Un árbitro fue decapitado por un grupo de fanáticos en un
partido regional de fútbol celebrado en el estado de Maranho, al noreste
de Brasil, después de que la víctima matara a un jugador en medio de
una trifulca. El sangriento suceso ocurrió cuando el árbitro, Otávio
Jordao da Silva, de 20 años de edad, sacó tarjeta roja al jugador
Josemir Santos Abreu, de 31 años, quien insultó y agredió al juez del
encuentro. En medio de la trifulca, Da Silva le propinó una cuchillada
al futbolista que lo mató fue en ese momento cuando numerosos
espectadores furiosos entraron al campo de fútbol, al igual que amigos y
familiares de la víctima, y mataron a pedradas a un árbitro al que
además descuartizaron, según ha informado la Policía brasileña a través
de un comunicado y publican los medios locales.
El comunicado emitido esta semana indica que amigos y
familiares de Abreu inmediatamente “llegaron al campo de juego, mataron
al árbitro a pedradas y lo descuartizaron”. En una declaración oficial,
la Secretaría de Seguridad Pública de Maranho, que investiga el caso, se
compromete a “identificar y responsabilizar a todos los involucrados”,
esgrimiendo que “un crimen no justifica otro” y que “acciones como esta
no colaboran con la legalidad de un Estado de derecho”. Por el doble
homicidio ya hay tres personas detenidas que fueron identificadas por
los vídeos grabados con teléfonos móviles.