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La fecha próxima nos mueve a la reflexión, en un mundo donde pareciera que el sacrificio del Hijo de Dios fue inútil; el dolor y la angustia en salvamento de la raza humana parece no tener más sentido que la inutilidad.De ser cierto la magna historia de Jesús y más aún la de Jesucristo, el hombre no merecía ni una gota de sangre derramada del redentor; a través de la historia, el hombre ha demostrado que es el origen del mismo mal que aqueja todo cuanto existe; nada puede contener tanta maldad en su interior como el espíritu humano; sólo el hombre es capaz de odiar y despreciar intensamente, de masacrar, ciento, miles y hasta millones de congéneres. Ciertamente el hombre es malo, huella de su historia lo demuestra, el mal germina naturalmente en él, con mayor intensidad que la bondad.El Hijo de Dios anunció su regreso, seguramente de hacerlo, lo hará con el rayo flamígero enhiesto, furioso y descontento del camino recorrido por la raza humana. ¿Entonces pagaran todos los malos? ¿Pagarán en carne y espíritu el dolor causado? Los asesinos, los secuestradores, violadores y todo aquel ruin de espíritu deseará no haber nacido ante el furioso azote del castigo.Es fecha de recogimiento, la Semana Santa nos recuerda el sacrificio de un Dios-Hombre que creyó y tuvo fe en la espiritualidad del hombre y en su evolución.