Revista Ciencia

Seguridad infantil

Por Francisco Nebot Edo
Seguridad infantilEn mi blog he tratado en más de una ocasión de los accidentes laborales y/o ambientales y como estos pueden afectar tan negativamente para nuestras vidas y a las propias empresas. Pero no olvidemos que en nuestro país cada año se producen decenas de miles de accidentes en los que los niños y niñas sufren lesiones de diversa gravedad. Y no está de más recordar que los accidentes son la primera causa de muerte entre nuestros niños a partir de un año. Un dato a tener muy en cuenta para las trabajadoras de guarderías y de centros de educación primaria.
Pese a que la inmensa mayoría de esas lesiones, no tendrían consecuencias, dentro de lo que podríamos catalogar como graves, hace falta que los padres y por extensión todos los adultos, que tengan cerca un niño (familiares, maestros, cuidadores, etc.), estén suficientemente informados de los principales riesgos de accidentes infantiles y de las circunstancias que los rodean. Así, en este blog, daré unas ideas de prevención que toda persona pueda empezar a aplicar desde el primer momento.
Al nacer, el niño es un ser vivo indefenso que depende totalmente de los adultos. Con el paso del tiempo, junto con la adquisición y aprendizaje de los hábitos, conductas y funciones que le hará más independiente, será necesario que aprendan a reconocer los peligros y a actuar de la forma más adecuada para evitarlos. Así podemos aplicar este calendario orientativo, para la prevención de accidentes en la infancia:
  • De 0 a 3 meses. El niño se encuentra en una situación totalmente pasiva. En términos de prevención debemos de evitar la caída de objetos pesados encima; evitar que se ahogue con la ropa o con el cojín; nunca dejarlo en un lugar desde donde se pueda caer y siempre dentro de nuestro vehículo el bebe ha de ir siempre bien sujeto (nunca en los brazos).
  • De 3 a 6 meses. El bebe además de lo apuntado anteriormente suele tener tendencia a ponerse cualquier cosa en la boca. Teniendo esto claro, los adultos hemos de vigilar los juguetes que adquiramos (sobre todo los que tienen piezas desmontables o substancias químicas que puedan tragarse). Aquí mucho cuidado de donde adquiramos los juguetes puesto que no todo “vale” y estos han de ser lo suficientemente garantes que no son peligrosos,, levando el oportuno control por el Mercado Económico Europeo.
  • De 6 a 12 meses. Empieza a gatear y tiene unas ganas inmensas de conocer y tocarlo todo (alta curiosidad). Las principales medidas de prevención van encaminadas hacia la vigilancia que no introduzca los dedos en enchufes, que no juegue con cables o alargadores eléctricos. También como tiene tendencia a estirar toallas, cuerdas o cordeles de cortina, existiría peligro que le caigan objetos encima. En nuestro hogar tener cuidado cuando se abran o cierren puertas o ventanas, las escaleras y la bañera para evitar ahogamientos. En la conducción debemos cerciorarnos que se encuentre sentado y perfectamente sujeto en la silla especial fijada en los asientos posteriores.
  • De 1 a 3 años. El niño desarrolla el movimiento, la curiosidad y los hábitos. Existen peligros de intoxicación (medicamentos, productos de limpieza, pinturas, productos tóxicos almacenados en envases de productos de cocina, etc); peligros de quemaduras en nuestros quehaceres habituales en cocina (líquidos, metales calientes, vitrocerámica, etc); evitar caídas desde sillas, camas, ventanas y barandillas de balcón (tener controladas para ello puertas , incrementar la altura de barandillas o controlar la luz de estas) y sobre todo extremar la precaución en la calle no dejándolo sólo y con una vigilancia constante. Para evitar ahogamientos, protegeremos los accesos a las piscina y similares y usar flotadores seguros. Durante las comidas controlar que esté bien posicionado en la sillita y controlar el proceso de alimentación con el objeto de evitar atragantamientos.
  • De 4 a 9 años. Se aprecia un aumento de la autonomía. Deberemos enseñarle las normas básicas de seguridad vial y al cruzar las calles; dentro de los automóviles, obligatoria la sujeción en los asientos posteriores y con puertas con dispositiva de seguridad; conocimientos básicos de natación y flotabilidad en el agua (siempre bajo la supervisión y control de adulto) y conocer las normas de seguridad propias de cada actividad deportiva.
  • De 10 a 14 años. Se correspondería con una etapa de gran desarrollo tanto físico como psicológico. Educarle en la seguridad del tránsito (empieza a utilizar vehículos móviles en carretera como bicicletas, patines, entre otros sin el control paterno constante); conocer los riesgos del fuego y la electricidad y la manera de evitarlos y evitar que juegue a juegos peligrosos (dardos, petardos, etc.) sin la supervisión de un adulto.
Además de todos estos consejos, no está de más que los padres tengan conocimientos sobre primeros auxilios infantiles como hemorragias, reanimación cardiopulmonar o la maniobra de Heimlich aplicada a niños y/o bebes o como tratar contusiones entre otros.
Son como dije unos consejos muy sencillos que deberíamos aplicar siempre si queremos no llevarnos desagradables sorpresas. Como siempre, el pediatra del sistema de salud pública, nos puede ampliar esta información o resolver las dudas que tengamos, pues no es un calendario inamovible y se deberá ajustar siempre a nuestro caso en particular.
Ahora que se acerca el verano y nuestros hijos, sobrinos o nietos tienen más tiempo de ocio, no están exentos de los peligros que pueden manifestarse en accidentes con lesiones. Por lo tanto como adultos responsables, debemos vigilar que estos puedan disfrutar sanamente y sin peligro de esta étapa tan mágica como es la infancia.
 [Foto_Fuente propia del autor del Post]

Volver a la Portada de Logo Paperblog