Los seres humanos son jerárquicos innatamente, pero la invención de armas como las flechas, que permitían que cualquier miembro de la tribu matara al líder, provocaron una «transición política» que permitió vivir de manera igualitaria en bandas en las que se castigaba o mataba al que trataba de dominar el grupo.
Se utiliza el cotilleo para identificar conductas que no gustan. Si el cotilleo no era suficiente para reconducir al individuo, podían utilizarse armas para abatirlo.
La recompensa, el castigo y la reputación se convierten en herramientas de control y presión social para que todos los miembros de una comunidad se comporten de modo similar y así facilitar la cooperación.
Quizás por eso, castigar activa los circuitos de recompensa del cerebro, es decir, castigar nos resulta placentero.
Conviene recordarlo cuando hablemos de linchamientos en redes sociales y otras circunstancias en las que la gente es tan aficionada a atacar a quienes consideran que han infringido sus códigos morales.
También por eso nos duele la critica. Estamos diseñados para tomárnosla como castigo y nos asusta el riesgo de exclusión.
—Pablo Malo Ocejo, Los peligros de la moralidad (resumido y parafraseado)
Recibo muchos mensajes de gente «atascada».
Escuchan la teoría, les gusta, les encaja, pero son incapaces de ponerla en práctica.
Algunos dicen que no saben; los más valientes, que «no pueden».
Es una trampa de la evolución, y entender lo que te acabo de contar ayuda a no caer en ella.
El que critica siente placer haciéndolo, pero ya no ayuda a la supervivencia del grupo, así que lo hace para proyectar superioridad moral o por envidia. Pero tú y yo, como máquinas anticuadas que somos, nos la tomamos igual.
Tan despistados andamos que no nos damos cuenta de que en el entorno moderno la crítica no tiene repercusión para el que la recibe, pero sí para quien la emite.
Se envenena, pierde acceso a relaciones, queda en evidencia y le impide aprender de la otra parte.
Tengo un curso titulado: «27 preguntas de ventas que todo el mundo debería saber». Algunas preguntas incluidas son:
- Tengo miedo a llamar por teléfono
- ¿Cómo hago seguimiento sin parecer desesperado?
- ¿Cómo hago para saltarme a la secretaria y llegar al jefe?
Las respuestas son altamente lucrativas, pero ponerlas en práctica da un miedo terrible.
Entendiendo lo que te acabo de contar te quedas solo con la parte lucrativa.
Toda la info ahí:
Marcando esto aceptas la política de privacidadLa entrada Seguro que haces esto, pero no tiene ninguna lógica. se publicó primero en mongemalo.