Con la llegada de los hijos, todo nuestro mundo cambia y, por consiguiente, también las relaciones que tenemos con los demás. Y diría que nuestra relación de pareja es la que más cambios sufre, ya que las cosas empiezan a girar en torno al nuevo miembro de la familia.
Sin embargo, hay que prestar especial atención a los cambios que permitimos que sucedan en nuestra relación, ya que estos a la larga podrían terminar afectándola y abriendo una brecha entre ambos. Lo ideal es lograr crear un balance entre nuestra vida como padres y nuestra vida como pareja.
A continuación algunas pautas para mantener la calidad en nuestra relación de pareja, cuando nos convertimos en padres:
- Aprendan juntos a cuidar y atender a su bebé: Siempre tengan presente que el bebé es de ambos, no solo de mamá, por lo que papá también debe participar en sus cuidados. Tomen turnos para alimentarlo, sacarle los gases o limpiarle el pañal; las madrugadas se vuelven más llevaderas cuando ambos se despiertan y se hacen compañía mientras alimentan al bebé. Ayúdense mutuamente, disfruten juntos de ese fruto de su amor que hoy llevan en sus manos. Verán que si ambos participan por igual, todo será más fácil y hermoso, y el vínculo entre ustedes se fortalecerá.
- No pierdan los detalles: Sí, lo sé... puede ser difícil pensar en detalles cuando estamos tan ocupados con esta nueva maternidad y paternidad, pero no es así. Detalles tan simples como dejar a mamá dormir más tiempo mientras papá cuida del bebé, o mamá ocuparse del bebé mientras papá ve el juego de baloncesto, parecieran poco pero les aseguro que hacen magia. Se trata de mantener viva la llama del amor, y de sentir empatía por quien amamos.
- Disfruten de sus conversaciones: Es normal que desde el embarazo los únicos temas que se hablen sea del bebé, pero es importante tratar de conversar también sobre otros temas diversos, de manera que logremos relajarnos y dar paso a nuestra vida de pareja. Hablen de sus gustos, de lo que hicieron durante el día, de sus metas... Por supuesto que el tema más hermoso siempre será hablar de nuestro bebé, pero es necesario abrirnos en otros aspectos para mantener los lazos de comunicación.
- ¡Escápense!: Bueeeno antes coordinen con quien dejarán al bebé, preparen todo lo que necesitará y asegúrense que no habrá problemas en dejarlo unas horitas con otra persona. Cuando hagan hecho todo eso, pues denle paso a su escapada romántica donde disfrutarán uno del otro como pareja que son. Tener momentos a solas les ayudará a mantener vivo su amor y a fortalecer la relación. Es cierto que extrañarán mucho a su bebé, no se los niego... pero cuando regresen renovados de su escapada, podrán disfrutar mucho mejor él, se los aseguro.
- No den espacio a los conflictos: Los problemas en la pareja siempre existirán, de todo tipo y a cualquier hora, sin embargo recuerden que el punto está en cómo los enfrentan. Si algo no les gustó o se sienten incómodos con su pareja, no pretendan que él o ella les adivine, mejor díganles lo que sienten. Ser completamente sinceros uno con el otro es una de las claves para que todo funcione y siga funcionando. Guardarnos el enojo solo nos causará estrés y afectará la relación, sobre todo cuando estamos aprendiendo a ser padres. Les aconsejo nunca dormirse enojados.
Son muchas las relaciones de pareja que terminan con el tiempo al llegar los hijos, o que sufren del síndrome del nido vacío luego de que sus hijos crecen y se marchan para formar su propia familia, y hasta deciden separarse porque sencillamente olvidaron cómo ser parejas, se desatendieron en el proceso. No dejemos que esto nos suceda.
Es maravilloso cuando nos permitimos disfrutar al máximo del fruto de nuestro amor como pareja, cuando juntos cuidamos de nuestro bebé y aprendemos a ser papás, cuando no hay exclusión y la pareja trabaja como equipo para hacer lo mejor por la nueva vida que tienen en sus manos. Por tanto, al ser madres, no nos podemos olvidar de también ser esposas, y sobre todo de ser mujer. Incluso, cuando logramos este balance entre nuestros roles, es sorprendente lo que disfrutamos de nuestro diario vivir.