Llevo una semana que no he escrito ni un solo post, la razón es que ha sido una semana un poco loca, y cuando me he dado cuenta ya era sábado. Se me ha pasado que NO ME HE ENTERADOOO, socorro. Hay días que necesitaría más horas. Soy una persona que normalmente aguanto bien hasta las doce o la una de la mañana, y me levanto hacia las 7 de la mañana. Bueno esta semana hacia las diez o las once de la noche se me cerraban los ojillos, con lo que ni abrir el ordenador.....
Y hoy he pensado que el ratito que tengo para deciros hola lo voy a aprovechar para hablaros de la Navidad en nuestra casa.
Yo, trabajo cara al público y eso muchas veces acaba influyendo, soy la típica persona que daría un salto desde finales de noviembre hasta después de lo Reyes Magos. Bueno ahora ya no.
Desde que mi hija nació vivo estos días de manera diferente. Cuando hay niños en casa vuelve la ilusión. Las ganas de sorprender, de enseñar y por supuesto aprender. Porque me encanta verles las caritas del día de Navidad y Reyes al ver los regalos debajo del árbol. Árbol que en mi casa ahora se pone muuuchos días antes. Enseñarles quien es Papá Noel y en nuestro caso también el Olentzero, qué es la solidaridad, o la generosidad. Y aprender, ellos aprenden que no pueden pedir todo lo que quieran por que hay muchos niños que igual no tienen nada y hay que repartir, incluso donar aquellos juguetes con los que ya no juegan. Nosotros aprendemos de ellos que lo material no lo es todo, que sus gestos, sus sonrisas y sus besos, nos dan mucho más.
Estos días intento aprovecharlos al máximo, cada día intento hablarle a la mayor de algo relacionado con estos días. Y os puedo asegurar que con 4 añitos recién cumplidos tiene muchas, muchísimas preguntas, ja,ja,ja... y algunas de ellas de verdad que a veces no sabes por donde salir. Sobre todo en lo referente de a quién hace los regalos, cómo los reparten, porqué saben si han sido buenos o no. Llevo una semana hablando de pajes, duendes y ayudantes. Y de verdad en una sociedad totalmente dedicada al consumismo, creo que cada vez es más difícil que mantengan durante tiempo la inocencia de CREER en la magia de la Navidad.
Y lo que peor llevo de estos días es las aglomeraciones, el bullicio, el ruido excesivo. Por eso intento aprovechar los momentos en que estoy sin niños (que no tienen porque aguantar todo eso) para realizar las compras que necesite.
Y vuestra preparación de la Navidad ¿Cómo es?