Es bien conocido por todos que la obesidad es una enfermedad crónica multifactorial en la cual hay un acumulo de grasa en forma excesiva y en donde el índice de masa corporal supera los 30 kg/m² con perímetros de cintura mayores a 102 centímetros en hombres y 88 centímetros en mujeres.
La obesidad favorece la aparición de varias otras enfermedades como ser diabetes mellitus tipo 2, cardiopatías, artrosis, apnea del sueño entre otras.
Dentro de los factores que predisponen a esta patología se encuentra el sedentarismo entendiéndose este como la falta de actividad física que sumado a la demanda de consumo de la sociedad predisponen al exceso de peso.
El aumento de peso es un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las gastadas durante el día, así si ingerimos más de lo que nos corresponde respecto de nuestro requerimiento nutricional vamos a ganar calorías que serán almacenadas en forma de grasa corporal.
Por lo tanto siempre es recomendable realizar actividad física y en lo posible de manera aeróbica por lo menos 3 veces por semana, siempre considerando la edad y las imposibilidades que muchas veces trae la obesidad como ser la limitación de movimientos y articulaciones.
Cada gramo de grasa aporta 9 kilocalorías, por lo que debe tenerse presente a la hora de cocinar y emplear grasas o aceites en preparaciones.
La actividad física requiere energía (calorías). Las calorías son almacenadas en la grasa corporal. Los músculos de las piernas queman la mayoría de las calorías, lo cual hace que el caminar, correr y andar en bicicleta estén entre las formas más efectivas de ejercicio para reducir la grasa corporal.