Revista Cultura y Ocio

Seis discos españoles random que me flipan porque sí y ya

Por David Gallardo @mercadeopop
Seis discos españoles random que me flipan porque sí y ya
¿No os pasa que hay un porrón de discos que escucháis durante un tiempo limitado y cuándo regresáis son casa? Os pasa que hay un porrón de discos que escucháis durante un tiempo limitado y cuando regréisais son casa.

No respondáis, es asi. Eso pasa. Yo puedo tener como un millón de ellos porque ya vas teniendo años y no disciernes entre años, lustros, décadas, siglos, crisis de mediana edad. De estas últimas llevo por lo menos tres que yo recuerdo y tengo 41. Son un invento para persistir taladrando y no dejarnos en paz.

Me apetece poner por aquí unos pocos discos españoles de esos. De los que relaciono total y absolutamente conmigo porque, cuando suenan, sueno yo. Y no hace falta que lo sepáis los demás, lo sé yo. Viva mi superyo, correcto, pero es que esto ya lo hemos hablado, es lo que me apetece aquí y lo hace absolutamente personal.


Nuestras vidas son canciones, son discos. La mía son canciones, son discos. Las personas, salvo unas pocas, pasan borrosas. ¿Y dónde estaba áquel? Por ahí andará. ¿Dónde está aquel disco? Aquí lo tengo, acércate un poquito. 
Vamos a ver de lo que me acuerdo del tirón. Que sean seis para que me cuadre la imagen. Y porque tampoco conviene eternizarse. Estos seis me van a valer y me van definir y esto lo afirmo antes de escribir lo que tenga que venir a partir de aquí.

Porque aquí lo que voy a poner es lo que me dé la gana, que es en última instancia lo que soy. Las canciones en las que exijo habitar, aunque ya hablamos el otro día de que eso lo tienen que decir los demás. Pero ahora yo decido donde me quiero quedar:

ELEFANTES

Conocí a Elefantes por 'Azul' con Bunbury, como casi todos. Luego este disco me parece que sublima toda la Barcelona, todo el Mediterráneo, todo el rock. Me llegó en un tiempo de cambiar traumáticamente de pareja y, en un momento fatal, me quedé colgado en un ascensor con unos amigos. 


Este es un detalle absolutamente de mierda para vosotros, pero hizo crecer las canciones de pura impotencia pues la cita no se pudo concretar y se solventó la cosa con sms de mierda: 'Que yo no lo sabía', 'Me falta el aliento', 'Tan difícil como amar', 'Vale la pena vivir así' y, seguramente, lo mejor de Elefantes: 'Quedémonos juntitos'. 
Elefantes son un episodio de amor.

MISS CAFFEINA

Me valen por lo menos dos de Miss Caffeina. 'Imposibilidad del fenómeno' fue con el que nos metimos en problemas para siempre, 'De polvo y flores' ya lo dice el título. Siento mucho cariño por estos dos discos, pues hubo varias citas definitivas para el siguiente cambio traumático de pareja.


Más allá de hablar de mí, que es lo que voy a hacer, 'Imposibilidad del fenómeno' me resulta ahora como muy juvenil, lo cual me gusta, porque tenía 31 años. Se puede ser adolescente cuando te dé la gana si tienes la banda sonora adecuada, claro que sí. Y eso fue para nosotros 'Mi rutina preferida' o, claro, la 'Ley de gravitación universal'.
'De polvo y flores' ya nos pilló mayores (jaja, qué barbaridad) y era cuando las crónicas me las hacía Paloma. Eso pasó un tiempo. O sea, no de escribirlas, pero sí de dictármelas al oído y decirme "esto es como pop y copla". Se refería pues a 'Tormento', 'Gigantes'. Yo era más solo pop y me perdía 'Hielo T' o 'Luciérnaga'. Aunque quizás la cumbre de este disco es la cadencia de follar de 'Venimos'.
Miss Caffeina son un episodio de amor: "Tendrás que darme todo lo que tengas, luego te sacaré a bailar y espero que notes la distancia entre mis pies y el suelo". Otra vez, como era viernes, pues nos fuimos a Guadalajara y lo dimos todo en la Sala Óxido, que siempre me gusta a mi conocer las salas de provincias que tantas veces pico y repico en las noticias de las giras. Pues quemamos la Óxido y luego ya que si tal...

HAMLET

¿Puede Hamlet ser un episodio de amor? Evidentemente sí. Sus años de 'Insomonio' (1998) y 'El Inferno' (2000) me parece insuperables en el metal español que tanto amo. Por aquella época el llavero de las llaves de la casa de mis padres era de Hamlet. Les vi como un trillón de veces en el cambio de siglo.


Una de ellas, en la presentación de 'El Inferno' en la Tienda Tipo de Gran Vía me tiraron literalmente contra la maldita pared. No la gente, no, ellos: el volumen tan adorablemente atroz me hizo perder el equilibrio y lo recordaré siempre como algo profundamente personal entre ellos y nosotros. 
No es de este disco pero recuerdo en sus conciertos echarlo todo ahí fuera con 'J.F.' y, es que no me jodas, ¡hay que cantarla más!

Aún hoy puedo recitar ambos discos sin apenas fallar una frase, pues me los aprendí de memoria como me enseñaron que se aprendían las cosas en el cole. Una cantidad de temazos de metal como no ha tenido otra banda española desde entonces, con ese mismo alcance popular de petar La Riviera cuando La Riviera se petaba hasta la asfixia.

SUPER SKUNK

Sea como sea, tirando palante, sea como sea, dando un paso al frente. Sea como sea, contracorriente. Sea como sea, por tu gente. Siempre adelante, la cabeza alta y mirando de frente, nada puede detenerte, aunque en tu barrio hay tanta gente perdiendo el tiempo traficando y gritando al viento.


Super Skunk fue el grupo de mi Carabanchel durante un tiempo. Que si les vimos en las Fiestas del PCE, que si en Gruta 77, que si nos parecían lo puto más. Eran lo puto más. Su disco 'Sea como sea' tiene todo lo que me puede hacer salir de mi cuerpo con esa mezcla de Red Hot Chili Peppers y Rage Against the Machine de aquí.
¿Por qué perdemos el culo por estos dos grupazos pero no dedicamos un instante a semejante encarnación? Porque compositivamente, ahora mismo, matarían Zack, Tom, Anthony y Flea por pillar algo de esto que les pasa por las narices. Ni John Frusciante va a ser capaz, por mucho que grite 'May day'.

SUGARLESS

En la misma línea eran Sugarless, que además eran del barrio. Anda que no molaba volver y ver la furgoneta del grupo aparcada ahí entre Batán y Campamento. Aluche total, Carabanchel en la retaguardia. Hardcoretismo metalero de extrarradio explotando en sudor y cerveza calentorra en tu jodida cara. A las armas.


Se me repite la historia con Sugarless, pues recuerdo perfectamente unas fiestas del PCE y también un Gruta 77 que fue loquísimo. Menudo groove, menudo flow, menuda hostia. Literalmente no iban a más, así que por eso Ivahn decidió que iba a ser a partir de ese momento Huecco: nada que objetar, pues se gana la vida haciendo canciones. Yo sigo escuchando las de Sugarless, pues las que vinieron después no.

VACAZUL

Ivahn, aka Huecco, podría ser un caso como el de Jairo, ahora aka Depedro. Pero no es lo mismo porque la evolución pues mira, sí mola. Jairo pasó de ser cantante y guitarrista de la Vacazul, banda de Aluche con todo el puto rollo setentero a lo Led Zeppelin, a ser Depedro en solitario (con el bajista del grupo, Javi Vacas, luego en Los Coronas y Sex Museum su mánager). 


O sea, que como aquello no les iba a dar para vivir, pues hubo una refundación lógica para que abrir la boca significara respirar. A mí la Vacazul me flipaba, su disco 'Vienen tiempos' (2010) vuelve a resultar que es todo puto amor, literalmente. 
Y luego hemos tenido la fortuna de que Depedro despegara de una maldita vez y nos canta sus canciones y nos aúlla la 'Llorona' y lo que haga falta, como hace ahora mi pequeño Bruno, aullando justo esa canción (porque es la de 'Coco', vale) y yo no sé si pienso o siento, pero me callo y solo miro. 
Perdistéis a la Vacazul sin llegar a saberlo (yo les vi un porrón de veces, por aquí va una) pero todos ganamos a Depedro de una manera fabulosa. Y yo "vuelo y caigo entre tus besos" como el vecino que soy de Puerto Chico, no necesariamente tan "chico listo", aunque los litros sí que caían en el Parque Aluche: El barrio pesa, el barrio cuenta, las mismas pintas, los mismos temas (...) Vas a conciertos con los amigos, días sin precio, fiesta y lío. Esta noche no paso frío".

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