Seguridad vs Libertad.

El preludio del confinamiento es la sociedad de la vigilancia y el control absoluto. La perdida de la poca libertad que quedaba a través del inmenso aparato tecnológico -teconofascismo- y del Estado totalitario. La perdida de los valores morales y éticos que quedaban en función de los intereses del Sistema para someternos a las leyes del mercado capitalista que nos utilizará como meros recursos humanos y unidades de producción totalmente prescindibles.
Un Sistema hecho a imagen y semejanza de sus creadores, es decir, la élite de poder y sus secuaces que nos reducirán a ganado para el provecho y privilegios de una minoría apoyada por una mayoría. Un neo-esclavitud tolerada en forma de supervivencia pura y dura.
Lo que antes se llamaba proletariado o clase obrera ya no existe, ahora es clase media o baja inconsciente de su dependencia o en último término de su esclavitud. Esto supone que la clase obrera (sobretodo revolucionaria) se transformó en un nuevo tipo de clase aburguesada y acomodada (una clase intermendia entre la clase burguesa y la obrera de antaño) básicamente estatizada mediante el apoyo a los partidos políticos y al Gobierno.
Esta nueva clase aburguesada es la que ha parido el Capitalismo en estas últimas décadas para desposeerla de su capacidad de acción mediante la manipulación y hacerla en la actualidad totalmente dependiente del Estado.