En la vida es necesario llegar a ser alguien. Labrarte un nombre allí donde estás, con lo que quiera que hagas, y sea cual sea tu situación.
Eso es exactamente lo que es Gavril. Alguien. Alguien que puede conseguir muchas cosas a pesar de sus circunstancias, sin duda, pero sobretodo, alguien de quien quieres ser amigo, o de quien necesitas no ser enemigo. Desde que entras en Ironwood hasta que sales.
Una parte de ése alguien que es Gavril es su apellido. El clan Ochowicz ha estado vinculado a la Bratva, la mafia rusa, desde que su patriarca se bautizase como simple boevyk (soldado) en un gulag cerca de Chisinau, hasta la conquista de su actual territorio de control en el norte de L.A. Habiendo mamado desde la infancia el código de honor de la Bratva, Gavril prácticamente lo lleva escrito en los genes, así como lo lleva tatuado en todo su cuerpo.
La otra parte de ése alguien se ha forjado mediante méritos propios. Tras ser arrestado por el LAPD durante una investigación contra la estructura de la organización, fue enviado al penal de Ironwood para cumplir entre 5 y 15 años de condena. Esto sólo ocurrirá si se consigue demostrar su relación con los dos asesinatos que se le imputan, y es bastante dudoso que aparezcan nuevos testigos. Los que tenía la Fiscalía, todos menos uno, ya han sido convenientemente silenciados de un modo u otro. Solo es mera cuestión de tiempo. Mientras tanto, Gavril no lo ha estado perdiendo en prisión. Mes y medio después de su ingreso había conseguido desplazar a los otros "pequeños jefes" dentro de Ironwood, y controlado la mayor parte del contrabando y tráfico de drogas de la prisión. Se convirtió en alguien, ¿entiendes?. Se rehizo a si mismo allí dentro.
Gavril tiene una gran autoconfianza, algo que descoloca en una persona cuya apariencia aún retiene cierto aire juvenil. Es bien capaz de ser frío y cruel, pero a la vez también de mostrar empatía y ser amable con sus compañeros de confinamiento. Cultiva el miedo al mismo tiempo que una imágen a veces más propia de un padrino italoamericano que de un avtoritet. A veces ni siquiera pide un pago por algo que se le pide. Otras también escarmienta a quien parece no haber hecho nada en absoluto. Es el rey de Ironwood. Es alguien a tener en cuenta.
En verdad, la clave del éxito de Gavril es su convicción de que, pase lo que pase, su estancia en Ironwood es algo muy, muy pasajero. Y esa convicción es lo que le otorga la libertad de acción que otros no han tenido.