Badoliou es un empresario de la seda, quien llega a Lavallodid para instalar una hilandería, la cual no genera la confianza necesaria en las autoridades del pueblo. Hasta el día en que el empresario llega a la oficina del intendente con mucho dinero, y, como ya decía Napoleón Bonaparte hace muchos años, todo hombre tiene su precio.
A partir de ese momento los gusanos de seda y el Japón serán parte de la vida de JH, quien se dedicará a viajar clandestinamente al país oriental a traer de contrabando huevos de este tipo de gusano. Hari Kei será su vendedor, un hombre enigmático que posee entre otras “cosas” una joven esposa, extraña y silenciosa, dueña de ojos occidentales en un lugar donde Occidente no existe.
La vida de Joncour estará, a partir de su primer viaje al “fin del mundo”, dividida en dos: una tranquila y burguesa, con una esposa y una casa con jardín, y otra basada en la aventura, el peligro y la clandestinidad.
Con una narración sutil y exquisita, Baricco nos permite ser testigos de la vida de tres personas encerrados en una vida definida y determinada por otro, tres almas enjauladas, al igual que los pájaros exóticos que en algún momento son liberados, pero, a pesar de intentarlo, estas tres almas no logran escapar de sus cadenas.
Seda tiene múltiples interpretaciones, tantas como lectores, es de esas obras que no dejan indiferente a quien se acerca a ella. En muy pocas páginas despierta pasiones, provoca una infinita tristeza, enamora y genera odios.
Es un libro que recomiendo sin dudar, sabiendo que no todos llegarán al final con placer y que más de uno me recriminará la sugerencia, pero también sé que aquellos que logren encontrase con el alma de estos personajes, podrán colocar a Seda en el estante de sus libros favoritos.