Al margen de creencias (no es éste un lugar para ello, eso es algo particular que pertenece a la esfera privada de cada uno), hay mucha gente que se acerca a vivir la Semana Santa sevillana. A respirar azahar e incienso, a pisar cera fría, a escuchar cornetas y tambores. Para los que vengan por primera vez, aquí va un manual de supervivencia estilística para la Semana Santa.
- Domingo de Ramos: es el día más festivo de todos (en cuanto a atuendo). Obliga arreglarse. Hoy valen los tocados, los bolsos de mano grandes o los pendientes extravagantes. Lo ideal (y más cómodo) es un vestido liso (puede ser básico), con el punto fuerte de un abrigo bonito y original y unos zapatos de tacón.
- El resto de los días: vivir la Semana Santa en profundidad es agotador. Mucho tiempo de esperas, de caminatas por calles empedradas imposibles y de pie esperando a que pase el paso. Así que lo mejor será la comodidad. Y no te olvides de abrigarte, que las noches son fresquitas. Eso sí, sin renunciar al glamour. Por ejemplo, un vestido de corte túnica + zapatos planos de cordones y abrigo. O una capa con pitillo y botas planas. O si no, un pantalón baggy tobillero con unas bailarinas y cazadora de piel. No es necesario que renuncies a tu estilo.
Ponerte algo demasiado alegre o llamativo para días de más recogimiento como la Madrugada del Jueves Santo.
Megaplataformas de madera de esas que son inestables cien por cien. Allá tú... eso sí, si consigues sortear con éxito el adoquinado, te hago una placa.
Evita las deportivas. Ir cómoda está bien, pero sin pasarse. Que como te descuides te ponen un costal y para dentro.
Los bolsos demasiado grandes, más que nada, por comodidad.
Enranciarte. Puedes ir guapísima y muy arreglada sin caer en el pantojismo.
Lo encontrarás en: el abrigo es de Hoss Intropia.
* Hoy en nuestra galería Yo también, conoceréis a Beatriz. O quizás ya la conocéis...
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