Y siguiendo con los análisis respectivos de los resultados que hemos apreciado de las últimas encuestas donde está resaltando nítidamente la figura del ex-presidente, ahora candidato, Alejandro Toledo, les dejo este otro análisis realizado por Oscar Soto de La República de título La verdadera lucha, el segundo lugar, donde se basa en el hecho de que con la publicación de las más recientes encuestas electorales, queda claro que la pugna mas fuerte será entre los que aspiran alcanzar la segunda vuelta:
Con un Alejandro Toledo afianzado alrededor del 30% de las preferencias (según los sondeos de Imasen -encargado por La Republica-, el Instituto de Opinión Pública de la PUCP, Ipsos Apoyo, Datum y CPI) queda claro que los demás candidatos presidenciales habían estado enfocando mal su campaña (o mejor dicho, sus ataques).
Me explico. Si se tiene una candidatura con una tendencia clara y sostenida hacia el alza, y a la que no se puede dañar hasta ahora (pese a los sambenitos de Punta Sal, el whisky y recientemente la cocaína); ¿para que gastar baterías en ésta y no enfocarse mejor en tratar de entrar a una segunda vuelta en la que las opciones de vencer crecen exponencialmente?
La cosa es mas o menos clara: en el 2006, Alan García, con su habitual sagacidad política, enfocó todos sus esfuerzos en demoler a su competidora por el segundo lugar, Lourdes Flores, etiquetándola como "la candidata de los ricos". Una vez asegurado en la segunda vuelta, García y el Apra se dedicaron a cultivar el voto anti-antisistema, mostrándose como el hoy célebre "mal menor".
Es curioso, entonces, que tanto Fujimori como Castañeda, Ollanta y Kuczynski hayan visto a Toledo como su enemigo principal y juntos actúen en su contra (basta con ver los antológicos cortes de cabello para los exámenes toxicológicos). Esta acción conjunta solo hace que se uniformicen sus posiciones sin permitir matices que permitan una subida.
La tendencia al alza de Toledo parece firme, con una Keiko estancada en su 20% de siempre, un Castañeda en descenso pronunciado, un Humala que no termina de cuajar pese (o tal vez debido) a su nueva cara moderada y un PPK que pelea por pasar la valla. El escenario se configura para que las próximas semanas la lucha encarnizada sea por el segundo lugar, a menos que los candidatos sigan fragmentando el voto y terminemos en una victoria en primera vuelta.