Segundo día de adaptación a la guardería

Si ya me cuesta creer que haya pasado agosto y estemos en septiembre, darme cuenta de que mi hijo ha superado ya dos jornadas de adaptación a la guardería me parece increíble. ¡Se me está escapando el tiempo!.
Mi marido ha cogido de vacaciones hoy y mañana, sus primeros días de vacaciones en todo el verano. Las fechas han sido casi casi impuestas y son malas porque con la jornada de dos horas del bebito ni podemos pasar la mañana con él (con el día nublado que hace hoy hubiera sido genial ir a Faunia o al Zoo a primera hora) ni tampoco podemos aprovechar nosotros para hacer algún plan, como comer tranquilamente. Pero anoche se me ocurrió una alternativa que sí era viable y que nos encantaba hacer antes de que yo me quedara embarazada: hacer un brunch.
Así que esta mañana cuando le hemos dejado en la guardería a las 10 nos hemos ido al Vips abierto más cercano y nos hemos zampado un gran desayuno. Yo me sentía rarísima. Una mezcla entre el vacío de no estar con el niño después de tanto tiempo y el descanso y el silencio de no escuchar su ñiiiiiiiii. Ha sido una experiencia bastante agradable, para qué negarlo.
En contra de las previsiones, hoy se lo ha pasado mejor que ayer. Me ha comentado una abuela que gateaba mucho y rápido, yo no he llegado a verlo, pero desde luego en casa apenas gatea, quizá se haya referido a arrastrarse. Estaba contento cuando me ha visto ¡y nuevamente me ha echado los brazos! (¡yujuuuu!). La educadora me ha dicho que hoy casi no ha protestado y que ha estado de mucho mejor humor, nada que ver con ayer. Probablemente se deba a que la noche del martes al miércoles la pasó regular y durmió poco y sin embargo esta noche ha dormido casi 13 horas del tirón (¡a las 19.40h ya estaba durmiendo!).
De hecho, aunque estaba cansado cuando lo hemos recogido, no estaba desmayao como ayer y he podido darle de comer sin mayor problema. Ahora mismo acaba de caer rendido en su cunita, espero que se duerma una buena siesta porque esta tarde le toca piscina, su último día, por cierto (ya hablaré de los motivos en otra entrada, que tiene cierta miga lo que tengo que contar).
En fin, que hoy estoy mejor. Ayer estaba rota de los nervios y no me gustó verle tan apagado cuando le recogí. Hoy, entre que estoy acompañada en casa y que le he visto contento, estoy más tranquila. Parece que va bien la cosa, ¿verdad?.
¡Ah!, hoy ha cumplido 11 meses. A ver si saco otro ratito por la tarde para contar los cambios.