La procrastinación no es un trastorno mental. Todos procrastinamos, pero no todos somos procrastinadores.
La procrastinación tiene todo que ver con la gestión de las emociones.
Según diversos estudios, el 20 % de los adultos se autoperciben como procrastinadores crónicos, un porcentaje que aumenta hasta el 50 % en la población estudiantil. A tal punto que muchos trabajos aluden al llamado "síndrome del estudiante": la tendencia a comenzar las tareas lo más tarde posible, tras desperdiciar mucho tiempo en el comienzo del plazo asignado, y llegar a la fecha límite sometido a elevados niveles de estrés.
Si estás procrastinando leyendo este texto, sigue las recomendaciones de Cristian Vázquez.