Oscuro valle que se sumerge bajo
la penumbra en la dolorida soledad
donde el tiempo se detiene entre
los dedos del silencio.
Recuerdos prisioneros afloran desgastando
el sosiego del nuevo camino.
La noche dibuja sus labios que cubren
los montes erguidos ante la magia del deseo.
Abrazado a la locura
el tiempo escribe las huellas clandestinas
humedecidas por la lujuria.
Cabalga la protegida ante el juego.
Balanceos de placer frotan
con un goce delirante la piel
acariciando líneas infinitas
que se pierden en el cálido aliento.
Corrientes de sabores agitan
los jadeos de los amantes
que se pliegan en la ya calmada noche.