La expresión “refugiado climático” se ha popularizado enormemente durante la última década, ya que, según sus promotores, permite mostrar “el rostro humano del cambio climático”. El concepto aparece frecuentemente tanto en artículos de prensa como en informes de ONGs y ha sido ampliamente debatido a nivel internacional, aunque desde la ONU han decidido desaconsejar su uso y recomendar en su lugar el término “migrantes ambientales”. A pesar de las buenas intenciones de la mayoría de las organizaciones y personas que hablan de refugiados climáticos, el uso del término es contraproducente, pues simplifica las causas y consecuencias del desplazamiento humano, y homogeneiza a millones de personas que han dejado sus casas en los entornos y circunstancias más diversas: no es lo mismo una familia que huye de los efectos puntuales de una inundación que una migración causada por la progresiva desertificación del suelo. Además, este enfoque despolitiza la gestión de los movimientos de población y la provisión de asistencia humanitaria, de la que son responsables los Estados y no necesariamente las organizaciones supraestatales, como la ONU o ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los refu...
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Nombre de usuario Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseña¿Seguro que debemos hablar de “refugiados climáticos”? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.