Secuestrados review

SECUESTRADOS
Titulo original: SECUESTRADOS
Año: 2010
Duración: 85 minutos
País: España
Director: Miguel Angel Vivas
Guión: Miguel Angel Vivas y HJavier García
Música: Sergio Moure
Fotografía: Pedro J. Márquez
Reparto: Fernando Cavo, Manuela Vellés, Ana Wagener, Guillermo Barrientos, Dritan Biba, Martijn Kuiper, Xoel Yáñez.
Todo es tan sencillo, o tan complejo, como entrar en una urbanización, elegir una casa, esté habitada o no, y entrar dentro para llevarse hasta el cuchillo de pelar patatas. Esta historia la conocemos sobradamente a través de los medios de comunicación. La imaginamos como algo angustioso para los que viven en ella, intentamos ponernos en el lugar de las víctimas para captar sus sentimientos de terror y repulsa. Pero seguro que nunca pensamos que el terror fuese tan insoportable como el expuesto en este film.
En esta película casi lo sabemos todo antes de empezar, el titulo ya nos informa bastante de que va la cosa. Familia feliz, adinerada, propietaria de una vivienda lujosa en una elitista e idílica urbanización alejada de la gran ciudad, que está ultimando los preparativos para pasar la primera noche en su nueva casa. Por otro lado tenemos a los albano-kosovares de turno, ex militares, violentos, sin escrúpulos y, en este caso, con un españolito que hace de informador. Esa primera noche se les va a hacer muy larga a todos, sobre todo al padre de familia que encima tiene que intentar mantener una ”cordial” relación con el jefe de los secuestradores por las calles de la ciudad.
Claustrofóbica película de principio a fin, con un ritmo frenético, violenta, sin concesiones, realista, con personajes muy creíbles y dónde, aunque parece que todo acabará medianamente bien, el guión hace un giro magistral para dejar al espectador con peor gusto que después de comerse unas anchoas con yogur. Escenas muy bien trabajadas en cuanto a pulso narrativo y atmosfera axfisiante. Yo destacaría, entre otras, la de la visita del vigilante jurado de la urbanización, genial.
No tiene desperdicio. Sus escasos 85 minutos se nos antojan milimétricos, no necesitamos más, ni menos, para disfrutar de una de las mejores películas del 2010.