Publicación: Marzo 2013
Precio: 11,95€
ISBN: 9788415725046
Páginas: 356
Serie: Cazadores Oscuros #20
Puntuación: 3,5↑/5
Jess Brady perdió su vida en una terrible traición y renació de la mano de una poderosa diosa griega. Ahora una simple humana, Abigail Yager, está a punto de terminar con su vida inmortal. Pero a veces los dioses son caprichosos y convierten a los enemigos acérrimos en aliados inesperados. La elección es suya: ¿convertirse ambos en víctimas de un mal oscuro y ancestral o unirse para saciar su sed de venganza?
Me he fijado en que mucho de los comentarios que dejáis en las reseñas de los Cazadores Oscuros vienen a decir lo mismo: que es una serie demasiado larga, no está terminada, y muchos no habéis leído ni un libro. Razón por la que no apetece comenzarla. Vale, viéndolo desde ese punto de vista, es más que comprensible. Yo tampoco empecé a seguirla desde el principio, allá por el 2006, sino varios años después, cuando ya había bastantes títulos publicados. Sin embargo no me arrepiente para nada, ya que para mí es imprescindible en mi estantería y en mi vida. Necesito mi ración de Dark Hunters cada poco tiempo; ya sean novedades, como el que traigo hoy, o relecturas de los anteriores. Aquí es cuando tengo que insertar una advertencia: leer las novelas de la señora Sherrilyn Kenyon produce adicción.
Y esto no lo digo por decir. Preguntad a la mayoría de seguidores de esta autora. Puede que últimamente se le esté yendo un poco la bola -bueno, mucho- y esté creando una trama tan complicada que posiblemente ella misma no sepa cómo salir airosa... Puede que también repita el patrón de las historias, explotando aquello que sabe que funciona libro tras libro. Pero seamos realistas; yo me lo sigo pasando pipa leyéndolos. Quiero saber más de los antiguos personajes, de los nuevos, de los buenos, e incluso de los malos -vale, Artemisa no cuenta; diosas-zorras a mí no, gracias-... La cuestión es la siguiente: por muchos puntos malos que pueda encontrarle, o por muchas pegas que pueda ponerle según va pasando el tiempo, las cosas positivas siempre, siempre, superan a las negativas.
Dicho esto empecemos por las positivas, que son las que me gustan. En Sed de venganza he notado un cierto cambio respecto a los cuatro anteriores libros. Parece que volvemos un poco a la esencia de las primeras novelas de la serie, aquellas en las que el cazador oscuro se dedica a cazar daimons, vivir con un escudero que le hace un poco la vida imposible, lamentarse por el pasado, etc. Pero de un momento para otro todo se complica, aparece la chica, el malo malísimo, el Apocalípsis, los amigos que están a tu lado contando un chiste mientras intentan mataros... Vamos, lo normal en la vida. Un día corriente y sencillo. De los que a mí me gustan.
Sasha se apartó, muerto de risa.Al protagonista, Jess Brady, lo conocimos como el cazador-vaquero en Bailando con el diablo. Apodado Sundown, en su vida pasada fue uno de los pistoleros más temidos. Me ha gustado mucho descubrir que la personalidad que percibimos en su momento no ha cambiado para nada, manteniendo su buen temperamento y carácter encantador. Aunque, como todos los cazadores, es un ser peligroso y atormentado. Además, una de las cosas que ha conseguido sorprenderme es que al principio del libro presenciamos la escena de traición por la que murió, así como el pacto con Artemisa; algo que, si no me equivoco, no había pasado nunca.
Jess le lanzó el paquete de pañuelos.
-Al menos yo no me lamo la entrepierna.
-¡Oye!- le soltó Sasha-. Qué maleducado. Y para tu información yo no lo hago. Tenemos plena capacidad cognitiva en nuestras formas animales, y no pienso hablar más del tema. Niego tus sucias acusaciones. -Volvió a incorporarse y rió al ver a Jess-. Por cierto, tendrías que mirarte en un espejo.
-No pienso hacerlo.
Como he dicho hace un momento, nos alejamos de la trama que estábamos siguiendo y abrimos un pequeño paréntesis para conocer una profecía de las tribus indias americanas. En un principio puede resultar un poco lioso, pero según van encajando las piezas de la leyenda todo cobra mucho sentido, sorprendiendo bastante. Eso sí, deja abierta una puerta hacia un segundo libro dentro de esta mitología, del cual será protagonista un personaje importante de este libro. También nos encontramos con bastantes personajes que ya conocíamos, y del que destaco a Sasha, were-lobo que también apareció por primera vez en Bailando con el diablo. Sus escenas son algunas de las partes más divertidas del libro. Además conocemos a Choo Co La Tah, un anciano indio de lo más peculiar.
En cuanto a la parte del romance, sí es cierto que no ha estado del todo a la altura de lo que esperaba, de ahí que la nota haya bajado un poco. Me ha gustado, pero no es lo que más resaltaría de la novela; simplemente es otra parte más del libro que aporta sus cosas buenas, pero sin sobresalir por su pasión y amor desmedido. Abigail lleva toda la vida odiando a Jess, esperando el día en el que por fin pueda matarlo y vengarse... Así que tampoco es de extrañar que sea de esta forma. Un cambio tan radical habría sido un poco demasiado forzado.
Para terminar destacar dos cosas. La primera es la abundante acción que encontramos; prácticamente no paran de pelear, correr, hacer comentarios jocosos entre ellos, y un poco el ridículo en algunas situaciones... La otra es una escena extra al final del libro que hará las delicias -o no- de los seguidores de Acheron y su pareja... No voy a contar nada, pero creo que podéis imaginaros de lo que hablo...
Puntuación: 3,5↑/5