Entre las principales preocupaciones que rondan a los que ven posible caer en situación de desempleo está cómo hacer frente a los pagos habituales, no solo de la hipoteca sino de las múltiples facturas que llegan periódicamente a casa.
En un país que roza los seis millones de parados y cuyas perspectivas no son demasiado optimistas, las aseguradoras han creado un tipo de seguro que cubre ante la posibilidad de quedarnos sin empleo haciéndose cargo de los pagos recurrentes.
Las pólizas que hasta hace poco garantizaba fundamentalmente el pago de algunas cuotas de la hipoteca, se han extendido también a otros ámbitos como el abono de la factura de la electricidad, el gas o la prima de otros seguros como el de salud, pudiendo continuar con la asistencia sanitaria.La mayoría de los seguros de este tipo consisten básicamente en el pago de una contraprestación económica en caso de que el asegurado quede en situación de desempleo.
En el mercado han ido surgiendo distintas modalidades que van desde el pago de una cantidad fija mensual hasta la cobertura de las cuotas de préstamos o pago de hipotecas pendientes de abonar, pasando por saldos dispuestos en tarjetas de crédito.
En definitiva, el sistema se basa en proporcionar cobertura financiera para pagos recurrentes.
Entre las aseguradoras destacan MetLife, Plus Ultra y AXA. En MetLife la protección de pagos vinculado a préstamos garantiza el abono de las cuotas mensuales durante un período máximo de 12 meses continuos o 18 alternos, en Plus Ultra se incluye la cobertura frente al desempleo dentro de la póliza de Accidentes Familiar Plus, que prevé la protección de pagos de luz y agua por situación de desempleo y AXA dispone de una cláusula de protección de pagos en productos de salud, que garantiza el abono de la prima en caso de desempleo.
Los seguros de protección de pagos suelen incluir múltiples coberturas (normalmente en forma de paquete de coberturas) destinadas a cubrir distintas situaciones pero, sobre todo, el pago de las cuotas de un préstamo durante un período determinado (en meses consecutivos o alternos), dependiendo de la situación laboral del asegurado en el caso de pasar a un estado de desempleo prolongado.
Para los que no cumplen los requisitos para percibir esta garantía (autónomos, personal funcionario o temporales), las compañías suelen ofrecer la cobertura de incapacidad temporal con un esquema de prestaciones similares. De esta forma, todos los asegurados estarían cubiertos por alguna o varias de las garantías del seguro.
A tener en cuenta es que existen factores que inciden en el precio final del seguro y que cada entidad modula en función de su estrategia, competencia y canal de distribución. “Los factores con mayor incidencia son la composición del colectivo, la modalidad de coberturas, el número de meses cubiertos en caso de desempleo, las carencias y franquicias, la duración de la cobertura y los gastos de comercialización del producto”.
De forma general, las tasas se aplican como un porcentaje sobre el total del préstamo o un tanto por ciento sobre la amortización que se pretende cubrir. No obstante, la tipología de productos y precios en el mercado español es tremendamente heterogénea.