Segundo aviso. El mundo se acaba

[Pon sonidos de fanfarrias infernales, de esas que hacen susto] ¿Has oído como unas trompetas sonando de ninguna parte? ¿No tienes la impresión de que algo no funciona al ver que la playa está llena de gente un 20 de Enero porque hace nada menos que 24 grados? ¿Te parece normal que ya no llueva ni siquiera en las fotos? Hace un par de meses un montón de científicos de todo el mundo ( 15.364 para ser exactos) publicaron un artículo en el que nos avisaban sobre el empeoramiento de las condiciones de vida en este planeta. Tenemos la bola esta en la que viajamos por el espacio hecha unos zorros y lo peor es que continuamos contaminando como si tuviésemos otro mundo al que mudarnos mañana mismo. Parece ser que no nos importe el que cada vez estemos más enfermos, que cada vez sea más común que una tormenta, un huracán o cualquier catástrofe insospechada se nos lleve por delante. Vamos listos, porque además no escarmentamos. Este ya es el segundo aviso de este tipo que nos da la comunidad científica y ha vuelto a pasar de puntillas por alguna página perdida de los periódicos, de hecho he tardado semanas en enterarme de ello. Me parece que hasta que no nos esmorremos y sea tarde no nos daremos cuenta de lo que nos están diciendo y entonces vendrá lo de siempre, los lamentos.
Resulta que este ya es el segundo aviso por parte de los científicos que se han dado cuenta de que si el planeta se nos va a freír monas no tenemos nada que hacer. La primera advertencia la lanzó la Unión de Científicos Preocupados en 1992. ¿Resultado? Pues que Veinticinco años después han de volver a tirarnos de las orejas con un “segundo aviso” porque todos los indicadores han ido a peor, especialmente los que tienen que ver con la contaminación del aire y el cambio climático, ese que hace que el domingo en Valencia la gente estuviese tostándose bajo el sol en la playa en pleno mes de enero con un refresco en la mano porque, de verdad, no se podía estar.
En aquél primer aviso se nos advertía de la que se nos venía encima porque estamos convirtiendo el planeta en una escombrera y si no cambiamos la manera de tratar a la Tierra y la vida sobre ella nuestro hogar quedará destrozado para siempre. Veinticinco años después recibimos un segundo aviso. No hemos hecho los progresos necesarios para dar la vuelta a la situación, el planeta se nos hunde y eso no es una broma. Según los científicos es necesario que insistamos para que los gobiernos realicen acciones urgentes para parar la destrucción por el bien nuestro y de nuestros hijos, Según nos dicen queda poco tiempo pero es posible que si nos podemos en marcha se pueda remediar. Pero para ello debemos tomar consciencia de la magnitud de la tragedia. Debemos darnos cuenta de que si nos quedamos sin planeta ya nada importa, ni siquiera que nuestros gobiernos nos sometan, o los escándalos, o el latrocinio de las clases políticas, o que si la vecina del tercero pone la música altísima. Deberíamos abrir los ojos y darnos cuenta de lo que están diciéndonos, se trata de la vida, simplemente de eso, de la vida en este mundo.
Nos estamos cargando la vida de este planeta y ni nosotros ni nuestros gobiernos queremos darnos cuenta. No se como no podemos entender que si el planeta muere morimos todos, así de simple y así de terrorífico. A mí por lo menos me preocupa, igual es porque no tengo una nave interestelar con la que huir a cualquiera de los exoplanetas esos recién descubiertos, nuevecitos. Lo más que tengo es un cochejo al que estoy mirando con el ojo izquierdo desde que leí a los científicos asustados diciéndonos que o paramos de contaminar o ya verás tu que risa, el problema es el de siempre, no hay “parné” para cambiarlo. Queda poco tiempo, ¿seremos capaces esta vez de tomárnoslo en serio y decirle a gente como la del PP que ya basta de intentar cobrarnos por el Sol (no bajan del burro ni quedándose solo en el Parlamento Europeo, hay que ver lo que deben ser las puertas giratorias) o permitiremos que nuestros nietos tengan que abandonar el planeta para ir a vivir, literalmente, en La Luna, como poco?.

Mientras tanto… ¿Oyes esas trompetas? El final está cerca.