Revista Cultura y Ocio

¿Selección natural o estupidez humana?

Publicado el 10 enero 2015 por Águeda Lorena García González @aguedlgg

el amor es ciego

¿Porqué él y no otro? ¿Porqué ella y no yo? ¿Porqué me gusta el gilipollas pero no me gusta el hombre encantador?  La pregunta que todos nos hacemos cuando nos damos cuenta de que hemos hecho una mala elección (en el caso de que realmente elijamos)  y nos colgamos como idiotas del que más nos ignora, del qué menos nos da y no elegimos al que  siempre está, al que espera con infinita paciencia y nos cuida como nos tiene que cuidar.

Si tenemos que elegir entre alguno de los  pretendientes  que tenemos o descartar a uno de ellos porque sabemos que “ése” en cuestión (el que nos gusta de verdad, el que nos hace perder el sueño, el que consigue que mires el móvil  millones de veces por minuto por si aparece algún mensaje, el que te hace sufrir por su actitud….)  no es el que nos beneficia,  llega la selección natural (y sin fundamento) y hace imposible que elijas correctamente.

Por alguna razón desconozco, hay una fuerza más poderosa que la conciencia, que la estabilidad emocional, que los consejos de amigas e incluso la propia inteligencia y esa fuerza  es la  que elije por ti.

No tengo muy claro por qué ocurre esto (realmente no es el más guapo, ni es el más inteligente, ni siquiera se preocupa por ti, no le importas, no demuestra interés, te hace sufrir…) pues suele pasar que has elegido a la persona incorrecta y lo sabes. ¿Pero cómo lo paras? Si te has hecho esta pregunta entonces es que seguramente ya estás muy pillada.

No sabes si es su forma de hablar (vos sos hermosa….viste? CHE, no seas pelotudo) ¿Qué pasa con esos acentos latinoamericano? ¿Llevan compuestos de hormonas? (atracción fatal por ese acento… y como yo…millones de personas)¡Cuando Dios les concedió ese acento  a los argentinos… les tocó la lotería!

 Si es su forma de mirarte (o incluso su forma de ignorarte) si son los mensajes que envía o los que no responde. Si son las cosas que hace o las qué no hace. Y aunque todos te dijesen que “él no es para ti”, tú ya has elegido y no hay más que hacer o que decir.

Siempre hay una persona entre  las demás que  te despierta un interés desmedido, y cuando te dicen tus amigas: “Si sólo es uno más y además es gilipollas”. Tú te callas la boca, no vas discutir si es mejor o peor, si es idiota (aunque las señales que él emite lo digan a gritos) no vas a defender una actitud indefendible, pero no es otro más… es él.

no escogemos

¿Pero qué leches te ha dado? ¿Acaso se preocupa por ti? ¿Corresponde de alguna manera tu interés? NO, NO Y NO. No dan, no quieren y no esperan…En cambio tú (triste de ti) das, quieres y esperas.

Suele ocurrir que no dan mucho… lo cual hace más inexplicable que lo elijas como foco central de tus intereses y atenciones, pues  mientras gastas tu energía inútilmente descifrando su actitud, otros pasan inadvertidos a tu lado y ni siquiera te dignas a girar la cabeza… ¡Tú sigues mirando la pantalla del móvil por si apareciese alguna señal de él!

 A todos nos ha pasado. Debería ser uno más y en cambio tu corazón o tu cerebro o las hormonas del amor, hacen que no pase inadvertido. La selección natural de los “capullos” emocionales  ha hecho su trabajo de mala manera y lo ha incluido en el club de los que te roban el sentido pese a que no se lo merezcan.

Y cuando suceden estas cosas en las que dudas de tu capacidad o del poder de decisión que una tiene… te preguntas ¿Pero cómo paso yo de este tío? Pues no bonita, no puedes.

¿Elegimos nosotros realmente? Porque en situaciones normales y sin ninguna  duda, nadie elegiría a una persona que no muestra el mismo interés, que no se implica de la misma manera y que no sabes si eres una más de su colección de conquistas sin mayor importancia que una noche de cama y “adiós muy buenas”. Suele ser “hasta luego” pues aparecen de vez en cuando para ver si respiras o si todavía le interesas (una subida de autoestima para el caballero nunca viene mal).

Todos hemos tenido a alguien así en nuestra vida: “Volveríamos  a elegirlo, aunque doliese, aunque la historia se repitiese y supiésemos que no hay nada que hacer”.

aun te gusta
Yo también, me sobrarían 2 segundos para contestar a un mensaje del “elegido”, no importarían los kilómetros a recorrer para tomarte un café y ver su cara. Lo peor de todo es que el otro lo sabe. Y una vez que lo sabe… ya lo has perdido.

Queréis mujeres buenas, lindas y obedientes, igual es la versión que queremos nosotros de un hombre. En cambio… elegís mujeres “cabronas” al igual que nosotros elegimos a hombres “cabrones”. ¿Qué falla aquí?  Si  tenemos tan claro que no estamos para perder el tiempo con tonterías ¿Por qué perdemos el tiempo con ese chico que nunca llama? Que nunca está  ni piensa estar y tú le esperas.

Yo me pregunto quién elige por nosotros pues de poder elegir… yo no elegiría al gilipollas que pasa de mí y que te mira con aires de grandeza.

Yo elegiría al que me cuida, al que me mima, al que me quiere y se preocupa de lo que siento y pienso. Pero seleccionamos a personas que nos hacen daño, que no quieren arriesgar, que no lo tienen claro…Darwin hablaba de la “supervivencia de las especies” en cuanto a selección natural, pues yo hablo de “estupidez humana” en cuanto a “selección emocional”  pues si tenemos tan claro lo que queremos ¿Porqué elegimos a especímenes que no nos lo darán?


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