Revista Cuba

Según Zoé Valdés el Médico de la Salsa está “aplastado por su propia bola”

Publicado el 09 enero 2017 por Yusnaby Pérez @yusnaby
Según Zoé Valdés el Médico de la Salsa está “aplastado por su propia bola”

Zoe Valdés nunca ha sido una persona de quedarse callada con las cosas. Muchos están en desacuerdo con su comportamiento irreverente y hasta pudieran no coincidir con su modo de pensar, pero lo que nadie puede cuestionarle es su valentía para llamar al pan pan y al vino vino, dicho en buen cubano.

Ahora indignada le responde al Médico de la Salsa, y le ilustra de cada uno de sus episodios de popularidad y desilusión .

Zoe Valdés es una escritora cubana de poesía, novela y guiones cinematográficos que adquirió la ciudadanía española en 1997. También es ciudadana francesa.

Entre 1984 y 1988 formó parte de la Delegación de Cuba ante la Unesco en París, y de la Oficina Cultural de la Misión de Cuba en esa misma ciudad.

Después de regresar a Cuba y de pasar un tiempo desempleada, comenzó a ganarse la vida como dialoguista y guionista en el ICAIC y luego fue subdirectora durante 4 años de la revista Cine Cubano (desde 1990 hasta diciembre de 1994).

En 1995 fue invitada a unas jornadas dedicadas a José Martí en Francia, donde se quedó con su hija y esposo en esa época, el cineasta Ricardo Vega. Políticamente, Zoé Valdés es ferviente opositora del régimen Castrocomunista de La Habana.

Resulta que Manolín ha sacado la cara en defensa de los músicos cubanos que alternan su coqueteo con el régimen de La Habana con sus presentaciones en Miami, los cuales han sido cuestionados,  especialmente en las últimas semanas en las que algunos han tenido el descaro de ir a llorar al dictador Fidel Castro en público y acto seguido pretender cantar para el exilio de Miami.

Según Zoé Valdés el Médico de la Salsa está “aplastado por su propia bola”

Zoé Valdés desgrana una primera idea que es la base de todo su enunciado: Manolín, el Médico de la Salsa, lleva algún tiempo creyéndose que es escritor, no lo es, pero él se lo cree y persiste aunque el mundo le niegue toda la razón, destacó la autora de ¨Café Nostalgia¨  y ¨Loba de Mar¨.

Para que se entienda mejor en toda su extensión Yusnaby Post reproduce el texto integro de la escritora Zoé Valdés:

APLASTADO POR SU PROPIA BOLA.

Manolín, el médico de la salsa, lleva algún tiempo creyéndose que es escritor, no lo es, pero él se lo cree y persiste aunque el mundo le niegue toda la razón. Como también se cree músico, y hasta médico, y tampoco es ninguna de las dos cosas, se haya graduado de lo que sea. Manolín, según advierto, fue descubierto por unos europeos, franceses para más INRI, y como mismo lo descubrieron lo soltaron, al percibir ellos a su vez que tras una canción de relativo éxito no había más que un humo más espeso que aquella niebla que inundó Londres en 1952. Manolín cayó en picada y a la deriva, después de haber bailado -es un decir- hasta el hartazgo encima de su bola, quedó al campo aplastado por esa misma bola.

Reapareció entonces en Miami, esa ciudad tan piadosa, siempre maltratada de mafiosa por los mismos con los que ella se apiada. Yo estaba en la casa de una amiga en Miami la noche en la que Manolín llegó por la frontera mexicana, y de ahí a casa de esa misma amiga. Lucía suave, fresco y bajito de sal, protestó enseguida porque su mujer se había quedado rezagada (si, yo tengo buena memoria). Sin una gota de sudor que delatara un enorme esfuerzo. Alguien había pagado por su “traslado”, me anunciaron. Manolín llegó a Miami y Miami como siempre lo recibió con los brazos abiertos, incluso cuando quedó claro desde el inicio que Manolín no era un exiliado ni un perseguido político, más bien un medicucho en su salsa. Craso error.

De un tiempo a esta parte, Manolín escribe cartas llenas de incongruencias y de llanticos melodramáticos, muy pajaritos para ser más exacta. Perdón, rectifico, porque tengo amigos pajaritos que jamás han llorado como llora este pedazo de chernona engreída que se cree intelectual. Sí, pajaritos que estuvieron presos en la UMAP, pajaritos que atravesaron el Estrecho de la Florida, pajaritos que han escrito tremendos libros encojonaísimos en contra del castrismo, y ahí están, en Miami, trabajando en lo que les toque, como trabajó hasta el último día de su vida Lorenzo García Vega, una de las grandes figuras del Grupo Orígenes, y trabajaron Carlos Victoria, Reinaldo Bragado (muy hombres ellos), entre otros que hoy están vivos y siguen trabajando en su obra y ganándose la vida. Sí, porque esos que mencioné por sus nombres ya están muertos, y nadie les dio nunca una explicación, ni recibieron una disculpa, ni les dedicaron una canción, ni les escribieron cartas defendiéndolos, o al menos reconociéndolos.

Manolín vomita en su última misiva una defensa abierta y asquerosa de los esbirros del castrismo que se aparecen en Miami a cobrar por las basuras de mamarrachadas que ellos llaman conciertos. Nadie los conoce en el mundo, no tienen carrera internacional, salen de los remates del castrismo a cobrar por su pendejada baratucha en locales más que extrañitos, pero ahí están locos por el verde, y no precisamente el verdeolivo, aunque de vez en cuando también. Manolín insulta al exilio ya desde el título de su teledirigida cartica, alegando que el exilio juega a ser como Fidel Castro. Nada más que por ese insulto, el exilio en masa, larga cola mediante, debiera sonarle unas buenas patadas por las nalgas a este imbécil que se cree la última Coca Cola del desierto cuando ni siquiera es la última chancleta envuelta en huevo que tocó por una casilla de la libreta de racionamiento.

Todavía no he leído una carta de Manolín dirigida en contra de esos esbirros que como recuerda Alex S Gonzalez en su reciente video firmaron cartas en contra de los presos de la Primavera Negra del 2003 y exigieron paredón para los tres jóvenes negros que pretendían huir de la tiranía arriesgando sus vidas en el mar. Pero Manolín no puede hacer esa carta justa, porque Manolín se encuentra en lo que él cree que es un equilibrio y no es más que el filo de su nocivo escupitajo oportunista y mediocre. Manolín no atravesó el mar en una balsa. A Manolín lo catapultaron con salsita podrida y todo en primera clase hacia Miami.

¿Qué le importa al exilio que este insípido nalguifricandeloso nos acuse con sus mentiras de lo que a él se le ocurra con ese cerebro de chorlito que no produce una canción desde el machadato, si sabemos que es una mentira como todas las que soltó su Comediante en Jefe, su modelo y maestro? Nada, no nos debe importar ni un milímetro en lo más mínimo lo que él diga o escriba.

Lo que el exilio de Miami está haciendo ahora, unido, no es para que Manolín lo apruebe o no, es para que el mundo lo respete de nuevo y lo apruebe y lo apoye. Como dijo ayer Ariane González ¡Make Miami Great Again! De eso se trata. Y Manolín y un pedo perdido en un baile es lo mismo.

Manolín no es ni músico del exilio y se quiere vender como que tampoco es músico de la tiranía, aspira él a ir por libre. Qué pena me da su caso, qué risa, más bien. Manolín es el clásico cambiacasaca de los que tanto hubo en todas las guerras. Y esto es una guerra. Óyelo bien, esto es una guerra en contra del castrocomunismo y sus secuaces donde no hay espacio para vacilantes ni vaciladores.

Todavía no he leído, ni la leeré seguramente, una carta vomitada por esa “excelsa” “pluma” “manierée” de Manolín defendiendo a los numerosos artistas y escritores cubanos a los que el castrismo prohibe entrar en su país, y mucho menos actuar y publicar en su tierra. ¿Quieren saber algo? No me importa en lo más mínimo.

Para terminar, espero que esa epístola del señor salsero medicamentoso sea ampliamente recompensada con cientos de conciertos programados en el Protestódromo, allí donde a él probablemente empiecen a darle cobertura a falta de buenos músicos, todos exiliados, pipa de ron barato a granel mediante. Porque para oír a Manolín hay primero que curdearse a matarse, y si es con guafarina partepescuezo mejor.

Tienen suerte los esbirros estos de que Estados Unidos sea un país de leyes, y por una parte de eso se aprovechan, de las leyes que también los benefician y encubren hasta cierto punto, y contra las cuales berrean ellos en los escenarios impuestos por quienes les han impedido vivir dentro de la legalidad de una sociedad que pudo haber sido de las más desarrolladas. Alguna ley existirá en Estados Unidos que impida que los representantes de los genocidas vengan a esquilmar el dinero de los contribuyentes para brindarle oxígeno a una dictadura de 58 años. Y si esa ley no existe habrá que inventarla.

Manolín escribió:

Fidel era de los que creía que había que reprimir el libre pensamiento y la libre expresión. Fidel creía que había que aplastar a los que pensaban diferente para que prevaleciera solo, lo que pensaba él.

Fidel era de la idea, que el que fuera sincero y dijera lo que pensaba, había que hacerle la vida difícil para hacerlo claudicar y dejara de ser sincero.

Y tal parece que el exilio admira los logros de Fidel en esa materia y quiere imitarlo. Tal parece que el exilio envidia lo que logro Fidel con sus métodos y el exilio está castigando a los que opinan y piensan diferente y premiando a los que callan y fingen.

Están utilizando algunos de los métodos de los Castro, castigando y reprimiendo la sinceridad y la libre expresión y estimulando así, la doble moral y la hipocresía. Es decir, si dices lo que piensas, el exilio te ofende, te acosa, te discrimina y te hace la vida difícil. Y por el contrario, el que calle, finja y sea un hipócrita con doble vida, ese no tiene problemas. Son métodos de Fidel y el exilio los está aplicando.

Por ejemplo: Los artistas que cuando murió Fidel, expresaron su sentir, están siendo atacados y castigados por el exilio, piden que se les niegue la visa y que no canten más en Miami. Y los que se escondieron no tienen problemas.

Eso es una barbaridad, no tiene sentido castigar a nadie por lo que sienta y diga, todo lo contrario. Lo que hace falta son argumentos para criticarlos y decirles, por qué creemos que están equivocados, pero no reprimirlos, ni acosarlos, ni hacerles pagar un precio por ello.

“The Place” un conocido centro nocturno de Miami donde a veces se presentan artistas de la Isla, lo han difamado, lo acosan e investigan y utilizaron como pretexto que le faltaba un papel y tuvieron que cancelar los conciertos en ese lugar. El papel puede que le falte de veras, pero el acoso fue por presentar a artistas de Cuba.

Y en honor a la verdad, “The Place” es uno de los lugares claves para el entretenimiento de muchos residentes de esta ciudad y sobre todo, para los artistas cubanos de Miami, pues ese lugar nos da trabajo a todos los artistas cubanos que vivimos en Miami, y aunque también presentan a artistas que viven en Cuba, es ocasional, pues el año entero nos da trabajo a los que vivimos aquí.

El problema de las presentaciones de artistas de Cuba en Miami, responde a que Miami es una ciudad de la Florida, USA, y este es un país de libertad y derechos, donde cada persona puede elegir libremente, asistir o no asistir a dichos conciertos. Pero, resulta que hay cubanos que no respetan el país que nos ha acogido y se creen con el derecho de hacer aquí, lo mismo que Fidel allá.

Además, “The Place” es un negocio para ganar dinero y los artistas cubanos son deseados por los clientes. El capitalismo es un problema de oferta y demanda. Y si por casualidad hay algo de bochornoso en esto, no es que se presenten en Miami los artistas que viven en Cuba. Lo verdaderamente bochornoso es en todo caso, que el público de Miami apoye más a los artistas de allá, que a los de aquí.

Si, es verdad que hay artistas de Cuba que dicen admirar a Fidel, y eso, por más que moleste, es derecho, problema y locura de cada cual y repito, no hay que hacerles pagar un precio por ello, lo que hay es que tener argumentos para darles nuestra opinión.

Pero, actuar como Fidel, hacer sus prácticas al mismo tiempo que lo criticas, eso es mucho más despreciable e inadmisible.


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