[Sección Literatura] Todos quieren ser Amanda Hocking…

FrikArte

[Sección Literatura] Todos quieren ser Amanda Hocking…

Eleazar Herrera 3 abril, 2014 0 [Sección Literatura] Todos quieren ser Amanda Hocking…

O Blanca Miosi. O cualquier otro: inserta nombre de artista que consiguió la fama por medios inusuales. No es extraño. La aspiración general de un escritor es poder vivir de lo que hace, de las historias que narra, de las firmas y los eventos. Por abreviar, convertir la escritura en algo que les dé de comer. Nada hay de malo en ello, salvo cuando se masifica la idea de que cualquiera puede ser un escritor superventas.

No todos somos Dan Brown; no tenemos facilidad para vomitar historias y convertirlas en un thriller político-religioso, ni tampoco para gustar con una prosa corriente. Y esta es la impresión que tengo a veces cuando paseo por Twitter y Amazon en busca de alguna novela que me llame la atención por sí sola. Porque si fuera por los autores no daría abasto entre bestseller y bestseller. Unos se coronan como superventas, otros se apodan, por ejemplo, “el nuevo Edgar Allan Poe” o “la sucesora de Stephanie Meyer”. Sé que no son más que estrategias de marketing, pero si ya me parece pretencioso por parte de las editoriales comparar un autor con otro (ya se sabe que las comparaciones son odiosas) aunque sea solo para captar determinado target, me parece pura ironía que también lo hagan los autoeditados, cuyo filtro entre los lectores y ellos es inexistente. Sospechoso es que uno se proclame a sí mismo sucesor de tal estilo. Esto no son artes marciales. No hay escuelas, no hay aprendices, no hay legado.

Los escritores autoeditados quieren distinguirse de la edición tradicional, y me parece una idea fantástica. Quiero dejar claro que autoeditarse no es un fracaso. Grandes escritores lo demuestran. Pero lo mejor que puede hacer uno para sobresalir en el mercado es ser único. Original. Intransferible. Un estilo imposible de adaptar porque tiene una impronta especial. Las influencias solo son eso, influencias. Una fuente de la que beber, pero no con ella construyes tu propio pozo.