Revista Erotismo

Segregando capitulaciones...

Por Josune
Segregando capitulaciones...

Deaht in Vegas-Aisha

Todo vibra bajo la percusión del desenfreno que eyaculan tus jadeos en mi convulso raciocinio, la luz entra por los ventanales mellados, cimbreando al compás de estos cuerpos consumiéndose en el tiempo que se pactaron. Mi delirios acusan tus líricos dedos, perfilando las notas donde amolar el sable escondido entre estos muslos inquietos...
Si, amartilla tu pulgar sobre este sumidero humedecido a punto de detonar, mientras restriegas tu dureza sobre mi cabeza. No puedo evitar que mis neuronas se fragmenten en abismos sin necesidad de por qués.
Y grito....y compongo la oscura suplica de heridas y susurros que licuen las lineas de la materialidad, para embeberme de fragmentos de ondas sonoras, de variaciones térmicas e invasiones quimicas con las que tejer las sabanas del ahora... la pugna enajenada que debemos aplacar.
Que delicioso es percibir como te declamas sobre mi... como cedes al descontrol con el que quiero garabatear los versos del próximo amanecer sobre tus retinas cuando se tinten malvas. Como tu sudor se fusiona con mis carnosas babas que adolecen de gula...
Vamos, follame... antes de que el sol nos acuse ante el estúpido destino, ese ente amorfo y caprichoso que nos podría joder bien... cuando la realidad nos acuchille con el rinrineante sonido de la jornada mal pagada.
Atragantame con la calidez de tu polla... callame y apropiate de todas mis palabras. Hazlo joder, antes de que se den vuelta las tornas. No permitas la oxigenacion de esta ascua ígnea queriendo devorar todo el combustible que nos vincula con el trascurrir hacia la finitud, mientras caminamos por aceras atestadas de anónimos.
La perversión es una linea discontinua en los limites de otros, esos que no quieren asolar ese país de deidades oscuras que residen en tu mirada, te invito a que me arrastres a la sumisión, donde me reconozca como la zorra mas afortunada.



Tu sangre propulsa oleadas vastagas del mismo Ares en esta carne blanca que se moldea al capricho de esta contienda, donde por puro vicio me dejo derrotar. Bombea la vida sobre este aderezo que degustamos en los pliegues ausentes de lo que en alguna remota era fuimos. Somos advenedizos de este ahora implacable, que bate en nuestras lenguas anudadas la angustia cofrade del que rumia salmos en honor a efigies existenciales.
Confabulemonos con los males piadosos de esta noche para que sodomicen al astro rey, y nos entreguen horas de lubricidad sobre las que masturbar al cabrón reloj y se alié con este secreto que prende en el derrocado pabellón de la oxidada fabrica. Seduce a los machos cabrios del mismo averno, para que arranquen el gaznate al engreído gallo que venga a concluir este cuento siniestro que numera y fisiona cada particula de mi ser.
Quizás nunca fui menos puta que ahora, quizás tu polla aniquile de golpe estas cadenas de deseo que generamos en aquella cafetería donde me buscaste mas allá de la parafernalia de cafés y cañas, donde me infectaste de la insondable magnitud de esos cosmos azabache que me arrancan de cuajo las bragas, y donde quiero depositar los requiebros de mi infierno.
¿Quieres jugar con el fuego primigenio que devoro ciudades?...pues vadearemos las riberas de lo que otros nos negaron, usurparemos los limites de lo convencional generando nuestras leyes, donde nos promulgaremos verdugos benevolentes de nuestra propia sed de sangre tibia en nuestros labios.
Cojeme, estoy aquí para ser tu sucia marioneta o la mano inquisidora que te haga danzar como un pelele de feria ante mis tetas heridas por tus dientes, queriéndome desraizarme de la vida que no comulgue con los ritmos de esta oscuridad y luz aceptada.
Silencia a esta diosa antojadiza y hazla cómplice de tu rabia liberada a borbotones de vacilante predilección... que tal vez, la fortuna nos componga un himno de gloria y nos envenene por siempre.
Aquí entre los restos vencidos de la sociedad, cabalga a esta voluble yegua, antes de que no te permita sujetar sus riendas... seducela con la monta del ducho jinete que la lanza ajena al miedo hacia la batalla de bocas desgarradas y blasfemias que se mofan de la muerte, inmersos en esta decadencia que nos resguarda de las normas sociales tumoradas.
Concedela la cortesía de empapar tu traje de este denso esperma casi amniótico que chorrea su vulva fustigada, tras el desahucio a topetadas de un ápice del vació que anida en sus entrañas....
Mecela sobre tus nalgas cuando dormitas en la tierra enferma de residuos ocres y viejas sacas, dejala bendecir tu espalda, con la comunión de vuestras esencias y que arañe con sus pezones galimatias, incitandote de nuevo a la ofensiva de rendirla a tus pies.
Querra cobrarse el arancel de tu paso heroico por sus fronteras... Hacer acopio de intensidades que almacenar como botín tras esta reyerta avocada a un fin impreciso y caótico que siempre pulula en estas debacles de pieles laceradas, de hieles de otras escaramuzas nos infringieron, postrándonos por siempre siervos del recelo.
Puedo escuchar el séquito de espectros aporreando la destartalada cancela por la que nos colamos, percibo los agasajos del viento y sus confidencias derramadas por almas enlutadas frente a la vida, vómitos de poeta y versos alienados en noches de torbellinos interiores. Se deslizan corrientes por los furtivos rincones de este desorden laberíntico de carne y esperanzas extraviadas, nutriendo la plenitud de este pasaje por el averno que pudiera desvestirse con desvergüenza y mostrar los caminos imprecisos de retorno al edén, renacer de pureza tras asolar todo lo inculcado y mostrarnos simples que reniegan de la puta luna.
No puedo precisar en convencimiento, si tus ojos horadan mas mi sexo, o es la firmeza de tu pasión cuando profanas mi dilatado ano. No tengo el aplomo necesario para negarte, solo soy acuchillada por estas embestidas de palpitante ansia, de que extirpes de un preciso tajo, vanos mañanas en cada sacudida.
Soy una incognita amordazada, esa cruz que se acomoda sobre tus hombros obcecada en la armonía de cedernos nuestros regazos en el después, tras consumirnos en carantoñas voraces, tras sacudirnos de alientos enemigos y sellar el único yugo a nuestro abrazo.
Resulta inquietante, ver la mierda que emponzoño este entramado, sublimando las huellas que dejaron sobre la arena herrumbrosa nuestro cuerpos, destilándose como clepsidras ajenas a la métrica del universo.
Ser estos organismos que reposan placidos de hartazgo, observando como el crepúsculo lubrica las claras de este día, que ya comienzo a vislumbrar sereno sobre la calidez de tu abdomen, donde rubrico con mi pelo... que siempre claudicare ante tu contacto.
Perdiendo o ganando... el caso, es ir tirando.



Esperando que alguien lo disfrute... Josune.



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