Normalmente no suelo tener la costumbre de hacer circular cosas que me llegan por correo, de estas típicas que te dicen que si rompes la cadena te caerá una maldición y bla bla bla... Pero hoy he recibido uno que me ha hecho bastante gracia; es un decir, porque tal y como está el panorama casi daban ganas de echarse a llorar al leerlo.
El caso es que, según iba viéndolo, me han venido a la cabeza esos versos de Ramón de Campoamor:
Y es que en el mundo traidornada es verdad ni es mentira;todo es según el colordel cristal con que se mira.
Aquí tenemos las diferentes percepciones de un mismo objeto: una casa.
Nosotros, como dueños, la vemos así:
Si alguien tiene interés en comprárnosla, la verá de esta manera:
El encargado de tasarla por parte del banco verá esto:
Y por último, la Agencia Tributaria tendrá esta imagen de nuestra casa:
Es realmente curioso lo distinta que puede resultar una misma cosa según nuestras también distintas formas de mirarla...