La imagen es del año 1.900, y muestra la entrada principal del Mercado del Sur, en la plaza del Seis de Agosto, mientras unos muchachos miran la cámara con curiosidad. Estremece pensar que tanto ellos, como el resto de personas que vivían entonces -tan lejos, tan cerca- en Gijón, ya no están con nosotros y que alcanzarlas resulta tan imposible como regresar al momento en que empecé a escribir esta entrada, hace apenas dos minutos. Tampoco existe el edificio de la esquina, mucho más interesante que el bloque de hierro y cemento que se eleva hoy una docena de pisos sobre el suelo, tan alejado de la modesta altura de la construcción que lo precedió.