Acaba de salir a la calle la segunda edición de La Prosperidad 1862-2012.
El libro ha tenido una acogida extraordinaria y ha agotado las existencias de la primera edición en el almacén de Temporae-La Librería en algo menos de dos meses, lo cual me satisface enormemente como autor del mismo. Espero que esta segunda edición siga los mismos derroteros.
A pesar de que la campaña de promoción no fue muy intensa, si han sido numerosos los medios ( El País, en una bonita columna de Rafael Fraguas, la revista PLACET, en un artículo de Alfonso Espinosa, la Gaceta Local, en su edición de Madrid Norte, la publicación histórica Madrid Histórico, el semanario gratuito Gente-Norte, un elegante reportaje en Tele Madrid, etc.) que se han hecho eco de la publicación del libro. Incluso hubo algunos a los que no pude atender por problemas de incompatibilidad de fechas y horarios, muy a mi pesar. Mi agradecimiento a todos ellos por su interés.
Desde aquí quiero dar las gracias a todos aquellos que se han fijado en el libro. Quienes lo han comprado; aquellos que acudieron a las presentaciones y se acercaron a conocerme y a darme sus opiniones y consejos; aquellos que quisieron que les dedicase el libro y me felicitaron. Hubo quien dijo que le emocionó su lectura, por las evocaciones que le sugirió. Hubo quien echó en falta más cosas y más casas, y mi respuesta fue: “Manda el espacio, manda la editorial y no cabe todo”. Y es verdad. También manda el tiempo, que casi siempre es escaso.
Gente Digital. Mención al libro “La Prosperidad 1862-2012″ (Ed. Temporae, 2012)
También he de agradecer a los distribuidores por su labor, algunos soberanamente implicados por ser un libro de su barrio. Han sido muchos los vecinos de la Prosperidad que con su publicación se han reencontrado con su barrio, lo cual rinde al autor la emoción de haber ejercido de artífice en la recuperación de su memoria en quienes, siendo parte de su historia, habían perdido el hilo conductor que a él les unía.
Como hacer capítulo de aquellos a los que debo agradecimiento por La Prosperidad 1862-2012 sería repetir lo que ya figura en el apartado de “agradecimientos” del libro, prefiero reproducirlo textualmente:
“Han sido muchas las personas que han ayudado a que este trabajo saliera adelante. Desde el anonimato y con el interés de que el proyecto fructificase se sumaron a lo largo de 2012 vecinos de la Prosperidad y algún amigo amante de la historia de Madrid que aportó su valioso consejo y diverso material gráfico. No sería justo dejar de citar algunos nombres: Miguel Rodríguez, Ricardo Márquez, Carlos Moreno García, Benito Aguero, Enós Pastrana, Isabel Blas, Isabel Gea, Julia Alonso, Liliane Salvetat, María Jesús Martínez, Paco Montesinos, Rafael Blasco. Para todos ellos mi agradecimiento. Gracias también a la gerencia de Ballesol Principe de Vergara, a María Jesús de Temporae, y a Elvira Navarro, escritora y también bloguera, por su generosidad y por tan excelente prefacio. Gracias también a aquellos que mostraron su disposición hacia el libro y que, por falta de espacio, no han visto su participación reflejada en el. Si he dejado de nombrar a alguien, le ruego me perdone tan inexcusable olvido”.
Imagen del reportaje de Luis Azanza / José Dávila en el espacio Madrid Oculto del Diario de la Noche de Tele Madrid, el 4 de octubre de 2012.
Como resumen del libro, mejor que una disección pacata e insignificante encaminada a no desvelar su contenido, bien puede valer una somera entrevista que me hizo Enrique Villalba el 20 de septiembre de 2012, mucho más fructífera y reveladora, en Madrid Diario. Aunque Enrique también me hizo algunas fotos en el lugar donde tuvo lugar la entrevista, en la Plaza de la Prosperidad, no las publico aquí por la poca justicia que me hacen. A continuación, la entrevista tal y como se publicó en Madrid Diario:
Enrique F. Rojo (Madrid, 1964) es técnico de televisión, bloguero y escritor.
Su primer libro, editado por Temporae, es ‘La Prosperidad. 1862-2012‘, un recorrido en imágenes de este barrio de Chamartín, que cumple 150 años.
¿Porqué escribió este libro?
Es mi barrio. Me he criado aquí y he visto su evolución constante y paulatina. Uno va perdiendo la memoria de cómo han sido las cosas. No eres consciente de los cambios hasta que recapacitas y te das cuenta de cómo ha cambiado la fisonomía del sitio donde has vivido.
Prosperidad hace no mucho era casi todo campo.
Fue una de las primeras periferias de Madrid. Cuando la ciudad comenzaba a agrandarse con el ensanche de Castro, en 1862 comienza a gestarse el germen del barrio. Es cuando comienzan a venderse las primeras parcelas y a construirse las primeras casas bajas.
¿Cómo fue creciendo el barrio?
Cuando el barrio se crea, surge en torno al camino de Hortaleza -actual López de Hoyos-. El barrio se gestó sin ningún tipo de ordenación. Era todo lo contrario a los barrios planificados del ensanche de entonces. Los inmigrantes se fueron estableciendo en función de las parcelas que adquirían, construyendo de forma anárquica y sobre suelo rural. Se puede comprobar en un trazado urbano de calles estrechas y casas bajas. Era un pueblo. Algunas calles eran apenas caminos que hacían las veces de ramal de la vía principal, como la calle Canillas, que llevaba al pueblo del mismo nombre. La plaza de Prosperidad era un descampado que quedó libre y que no se ocupó, hasta que quedó como plaza. Era el lugar que servía de mercado al aire libre hasta que a mediados de los 50 se construyó el mercado municipal de Prosperidad. En 1973 se amplía la línea 4 de Metro y el barrio adquiere otra dinámica.
Gente Digital. Reportaje del libro “La Prosperidad 1862-2012″ (Ed. Temporae, 2012)
Abundaban los tejares…
Por el barrio pasaba un desagüe, con acueducto incluido, del arroyo Abroñigal que se conocía como el ‘canalillo’. Aprovechando el agua, se establecieron muchos tejares que daban servicio a la construcción del barrio y a las casas del ensanche.
¿Quién vivía en Prosperidad en esa época?
Casi todos eran peones de la construcción, trabajadores no especializados y gente de servicio que iban a trabajar al barrio de Salamanca y el ensanche. Luego se fueron creando villas de veraneo para la gente del barrio de Salamanca, para huir del calor de la concentración de la ciudad. La gente iba en el tranvía a trabajar al centro, aunque, al parecer, no funcionaba muy bien.
¿Cómo vivió el barrio la Guerra Civil?
No he querido entrar en ese tema. Se estableció una checa en una esquina de López de Hoyos. Los pequeños episodios generaron tensiones. En ese momento, la Prosperidad era un barrio de peones y tenía una tradición más de izquierdas. Todavía hay vestigios de la guerra. En el colegio Luis Bello, por ejemplo, hay un refugio antiaéreo y se llegaron a plantear pasadizos hasta la calle Pradillo.
Abundaban los centros de beneficencia…
El suelo era barato y había mucha necesidad. Daban servicio a vecinos del barrio y otros vecinos. Hay que entender que la gente vivía hacinada y sufría muchos problemas y enfermedades, como la tuberculosis. Había otras instituciones, favorecidas por la aristocracia. Por ejemplo, la viuda de Canalejas cedió un hotelito que usaba de casa de vacaciones para hacer un centro femenino. También la Asociación de Amigos de la Enseñanza, que daba servicio a niños y a adultos; y el centro de artistas y escritores, que mantuvo a intelectuales sin recursos como Ciro Bayo.
¿Qué ocurrió en el desarrollismo?
En esa época, todo lo que olía a naftalina se lo cargaban. La Prosperidad perdió ese aspecto de ser un pueblo encajado en una ciudad. El ánimo renovador y la especulación eliminó las viejas construcciones por otras modernas que hoy se consideran nefastas. No obstante, todavía quedan elementos diferenciadores como las casas bajas de neomudéjar y las colonias, que son como islas en plena ciudad.
En el libro afirma que el vecindario se aburguesó.
Está motivado porque todas las construcciones que se hacen nuevas desde los años 60 pretenden tener un mayor estatus. Las casas comenzaron a ser de más categoría. Atrajeron a otro tipo de perfil social, aburguesando el barrio. A cambio, empujó a los antiguos habitantes, que en muchos casos, con el dinero de la expropiación no se podían permitir comprar una casa en la zona. Este proceso se nota sobre todo en los límites del barrio: Clara del Rey, Santa Hortensia, Príncipe de Vergara y Ramón y Cajal.
¿Los vecinos siguen considerando la Prosperidad un pueblo?
Sospecho que cada vez menos. Las generaciones más antiguas desaparecen y los herederos olvidan o emigran. A cambio, se ha incorporado nueva población que ha asumido que es un barrio más, a pesar de que tuvo un pasado con personalidad propia.
(Enrique Villalba , 20-09-2012 )
Página de La Gaceta Local que recoge la publicación del libro “La Prosperidad. 1862-2012.”
Referencias.-
La Prosperidad 1862-2012 Facebook
Temporae Editorial Facebook
La Prosperidad / Temporae Blog
“La Prosperidad 1862-2012″, historia de un barrio de la periferia temprana de Madrid/ Entrada Blog sobre el libro
Recuerdos del barrio de la Prosperidad (Madrid)/ Blog Urban Idade