. Un poco.

Porque raramente nos damos cuenta de que lo que es noticia lo es por su rareza y no por ser norma. De que por cada persona que aparece en una noticia, en una sección de comentarios o en una red social haciendo o diciendo estupideces o siendo miserable, hay millones que no están ahí. Raramente nos damos cuenta de que lo que "vende" a la hora de conseguir visitas o visionados es lo bizarro y lo violento y de que los principales medios de comunicación hace años que abandonaron la responsabilidad informativa en favor de la rentabilidad económica y/o los beneficios indirectos de intereses empresariales y políticos que podemos intuir, aunque no podamos demostrar. Como tampoco nos damos cuenta de que una sociedad asustada es más propensa a consumir, a callar y a apoyar políticas restrictivas en aras de una seguridad que no es tal.

A día de hoy, 17 de noviembre de 2021, España está en una situación, respecto a la pandemia de covid-19, bastante buena; y debemos dar las gracias a las medidas restrictivas tomadas en este último año y medio, a la magnífica campaña de vacunación, a la sanidad pública y a los más del 80 % de españoles y españolas que han ejercido su responsabilidad vacunándose. A día de hoy, 17 de noviembre de 2021, hay una crisis de suministros que amenaza con dejar sin regalos de navidad a mucha gente, una inflación que parece va a seguir subiendo, bulos sobre grandes apagones, fantasmas del comunismo y una extrema derecha nada fantasmal y sí muy real que ya no solo insulta y odia en las redes y en la calle, sino que envía balas a ministros, lanza cócteles molotov a sedes políticas y quema coches delante de la casa de un alcalde del PSOE.

A comienzos de la pandemia, allá por marzo - abril de 2020, fuimos escépticos e incluso burlones con una frase que se hizo viral: "de esta saldremos mejores". Yo sigo pensando que sí, que de esto, muchos, saldremos mejores. Prefiero ser optimista y creer en utopías. Prefiero creer que nuestra sociedad nunca será como en Black Mirror (aunque muchas cosas de esta serie se basen en lo peor de nuestro presente). Prefiero pensar que nuestra primera presidenta será Yolanda Díaz, que al fascismo se le puede vencer y que Vox desaparecerá en la irrelevancia; prefiero confiar en que seguir siendo progresista y mirar al futuro con optimismo es mejor que ser conservador y añorar tiempos pasados. En definitiva, prefiero sonreír y seguir creyendo que la maldad o la falta de empatía son y seguirán siendo minoritarias, aunque en Internet, en la radio, en los periódicos o en la televisión se empeñen en que nos dejemos llevar por el miedo.