La primera de estas reuniones tuvo lugar cerca de las costas de Terranova a bordo del U.S.S. Augusta, allí Roosevelt y Churchill firmaron la Carta del Atlántico (14 de agosto de 1941) en la que esbozaron algunos de los principios que habrían de regir el mundo de posguerra caso de vencer los Aliados. No era un tratado entre dos Estados, en realidad era un listado de buenas intenciones.
Reunión de Churchill y Rooselvet en el U.S.S. Augusta el 14 de agosto de 1941. Procedencia de la imagen: https://www.un.org/es/sections/history-united-nations-charter/1941-atlantic-charter/index.html
Como se ve en el texto del documento que se adjunta más abajo, sus ocho puntos recogen unas bases para las nuevas relaciones internacionales:
- Renuncia a toda ambición territorial.
- No debía haber cambios territoriales excepto si se hacía con el consentimiento de los afectados.
- Respeto al derecho de los pueblos a elegir de forma de gobierno.
- Colaboración de las naciones en el plano económico, sobre todo participación en el comercio internacional y en el acceso a las materias primas en pie de igualdad.
- Colaboración de todas las naciones en el plano económico para asegurar mejoras de las condiciones de trabajo, el progreso económico y la protección social.
- Una paz que garantice a todos vivir con seguridad dentro de sus fronteras sin temor a agresiones.
- Garantía de la libertad de los mares.
- Renuncia al uso de la fuerza y desarme, especialmente de los países agresores.
- Respeto a la Democracia.
Reruerda los 14 puntos de Wilson. En septiembre, unas 15 naciones prestaron su adhesión a esta Carta.
LA CARTA DEL ATLÁNTICO (14 DE AGOSTO DE 1941).
El presidente de los Estados Unidos de América y el Primer Ministro representante del Gobierno de S.M. en el Reino Unido, habiéndose reunido en el Océano, juzgan oportuno hacer conocer algunos principios sobre los cuales ellos fundan sus espe-ranzas en un futuro mejor para el mundo y que son comunes a la política nacional de sus respectivos países:
1. Sus países no buscan ningún engrandecimiento territorial o de otro tipo.
2. No desean ver ningún cambio territorial que no esté de acuerdo con los votos libremente expresados de los pueblos interesados.
3. Respetan el derecho que tienen todos los pueblos de escoger la forma de gobierno bajo la cual quieren vivir, y desean que sean restablecidos los derechos soberanos y el libre ejercicio del gobierno a aquéllos a quienes les han sido arrebatados por la fuerza.
4. Se esforzarán, respetando totalmente sus obligaciones existentes, en extender a todos los Estados, pequeños o grandes, victoriosos o vencidos, la posibilidad de acceso a condiciones de igualdad al comercio y a las materias primas mundiales que son necesarias para su prosperidad económica.
5. Desean realizar entre todas las naciones la colaboración más completa, en el dominio de la economía, con el fin de asegurar a todos las mejoras de las condiciones de trabajo, el progreso económico y la protección social.
6. Tras la destrucción total de la tiranía nazi, esperan ver establecer una paz que permita a todas las naciones vivir con seguridad en el interior de sus propias fronteras y que garantice a todos los hombres de todos los países una existencia libre sin miedo ni pobreza.
7. Una paz así permitirá a todos los hombres navegar sin trabas sobre los mares y los océanos.
8. Tienen la convicción de que todas las naciones del mundo, tanto por razones de orden práctico como de carácter espiritual, deben renunciar totalmente al uso de la fuerza. Puesto que ninguna paz futura puede ser mantenida si las armas terrestres, navales o aéreas continúan siendo empleadas por las naciones que la amenazan, o son susceptibles de amenazarla con agresiones fuera de sus fronteras, consideran que, en espera de poder establecer un sistema de seguridad general, amplio y permanente, el desarme de tales naciones es esencial. Igualmente ayudarán y fomentarán todo tipo de medidas prácticas que alivien el pesado fardo de los armamentos que abruma a los pueblos pacíficos"
J. C. PEREIRA/P. MARTÍNEZ, Documentos básicos sobre Historia de las Relaciones Internacionales (1815-1991), Madrid, 1995, pp. 306-307.
En otra reunión en diciembre de 1941, conocida con el nombre de Arcadia, Roosevelt y Churchill ratificaron la Carta del Atlántico, crearon una Junta de Jefes de Estado Mayor formada por americanos e ingleses y redactaron una “Declaración de las naciones unidas en guerra contra Hitler” que firmaron 26 países.
El 1 de enero de 1942 se firmó el Pacto de Washington en el que 26 Estados en guerra contra el Eje se comprometen a no firmar la paz por separado.