¿Les queda mucho tiempo de vida a los garabatos infantiles? Por suerte, parece que sí. Finlandia especifica que la escritura manual a bolígrafo de los niños en la escuela no termina, pero que no será obligatorio aprender la letra seguida o caligrafía cursiva desde agosto de 2016.
Será entonces cuando los niños finlandeses, que inician con siete años la escuela obligatoria, tendrán que aprender los trazos de un único tipo de escritura, la de la letra de imprenta, y dejará de ser obligatoria la enseñanza de la caligrafía cursiva, que ahora se imparte junto a la primera, al tiempo que se potencia el uso del teclado.
Las autoridades finlandesas se han apresurado a realizar estas especificaciones después de que se extendiera la noticia de que en las escuelas se dejaba de escribir a mano. No obstante, es muy posible que sea tan solo una pausa en un camino sin retorno. Pero aquí os vamos a dejar seis razones por las que seguir escribiendo a mano.
Promueve el aprendizaje y la memoria
Cuando se emplean lápiz y papel para plasmar ideas, se ejercitan varios sistemas a la vez. En los niños es fundamental para promover el aprendizaje. Cuando se aprende a escribir con una sola mano mediante un lápiz o un bolígrafo se estimulan las capacidades neuronales más complejas y al plasmar nuestros pensamientos se ejercita el cerebro en mayor medida que hacerlo con un teclado.
Hay estudios neurológicos que han demostrado que al escribir a mano se activan más regiones cerebrales, favoreciendo el aprendizaje de formas, símbolos y lenguas, lo cual ayuda a fijar los conceptos. En el acto físico de escribir, las señales que comunican las manos al cerebro construyen una memoria a largo plazo.
Además, cuando se aprenden las letras se hace de manera diferente al escribirlas manualmente. Recordar la forma de cada letra requiere un tipo diferente de respuesta del cerebro al escribirla, al realizar los movimientos manuales.
Escribir a mano desarrolla la motricidad
Los movimientos que los niños realizan para definir los trazos de las letras requieren de habilidades motoras finas que pulsar una tecla no tiene. “Caligrafía” etimológicamente quiere decir “letra bella” y aunque no todos la consigamos al final, sí es cierto que al principio en el aprendizaje de la escritura cuando los niños no dominan sus movimientos manuales se trata de un ejercicio importante de desarrollo de la motricidad fina.
Recordemos que este desarrollo el desarrollo motor fino surge cuando el bebe se descubre las manos, las mueve mirándolas y comienza a intentar coger los objetos y manipular su entorno. La escritura llega un poco después, alcanzando un nivel de complejidad bastante más alto que esos primeros pasos como dar palmadas, la habilidad de pinza.
Por supuesto, esa motricidad fina les ayuda a seguir aprendiendo y realizando cada vez acciones más complejas, desde dibujos detallados a otras manualidades… Tal vez muchos cirujanos, cocineros o pintores adquirieron un pulso especial practicando la caligrafía.
Promueve la reflexión, calma nuestra mente
La redacción manuscrita es un proceso más lento que la escritura con teclados físicos o virtuales, lo que permite a nuestro fluir de ideas ser más continuo al tiempo que pausado (no “a saltos” como en un teclado), que nos detengamos más a pensar.
La escritura a mano ayuda a ordenar ideas, e incluso se habla de “escritura terapéutica” cuando plasmar las preocupaciones por escrito ayuda a reconocerlas y a superarlas. Los diarios escritos a mano pueden ayudar a que las personas se sientan mejor, al pasar ese momento reflexivo a solas que las pantallas no favorecen.
La escritura expresiva se ha relacionado en diversos estudios con un mejor estado de ánimo y mayor bienestar, incluso reduciendo los niveles de estrés.
Promueve la imaginación
Son muchos los escritores que reniegan del ordenador a la hora de hacer sus creaciones. Las diferencias con la escritura mecánica que hemos mencionado más arriba hacen que el proceso de escritura “artesanal”, pausado, con bolígrafo, sea más propenso a dejar volar la imaginación, a que surjan nuevas y originales ideas.
Cada persona tiene una letra única
Esos primeros garabatos del niño se convertirán en una letra personal, reconocible y única. La caligrafía y estilo de letra propios dicen mucho de la persona, incluso nosotros mismos podemos saber, al mirar los trazos que escribimos en el pasado, si estábamos nerviosos, tranquilos, a qué época de nuestra vida corresponde ese texto…
Dejar notas en la nevera
Tal vez la mensajería instantánea acabe por sustituirlas, pero ¿qué hay de esas notas en la nevera que se hacen para recordarnos algo, que falta leche, para felicitarnos en un día especial o tal vez solo que nos queremos? Y quien dice nevera dice en el espejo, en la puerta, sobre la almohada, al margen de un libro (sí, soy de las que anota en ellos) o en la bolsa del almuerzo…
Sin duda tener que imprimir esos mensajes escritos en el ordenador nos lleva un trabajo que, si tenemos a mano boli o lápiz y papel, solventamos en un momento. Me encantaría que esas notas de agradecimiento, de amor o de recordatorios no desaparecieran de los rincones de los hogares.
En fin, puede que Finlandia aún no haya desterrado la escritura caligráfica pero me temo que es un proceso imparable. Con los teclados, nos dejaremos muchas cosas por el camino, estas razones para seguir escribiendo a mano dejarán de tener tanto peso, aunque vendrán otras ventajas diferentes.