Revista Diario

Segunda ronda

Por Mamareciente
Una de mis mejores amigas está “recién embarazada”. Es su segundo bebé y la anterior es una niña que tiene ahora 19 meses. Por tanto los niños se van a llevar poco tiempo. Estamos claramente inmersos en la segunda ronda de retoños. Bueno, los que hemos empezado, ya que hay un porcentaje alto de amigos de mi edad, en una estimación rápida me sale del 50%, que todavía no se ha puesto a la tarea de elevar nuestra tasa de natalidad (sobre estos individuos insolidarios hablaré en la próxima entrada).

Los que sí lo han dado el paso de ser padres han debido de pensar aquello de “el comer y el rascar todo es empezar” y enseguida han tenido un segundo hijo. Ejemplo número uno: 11 meses de diferencia entre el nacimiento del primer y el segundo bebé, ejemplo dos, 25 meses de diferencia y ejemplo tres, el que origina este post, 27 meses. En los tres casos, niños bien seguiditos. O bien los padres han pensado lo que decía antes, o bien es el hecho de que cada vez somos padres más tarde y cuando nos ponemos a ello nos entra el acelerón. Por cierto, que con la progresión que acabo de enumerar, tengo algunas papeletas para ser el ejemplo cuatro, no…?En relación con todo esto, hace algún tiempo que pienso en qué es mejor: que los hijos se lleven pocos meses o que nazcan algo más distanciados. Cuando digo distanciados me refiero a tes, cuatro o cinco años; no más. Cuando la diferencia de edad es mayor pienso, sin saberlo por experiencia, que el vínculo entre hermanos no es igual de intenso pues no se han criado juntos o si lo han hecho han compartido menos cosas; por ejemplo cuando uno es ya adolescente el otro es un mocosete todavía.Sin embargo el caso del primer ejemplo que he mencionado antes, en el que los hijos se llevan sólo 11 meses, me resulta un poco excesivo y apurado. Para el cuerpo de la madre, a duras penas recuperado del primer envite , le llega ya el segundo. Otra vez baile de hormonas y todos los demás cambios que supone un embarazo. Por otro lado creo que dos niños tan pequeños son una prueba de fuego para la estabilidad de la pareja, además de suponer una alta dosis de cansancio, poco tiempo para dedicarles en exclusiva, etc. Pero sobre todo, lo que me hace dudar más sobre las bondades de este caso es el pensar si será tan abrumador el trabajo que lleva implícito, que impedirá disfrutar al cien por cien de los niños mientras son pequeños.Hasta aquí personalmente lo tengo más o menos claro. Digo más o menos, porque en esto no creo que haya realmente situaciones buenas o malas, pues cada uno tendrá sus circunstancias. En cualquier caso me planto en el medio y pienso que lo mejor es que los hermanos no se lleven ni mucho ni poco. Pero cuándo el mayor cumple un añito, a partir de ese momento, ¿cuál sería el momento ideal para tener un segundo hijo? ¿Es mejor esperar y poder así disfrutar más del mayor primero, y luego del pequeño (pues el mayor será más autómomo)? ¿O es mejor pasar de golpe el “achuchón” de los primeros meses y además es bueno para los hermanos el llevarse poco tiempo?


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