Revista Salud y Bienestar
Una lectora del blog considera que cuando en otra entrada del blog me refiero a que en la fecundación in vitro se realiza una selección de embriones, no estoy bien informado sobre los detalles del procedimiento y “vierto ideas que llevan al engaño” ya que no a todos los embriones se les somete a la técnica del diagnóstico genético pre-implantatorio (DGP). He respondido a mi comunicante en la misma entrada. Pero para que no quede mi respuesta perdida allí, la traigo a esta entrada, a fin de que así pueda tener una mayor visibilidad y tal vez provoque mayor reflexión entre mis lectores. Me reafirmo en que en el proceso de reproducción humana asistida mediante fecundación in vitro, la selección previa del embrión o embriones que se van a transferir a la mujer, bien sea hecha esa selección a través de DGP o por otros medios menos invasivos, es práctica estándar. Lo que se busca es lograr tasas más eficientes en la transferencia de los embriones. Para ello, las nuevas tecnologías time-lapse permiten una monitorización mejor de los embriones durante su cultivo para poder así descartar aquellos en los que se detectan anomalías morfológicas sin necesidad de sacarlos del incubador ni manipularlos. Muchos centros de reproducción artificial están adaptando incubadores como Embryoscope que sirven precisamente para esto. Véase por ejemplo el vídeo adjunto de uno de estos centros (aunque la tecnología es compartida por muchos otros). Como explica otro de estos centros, el Embryoscope "es un incubador que mantiene in vitro las condiciones fisiológicas que requiere el embrión in vivo con una peculiaridad especial: Incorpora una cámara que continuamente captura imágenes del desarrollo embrionario. Hace una película del inicio de la vida." Los embriones son fotografiados durante sus primeros momentos de división celular. Al hacerse este seguimiento de su desarrollo en el mismo medio de cultivo se evita cualquier tipo de manipulación que los pudiera perjudicar y se es mucho más preciso en la selección de los más “sanos” para su transferencia.
Evidentemente, la selección en la mayoría de los casos no se hace para tener un hijo con ojos azules. Pero sí que se realiza una selección para escoger de entre todos los embriones fecundados a aquellos con mayores posibilidades de implantación. Por tanto, no hay posibilidad de duda en que someter a un ser humano en sus primeras fases de vida a una selección eugenésica (por muy buenos objetivos que se persiga) es contrario al respeto debido a la dignidad de toda vida humana.
Cuando la selección se hace, no para lograr el embrión con mayores posibilidades de implantación, sino para evitar el nacimiento de un ser humano con defectos genéticos dicha selección es mucho más precisa aún. Aquí sí que se suele extraer una célula al embrión para poder realizar los análisis genéticos que permitan su control. Y aunque la legislación lo permita, no deja de ser una selección eugenésica: la decisión sobre la posibilidad o no de poder continuar con la vida, porque ya la tienen desde que son embriones, de una persona (el embrión humano), tomada por otra (el médico).