No, lo siento. Si sois de los que odiáis el palo-selfie, que no os engañe el título de este post. Es una licencia literaria. El palo selfie no ha muerto (todavía), pero hace unos días, una gran empresa que de marketing sabe un huevo mucho ha lanzado un gadget que relega al palito a un escalón más anticuado de la escalera de la evolución tecnológica: Coca-cola lanza el selfie-bottle, la botella con la que hacerte selfies mientras bebes.
Y por si no era suficiente con uno, he encontrado dos modelos.
Selfie Bottle
Por un lado, la agencia de comunicación Gefen Team creó una smart-bottle que fue repartida en un evento de la marca en Israel. Este selfie-bottle no es exactamente una botella que hace fotos, es un accesorio que acoplas a la base de la botella y que incorpora una pequeña cámara que se activa cuando detecta una inclinación de 70º. Además tiene un conector USB para recargar la batería.
#SayCoke
Por otro lado, la agencia publicitaria Leo Burnett, ha creado un gadget mucho más sencillo e ingenioso. Se trata simplemente de modificar el tapón de la botella de Coca-cola para añadirle una especie de clip que pueda sostener el teléfono y puedas hacer un selfie con el temporizador de la cámara.
¿Con qué finalidad lanzan estos gadgets?
Seguro que es más sencillo regalar 5.000 palos-selfies, por decir algo, que crear estos inventos, divulgar su existencia y esperar una aceptación. Pero son decenas los artículos que hablan sobre ellos (como este), y además, ¿te has dado cuenta de lo que pasa cuando los usas? Vuelve a mirar las fotos. La marca aparece en todas partes.
Sólo en Snapchat se comparten 8.796 fotos cada segundo. ¿Cómo dejar pasar la oportunidad de aparecer en una de las miles de imágenes que se comparten en la red cada día? Porque uno de los targets más poderosos de Coca-cola es precisamente el target que se dedica a subir todo lo que hace a internet.
El lanzamiento de estos gadgets no es más que un juego, artículos de merchandising que se distribuyen en eventos puntuales, ¿pero quién no querría uno? ¡Porque yo sí!