Llego un poco tarde con esta reseña, porque la verdad es que leí estos tres tomos hace bastante, y me gustaron un montón.
Los tomos 1 y 2 tienen cuatro relatos cada uno, y si te pones en situación, con la habitación casi a oscuras, y te sumerges en la lectura y nada más, sí que es verdad que dan bastante mal rollo. Aunque he de deciros que no son de terror terror, para mí entrarían más en la categoría de "gore", pero aún así consiguen meterte el canguele en el cuerpo, porque hay algún relato que tiene tela...
El tercer tomo tiene más relatos, seis concretamente, y aunque son más cortos, es el tomo que más yuyu me ha dado. Tiene dos relatos que yo definiría como terror psicológico tipiquísimo japonés, de este que te sueles encontrar en películas como The grudge, por ejemplo. Son situaciones que no te puedes quitar de la cabeza, sobre todo si van acompañadas de escenas que dan muchísimo asco y que impactan bastante.
Pero no solo gore y terror tienen estos relatos, encierran mucho más, sobre todo de la cultura nipona. He observado comportamientos muy machistas que me han asombrado un montón, y aunque sea algo normal para los japoneses, a cualquier europeo le choca encontrarse una escena como esta:
Decidme que no es impactante, porque aunque yo sepa que es otra cultura y tienen otras costumbres, yo veo esto y me quedo ojiplática como poco...
Y bueno, son muchísimos relatos, me podría poner a comentar uno a uno, pero sería una entrada extremadamente larga. Eso sí, si queréis que lo haga, decídmelo y yo encantada, que la verdad es que tienen mucha chicha: acoso, machismo, suicidio... tienen para dar y tomar.Para acabar, os lo recomiendo sin dudarlo, sobre todo si no estáis acostumbrados al género de terror pero queréis iniciaros en él. Tened en cuenta que si no sois amigos de sangres y vísceras va a haber más de una viñeta que os va a revolver el estómago... Pero yo encantada de la vida. tengo pensado completar la colección, porque me han encantado. Sobre todo me han dejado muy marcada dos: - La melena larga del ático- La mujer de las costillas sueltas