Secretos del Botánico (III)

Continuamos con la saga de Secretos del Botánico, para hablar un poco de un rincón que particularmente me parece increíble, la huerta del Jardín Botánico. ¿Quién pudiera pensar que en un lugar de estudio científico tan formal pudiera haber una huerta? Pues sí señores, una huerta, que también puede descubrirnos especies de hortalizas y verduras que no estamos habituados los urbanitas de hoy en día.
Me acuerdo que el último año de carrera nuestro profesor de horticultura nos obligó a hacer un herbario fotográfico de las plantas de huerta, para luego hacer un reconocimiento visual, y yo me fui al Jardín Botánico, porque tienen un amplio número de especies hortícolas. Desde entonces lo visito. Además es que ya no es sólo el uso productivo que tienen sino el ornamental y estético. Las lechuguitas de colores unas más acogolladas que otras. Los tomates, berenjenas, pimientos, calabazas con esos colores tan chillones y tan agradables que destacaban con el fondo de las matas de donde se producen y se desarrollan.
A continuación os enseño la huerta, para que veáis a lo que me refiero:

Flor de la cebolla

Calabazas

Sandia

Berenjena Red Ruffled

Me paro en esta fotografía porque la verdad es que las flores y las hojas era de auténticas berenjenas, pero el fruto parece más un tomate raff, cuando tiene esa coloración roja y brillante.
remolacha

Flor del Algodón

Esto sí que ya me sorprendió, la flor de la planta del algodón, una flor delicada y preciosa, con pétalos casi transparentes.

Tabaco



La planta del tabaco, de gran altura, pero de flores también preciosas.
Los productos de la huerta del Botánico no se consumen, lo advierten en las cartelas, pero es uno de los espacios compuestos por varios parterres, donde se puede estudiar y aprender qué tipo de verduras y hortalizas comemos, de donde proceden y cómo van evolucionando.
Espero que este pequeño recorrido por la huerta de Septiembre-Octubre del Botánico os guste. Pero es mejor verlo allí mismo.