[Sección Literatura] Sapos y culebras y editoriales

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[Sección Literatura] Sapos y culebras y editoriales

Eleazar Herrera 20 febrero, 2014 0 [Sección Literatura] Sapos y culebras y editoriales

No es la primera vez que alguien me pide consejo sobre cómo entrar en el sector editorial, y viendo mi trayectoria como correctora a través del blog, se anima a mandarme un email. Yo siempre cuento la verdad: que fue la suerte quien puso una oferta de trabajo en mi pantalla y yo no perdí mucho tiempo en enviarles mi currículum (vacío en plan ancha es Castilla); tras una prueba de nivel y su valoración positiva, empecé a corregir. A propósito de todo esto, Antonio Martín aconseja que los correctores nos llamemos asesores lingüísticos porque causa menos rechazo. Algunos escritores deben de creer que los correctores hacen su trabajo desde una posición superior. Esta concepción del oficio es errónea, porque es una relación completamente horizontal. Repito: errónea. Y lo repetiré las veces que haga falta.

Siempre desde mi experiencia, lo siguiente que hago es intentar ayudar al interesado. No tengo contactos ni editoriales con las que haga reuniones secretas en la raíz de un árbol milenario, pero sí sentido común. Lo primero es hacer un barrido de currículums y tener paciencia. Si no contestan, ellos se lo pierden. Cuando llegue una respuesta favorable hay que leer atentamente las condiciones. Nada de aceptar miserias por ser “solo un corrector” o por desempeñar un trabajo del que “perfectamente” puede ocuparse el editor. Así salen luego los libros; así recordamos titulares históricos. Si además sois escritores aficionados, nunca aceptéis trabajar a cambio de que publiquen vuestra novela. ¿No es un tanto irónico trabajar a cambio de algo que tú y solo tú has escrito? ¡Encima habrá que agradecérselo! Eso es como pagar por que otros te permitan cocinar un plato que tú has creado. O lo que es lo mismo, coedición encubierta.

Las estafas están a la orden del día y es una pena que les dediquemos tanto espacio en las redes sociales, pero también es necesario incidir en ellas para ayudar a los que vienen. Ya está claro, entonces: relación horizontal autor — corrector — editorial y condiciones transparentes. Si no, mejor negarse antes que lamentarlo. Y sobre todo, dar a conocer estas situaciones sin miedo a represalias.