Con toda la intención, he querido dejar el título sin completar. Se que esto implica un riesgo, ya que unos defenderán lo que vino después, mientras otros lo criticarán, vehementemente en ambos casos. Es un riesgo que acepto gustoso, ya que es la Historia de mi país, y como tal debe ser respetada.
El primer acto del Gobierno Provisional consiste en nombrar a don Niceto Alcalá-Zamora jefe provisional del Estado. El gobierno estará compuesto por: Presidencia: Alcalá-Zamora, Estado: Lerroux, Justicia: De los Ríos, Gobernación: Maura, Guerra: Azaña, Marina: Casares Quiroga, Hacienda: Prieto, Instrucción Pública: Domingo, Fomento: De Albornoz, Trabajo: Largo Caballero, Economía: Nicolau d’Olwer, y Comunicaciones: Martínez Barrio. Durante las 48 horas siguientes, el Gobierno lanza decreto tras decreto; los jefes del Ejército y la Armada se ponen a las órdenes de Alcalá-Zamora. Francia reconoce al nuevo régimen y envía a Madrid a su embajador en Moscú: Herbette, y poco a poco lo hacen el resto de los Estados. Pero no pararan ahí las novedades El gobierno crea una nueva bandera nacional, con tres francas horizontales: roja, amarilla y morada.
El 10 de mayo por la noche, gentes del pueblo, entre los que se han mezclado agentes provocadores, incendian algunos conventos. Algo no nuevo en España. En lo que respecta a Cataluña, ante la proclamación de la República Catalana, tres ministros se trasladan a Barcelona, y Macià cede a sus razonamientos, acordándose que quedará proclamada la Generalitat de Catalunya, y que se redactará y plebiscitará el Estatuto acordado en el Pacto de San Sebastián. Largo Caballero, por su parte, inicia la lucha contra el caciquismo, y mediante la Ley de Términos Municipales, se prohíbe emplear a obreros ajenos al termino municipal, mientras haya arados en el pueblo. Pero todo esto no basta.
Los comienzo de la Segunda República, nos lleva a desmenuzar los grupos políticos que se mueven por ahí: Azaña, es el líder de Alianza Republicana, partido de clases liberales, europeísta hasta la médula; en el Partido Radical Socialista, nos encontramos a Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz; a continuación, los Radicales, que podríamos situar más al centro, con Lerroux (el emperador del Paralelo), como jefe del partido, y su segundo Diego Martínez Barrio; Alcalá Zamora y Miguel Maura (el chulo del Negresco), son los jefes del Partido Moderado, ambos de procedencia monárquica; en una posición intermedia nos encontramos a Casares Quiroga, amigo de Azaña y Nicolau d’Olwer, y junto a ellos los Socialistas: Indalecio Prieto —más liberal que socialista—, Fernando de los Ríos y Francisco Largo Caballero, el más sindicalista del grupo que forma el gobierno.
Alrededor de este núcleo encontramos a figuras de prestigio: Julián Besteiro, socialista que tiene la extraña virtud de adoptar, siempre, la posición contraria a la deseada por el partido; Ángel Osorio y Gallardo, un monárquico sin rey; los anarcosindicalistas Ángel Pestaña y Juan Peiró. A la extrema izquierda, el débil Partido Comunista, dirigido por Trilla, Bullejos y Adame. Pero ¿y a la derecha? A la derecha no hay nada, todo el mundo se ha metido en casa, o se ha marchado al extranjero.
La historia de la República Parlamentaria aparece dividida en tres etapas:
El bienio Azaña, donde intentará contemporizar y establecer un status quo con las fuerzas feudales.
Una segunda etapa: bienio Lerroux-Gil Robles,, donde intentará incorporar a dichas fuerzas.
Y una tercera etapa, donde intentará aplastarlas, es el Frente Popular.
Enfrente, las fuerzas del feudalismo, apoyándose en la gran burguesía, primero intentarán ganar la República desde el interior, por medio de un golpe de estado gradual; pero cuando la reacción revolucionaria y electoral hagan fracasar este proyecto, lo intentaran desde el exterior, por medio de la guerra civil.
Las primeras medidas:
- El Gobierno convoca elecciones constituyentes para el 28 de junio de 1931.
- Rebaja la edad electoral de 25 a 23 años.
- Concede el voto a las mujeres.
- Por decreto concede la abolición de todos los títulos nobiliarios.
- El 7 de mayo crea los Jurados Mixtos de patronos y obreros.
- Reforma de la instrucción pública para combatir el analfabetismo.
- El Ministerio de Justicia decreta la libertad absoluta de cultos.
- Mediante otro decreto autoriza las demandas de revisión de arrendamientos y contratos.
- Reduce el Ejército: de 16 divisiones pasan a ser 8.
- Desaparece la ley de Jurisdicciones: los civiles no podrán ser juzgados por militares.
- Se disuelve la Academia General Militar presidida por el general Francisco Franco.
En las elecciones se eligen las Cortes Constituyentes, con el resultado de 385 escaños para los republicanos, contra 25 para las derechas. Se elabora un nuevo texto constitucional por una comisión presidida por Osorio y Gallardo, y luego por la comisión de las Cortes, bajo la presidencia de Luis Jiménez de Asúa. Según su artículo primero, España es una República democrática de trabajadores de todas clases. Y esta República es un Estado integral, compatible con la autonomía de los municipios y las regiones.
Pronto, las fuerzas feudales, rehechas de la primera situación de pánico, se lanzan al asalto. Las fábricas se cierran, las tierras quedan sin sembrar, la peseta baja (aunque a pesar de los esfuerzos por el capitalismo, se recuperará), los capitales huyen, hay rumores por todas partes, la prensa de derechas emplea un lenguaje soez, y el clero utiliza los púlpitos para hacer política. La reforma agraria prometida, no acaba de llegar y los choques son constantes entre labriegos y Guardia Civil. En agosto de 1931, en Castilblanco, son linchados y muertos cuatro números de la Guardia Civil. En enero de 1932 se produce un movimiento anarquista en la cuenca minera de Figols (Barcelona), sofocado por el ejército. En Arnedo se produce una matanza de huelguistas a cargo de la Guardia Civil, lo que hace que el general Sanjurjo, hasta entonces director general, sea sustituido por el general Cabanellas. Hay huelgas en Asturias, encuentros entre tradicionalistas y obreros en Bilbao. Se suprime la prensa profesional militar, y Azaña crea el Consorcio de Industrias Militares.
Tras numerosas dudas, las clases feudales, dando la razón a los sindicatos de Sevilla que lo habían anunciado meses antes, se deciden a dar el golpe, y en la noche del 10 al 11 de agosto de 1932, estalla un movimiento militar que intenta apoderarse del Ministerio de la Guerra y del Palacio de Comunicaciones de Madrid. En Sevilla el general Sanjurjo declara el estado de guerra, pero el gobernador resiste y los sindicatos declaran la huelga general. Desde Madrid se envían, por ferrocarril, soldados para sofocar el foco sublevado. No es necesario. Gracias a la huelga ha vuelto la normalidad, y Sanjurjo ha huido camino de Portugal. Su Guardia Civil lo detiene y lo envía a Madrid. Ante el juez, declara que, el movimiento iba contra el Gobierno, pero no contra la República. La reacción del Gobierno se limita a hacer votar por las Cortes la incautación de todas las fincas de la Grandeza de España, al tiempo que acelera la discusión del Estatuto y de la Reforma Agraria, que son aprobados, poco después. Cavalcanti, Goded y otros generales son detenidos. Mientras Sanjurjo es condenado a muerte. A petición de los socialistas, Alcalá-Zamora firma el indulto y es deportado a Villa Cisneros, junto a otros señoritos monárquicos, de donde se fugarán poco después.
El 12 de enero de 1933, se producen movimientos anarquistas en Andalucía y en La Rioja, y en el pueblecito de Casas Viejas, la Guardia de Asalto incendia una casa donde se han refugiado un grupo anarquista, muriendo todos en el interior. El oficial que lo ordenó, que posteriormente fue jefe en el ejército de Franco, había recibido órdenes del Director General de Seguridad, Arturo Menéndez de acabar con la insurrección. Sin embargo, serán las derechas las que se apoderen de este exceso de celo, acusando a Azaña de haber mandado disparar a la barriga. Las derechas y los radicales, aprovechan la ocasión para amenazar con obstruir todos los proyectos que se presenten en las Cortes. Los bancos se unen y niegan toda clase de créditos. Las derechas se reorganizan y nace la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), cuyo jefe es el discípulo jesuita y abogado José María Gil Robles.
Poco a poco se va a ir produciendo la caída del gobierno de Azaña, es necesario disolver las Cortes y proceder a nuevas elecciones, aunque una victoria de izquierdas parece segura. Para las derechas, es preciso esperar o realizar un golpe de estado verdadero. El primer gobierno Lerroux dura 28 días, ya que el 4 de septiembre de 1933, queda en minoría en las Cortes. Tras varios intentos frustrados, Diego Martínez Barrio, es el encargado de formar gobierno. El día 29 de octubre, José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador, en el Teatro de la Comedia de Madrid, pronunció el discurso que fundaba la Falange Española, con una frase que pasaría a la historia: “No hay más dialéctica admisible que la de los puños y las pistolas”. El día 9 de noviembre, el Presidente de la República, le hace entrega del decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones ordinarias para el día 19. El día 19, sin ningún incidente que altere el orden, la gente vota con el triunfo de las derechas que obtienen 179 diputados, mientras que el centro y las izquierdas obtienen 134 y 63 diputados respectivamente. En la segunda vuelta, los socialistas obtienen 60 escaños, contra los 27 de la primera vuelta; la Ceda alcanza los 115, contra 87; y los radicales 100, contra 79.
Martínez Barrio dimite, y Lerroux forma gobierno el 18 de diciembre de 1933, sostenido por la Ceda, cuyas juventudes de Acción Popular, vistan uniforme y saluden brazo en alto. Francesc Maciá muere el 25 de diciembre, y el Parlamento Catalán nombra a Lluis Companys para sucederle. Mientras, el Presidente de la república amnistía a Calvo Sotelo y a Rafael Benjumea y Burín (conde de Guadalhorce), ex ministros de la Dictadura, y el primero se convierte en el jefe de las derechas. Gil Robles, a partir de entonces, no actuará más, temeroso de la posible reacción del autor del desastre económico de la Dictadura. En la calle Falange Española comienza a actuar con asaltos a diversos locales de periódicos de izquierdas, a círculos socialistas, e incluso a los locales de la FUE; en las universidades las peleas se saldan a tiros.
Ante este ambiente, Lerroux forma nuevo gobierno el 3 de marzo de 1934. La ORGA, Acción Republicana y el Partido Radical-Socialista Independiente, se fusionan en Izquierda Republicana, cuyo máximo dirigente es Azaña.
El 5 de octubre de 1934, toda la cuenca minera de Asturias, se ha sublevado contra el gobierno antirrepublicano. Mieres es la capital de esta nueva Commune, y se forma un ejército minero que se dirige a Oviedo, donde penetra a fuerza de dinamita. Mientras, en Madrid, se declara la huelga general, aunque, en líneas generales, el movimiento obrero no sigue el ejemplo de Asturias, donde el Comité revolucionario, organiza el ejército y confisca todos los víveres y artículos de vestir. El ministro del Ejército nombra al general Francisco Franco, Jefe del Estado Mayor Central, él es el que ordena venir de África a los aventureros de la Legión Extranjera y a los moros, contra los obreros, cuya consigna es UHP (Unión de Hermanos Proletarios). Los soldados fuerzan el cerco de Oviedo, aunque durante una semana se resistirá desesperadamente, hasta que el Comité revolucionario les ordena deponer las armas, tras una entrevista de su mandatario, el diputado socialista Belarmino Tomás, con el general López Ochoa, que se compromete a no ejercer represalias. Pero al tomar posesión de su cargo de Jefe Especial de Orden Público en Asturias, el coronel de la Guardia Civil Lisardo Doval declara: “Estoy decidido a no ahorrar la vida de ningún revolucionario y a exterminar la semilla revolucionaria incluso en el vientre de las madres”. Las cárceles se llenan en 48 horas. Las empresas mineras despiden en masa a sus trabajadores. Durante siete semanas, toda la cuenca minera vive bajo el terror; durante la lucha se estiman en 3.000 los muertos y 7.000 los heridos; tantos como en la represión. En las cárceles de toda España hay unos 20.000 detenidos en espera de ser puestos ante algún juez. Los mineros, al pactar la rendición, afirmaron que no se veían vencidos, sino que entraban en compás de espera.
El quinto gobierno Lerroux jura el 3 de abril de 1935, y un más tarde se constituye el sexto gobierno Lerroux, con Gil Robles en el Ministerio de la Guerra y Portela Valladares, en Gobernación. Los gobiernos se van sucediendo sin grandes asuntos, hasta que, en septiembre, Alcalá-Zamora recibe una carta de un tal M. Strauss, hombre de negocios holandés, en la cual se denuncia que algunos elementos del gobierno y del partido radical, han aceptado regalos a cambio de prometer el permiso necesario para una ruleta eléctrica, conocida como Straperlo, y que ha sido instalada en el ministerio de Gobernación, con el radical Salazar Alonso al frente, a fin de probarla. La correspondiente denuncia será enviada a las Cortes, donde se nombra una comisión de investigación. El partido radical hace dimitir a sus ministros, y Chapaprieta, forma un nuevo gabinete el 28 de octubre.
La indignación por el asunto del estraperlo cunde en el país, pero en diciembre estalla un nuevo escándalo, el asunto Nombela (nombre del funcionario que lo denuncia), esta vez se debe a indemnizaciones irregulares concedidas a una empresa de obras públicas coloniales. De nuevo el Gobierno entra en crisis, momento que aprovecha Gil Robles para pedir el poder. El bloque de centroderecha queda deshecho. El 14 de diciembre de 1935, Portela Valladares forma nuevo gobierno, el cual durará quince días, momento en que las Cortes le niegan su confianza. Portela dimite y el 31 de enero de 1936 formará un nuevo gobierno, al tiempo que convoca nuevas elecciones para el 16 de febrero de 1936. El bienio de derechas ha terminado. La campaña electoral que se inicia es de una gran violencia verbal, excepto por Azaña, que defiende un gobierno estrictamente republicano. Gil Robles espera obtener 300 diputados (mayoría absoluta), a pesar de que las derechas no forman un bloque. Algo que, si existe con la izquierda, que se presenta unida en el Frente Popular, mediante un pacto firmado a finales de 1935.
El Frente Popular lo forman: Izquierda Republicana (Azaña), Unión Republicana (Martínez Barrios), Esquerra Catalana (Companys), Socialistas (Prieto y Largo Caballero), Comunistas (José Díaz), POUM (Joaquín Maurín) y la Izquierda Comunista (Andrés Nin), junto a algunos grupos menores catalanes.
Los anarquistas y la CNT se mantienen fuera del pacto, aunque indican a las masas la conveniencia de votar a los candidatos del Frente Popular, entre los cuales están Pabón y Ángel Pestaña.
Las elecciones celebradas sin incidentes el 16 de febrero de 1936. Tras la primera vuelta se ve la más que posible victoria de las izquierdas, cosa que se ratifica en la segunda vuelta, con el siguiente resultado: Frente Popular, 286 diputados; Centro, 46; y Frente Nacional, 141.
En enero, varios generales habían acordado sublevarse el 19 de febrero, en el caso de que el Frente Popular ganara las elecciones. Nada más conocerse el resultado de las elecciones, con la derrota de la CEDA, se produjo un primer intento de “golpe” encaminado a frenar la entrega del poder a los vencedores. El propio Gil Robles intentó, sin éxito, que el presidente del gobierno en funciones Manuel Portela Valladares declarase el «estado de guerra» y anulara los comicios. José Calvo Sotelo, líder de Renovación Española, apoyó la petición. Entre tanto, Franco, Jefe del Estado Mayor del Ejército, ordenó a los mandos militares, declarar el estado de guerra (según la Ley de Orden Público de 1933, el poder pasaba a las autoridades militares). El general Rodríguez del Barrio, sondeó a varias guarniciones militares de Madrid para que se sublevaran, sin embargo, tanto él como Goded fracasaron en sus gestiones. Franco fue desautorizado por Portela Valladares y se echó atrás, con lo que el intento de «golpe de fuerza» fue el contrario del previsto. El presidente del gobierno entregó, antes de tiempo, el poder a la coalición ganadora y Azaña formó nuevo gobierno. Una de las primeras decisiones de este nuevo gobierno fue alejar de los centros de poder a los generales más antirrepublicanos: Goded fue destinado a la Comandancia militar de Baleares; Franco, a la de Canarias; Mola al gobierno militar de Pamplona; mientras Orgaz, Villegas, Fanjul y Saliquet quedaron en situación de disponibles. Sin embargo, esto no sirvió para frenar el golpe de estado que se produjo entre el 17 y el 18 de julio, ya que, en algunos casos, como el de Franco, le hizo aumentar su rechazo al gobierno de Azaña, pues consideraba su destino a Canarias como un destierro.
OTRAS PÁGINAS DE ESTA MISMA SERIE:
Segunda República Española-Antecedentes: LEER AHORA
BIBLIOGRAFÍA
Segunda República de Rubén Buren
Breve Historia de la Segunda República Española de Luis F. Iñigo Fernández
La Revolución española, vista por una republicana de Clara Campoamor
Segunda República Española (1931-1936) de Julio Gil Pecharromán
Historia de la Segunda República Española de Luis Palacios Bañuelos
Historia de la Segunda República Española de Victor Alba
Diversos capítulos de mis Blogs Personales: COSAS DE HISTORIA Y ARTE y Una biografía en tu pantalla de Ramón Martín Pérez
Más información obtenida de libros, periódicos, páginas web y folletos, en los cuales no se hace mención alguna de titularidad de derechos.
La mayoría de las fotos están tomadas de Internet y en algunos casos son del propio autor.
En el caso de la existencia de un titular de los derechos intelectuales sobre estos textos e ilustraciones, y desea que sean retiradas, basta con ponerse en contacto conmigo.
Ramón Martín