Una extraña luz,
ella y yo
y todo, que entonces caía entre nosotros.
Nosotros, nos manteníamos,
pero no parábamos.
Cincelábamos nuestros nombres en el asfalto.
Escribimos:
Nosotros estábamos aquí,
igual que ustedes.
Tenía el culo lleno de felicidad
y el morro lleno de quejas.
Escogido para ir encorvado, sí, sí.
Me aferro a todo lo que no duela
pero un poco más de carácter no estaría mal
cuando entonces canto:
Yo, yo estuve aquí
igual que ustedes.
Y así como fue, no debe ser nunca.
Así como es, no debe quedar.
como será entonces, puede que quizás
lo decida solo el jorobado invierno.
Pero nos volveremos a ver seguro.
Algún día.
Cogíamos aire
en una cama frente a la ventana,
ampliamente abierta para ahuyentar el silencio.
Te contemplé interrogador,y tú te reías de mí.
Pero tus labios formaban silenciosamente tu rezo.
Decías:
Yo, yo me quedo aquí,
Así como ustedes.
Dos semanas más tarde, en el patio,
tu cuerpo inerte.
En una habitación inflada por flores y violencia
y seis pequeños niños ensartados en un oscuro traje.
y sus canciones denunciaban sordos en la noche.
Cantaban:
Por favor, por favor, quédate aquí,
como nosotros.
Y así como fue, no debe ser nunca.
Así como es, no debe quedar.
como será entonces, puede que quizás
lo decida solo el jorobado invierno.
Pero nos volveremos a ver seguro.
Algún día.
Seltames licht, de Gysbert zu Knyphausen. Translated by W.