Revista Cine
En una calle muy céntrica de Vigo, una exposición itinerante con fotografías del proyecto Génesis de Sebastião Salgado. Una oportunidad increíble para poder admirar su obra. Varios paseos entre las imágenes, sin rumbo. Una visita guiada, y volver ya con más referencias. Una verdadera maravilla.
Con gran curiosidad, recuperando un documental empezado en un par de ocasiones, pero sin completar (incapaz de seguir cuando se centra en catástrofes humanitarias: Ruanda y Yugoslavia); ahora parecía un buen momento. Y sin duda lo fue.
La sal de la TierraUn viaje con Sebastião Salgado
Desde hace 40 años recorre los continentes tratando de captar los cambios de la humanidad. Ha sido testigo de grandes acontecimientos que han marcado la historia reciente: conflictos internacionales, hambruna, éxodos, etc. Sin embargo, ahora decide visitar territorios vírgenes con grandiosos paisajes, fauna y flora exóticos. Gran homenaje fotográfico a la belleza del planeta. Participan en el proyecto su hijo Juliano y Wim Wenders, también fotógrafo.
Un trabajo exquisito de Wenders, quien habla de la primera imagen que vio de Salgado y lo impresionado que se quedó. Sobre su escritorio está el Retrato de mujer tuareg ciega. Llora cada vez que lo mira.
La fuerza de un retrato es que en una fracción de segundo entendemos un poco la vida de la persona que fotografiamos.
Un recorrido por la vida, los sueños y el dolor de este hombre.
Su padre quería que estudiase una carrera. Eligió Derecho, lo dejó e hizo Economía, que parecía iba a ser su profesión. Hasta que se cruzó en su camino una cámara de fotos comprada por su mujer, Lélia. Ella lo impulsó y apoyó siempre. Deja su prometedora carrera, se trasladan a París y allí empezará con su verdadera pasión.
Inicio dubitativo (bodas, desnudos), antes de encontrar su verdadera vocación.
Un fotógrafo es, literalmente, alguien que dibuja con la luz. Alguien que escribe y reescribe el mundo con luces y sombras.
Recorre el planeta y es testigo de formas de vida y destrucción.
Somos un animal feroz. Somos un animal terrible, nosotros, los humanos.
Todo el mundo debería ver estas imágenes para ver lo terrible que es nuestra especie. (Ruanda 1995).
Nos parecía que el planeta entero estaba cubierto de tiendas de refugiados.
No creía en nada. No creía en la salvación de la especie humana.
¡Cuántas veces tiré al suelo la cámara para llorar por lo que veía!
Hundido, rendido, su padre enferma, y entonces un plan salvador:
En la tierra devastada puede volver a surgir un bosque.
No había libros que enseñaran a replantar una selva atlántica.
Es muy agradable tocar un árbol que has ayudado a plantar.
Pequeños brotes de árboles que han surgido durante la noche, como Alicia cuando entra en el País de las Maravillas.
La tierra fue el remedio a la desesperanza de Sebastião.
Un proyecto al medio ambiente, un homenaje al planeta. Y entonces fue cuando descubrieron que casi la mitad del planeta sigue como el día del Génesis.
Génesis 2004 - 2013. Empezaría por Galápagos. Quería comprender lo que Darwin había entendido.
Soy tan naturaleza como una tortuga, como un árbol, como una piedra.
En Argentina, desde el barco pudo tocar una ballena y mientras la acariciaba veía que su cola temblaba, a 35 metros. Una sensibilidad excepcional.
Una carta de amor al planeta.
Antes de este documental me deslumbraba el fotógrafo y su obra. Y ahora, además, lo admiro profundamente, por su honestidad y compromiso.
The Salt of the Earth. Director Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado. Guion Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado. Música Laurent Petitgand. Fotografía Hugo Barbier, Juliano Ribeiro Salgado. Francia 2014, 100 min. Premios César: Mejor documental. Festival de Cannes: Premio Especial del Jurado ("Un Certain Regard"). Festival de San Sebastián: Premio del Público.
Acceso al documental.