Revista Viajes

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Por La Viajera Incansable @viajoincansable
Si Jerusalén es ya de por sí una ciudad tremendamente especial en la que acabas dejándote arrastrar por el peso de la historia y por una atmósfera repleta de sentimiento y pasión palpables allá donde vayas, vivir la Semana Santa en esta ciudad es un acontecimiento único. Ya sea desde el punto de vista de la fe o adoptando una aproximación histórico-cultural, la experiencia —te lo aseguro— no te dejará indiferente.

La procesión del Domingo de Ramos: llanto sobre Jerusalén y entrada en la ciudad

De acuerdo con los Evangelios del Nuevo TestamentoJesús hizo una entrada triunfal en Jerusalén a lomos de un borrico y en medio de una multitud que lo aclamaba con ramas de olivo en la mano y gritos de «Hosanna, bendito sea el que viene en nombre del Señor». El Domingo de Ramos es el día en que los cristianos conmemoran este hecho con el que se da inicio a la Semana Santa.

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El 14 de abril del pasado año fue el día en que, un año más, las laderas del monte de los Olivos albergaron la tradicional procesión del Domingo de Ramos. En ella, miles de católicos llegados de todo el mundo recrearon la entrada de Jesús a la ciudad amurallada.

«Al acercarse a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Id a esa aldea que está enfrente y, al entrar en ella, encontraréis atado un pollino en el cual no ha montado nunca nadie; desatadlo y traedlo. Y si alguien os preguntara por qué lo desatáis responderéis porque el Señor lo necesita. Fueron, pues, los enviados y encontraron conforme Jesús les había indicado. Mientras ellos estaban desatando el pollino, les preguntaron los dueños: “¿Por qué lo desatáis”; ellos respondieron: “Porque el Señor lo necesita”. Lo llevaron, pues, ante Jesús y, echando encima del pollino sus mantos, hicieron que Jesús se montara en él. Mientras él caminaba, las gentes extendían sus mantos por el camino» – Evangelio de san Lucas

El día amaneció caluroso por primera vez en los cuatro días que llevaba en la ciudad, pero, al salir a la calle, me di cuenta de que, una vez más, el viento cargado de arena había hecho su aparición. Como dijo una de las chicas de recepción, «es lo que tiene vivir en el desierto».

Salí pronto del albergue aun sabiendo que la procesión, como tal, no empezaría hasta las 2:30 h de la tarde. Necesitaba sentarme a releer bien el recorrido mientras desayunaba tranquilamente; luego, emprendería el camino hacia lo alto del monte de los Olivos, a unos dos kilómetros de la Ciudad Vieja, hasta llegar a la iglesia de Betfagé, desde donde arranca la procesión. Desde ahí, la ruta que sigue pasa por los siguientes lugares: (1) santuario y convento franciscano de Betfagé; (2) monasterio de las Carmelitas del Padre Nuestro; (3) capilla de la Ascensión del Señor; (4) capilla del Dominus Flevit; (5) iglesia ruso-ortodoxa de santa María Magdalena; (6) Getsemaní; (7) tumba de la Virgen María y gruta del Prendimiento; (8) lugar del martirio de san Esteban; (9) puerta de san Esteban; y (10) piscina probática.

mab_090328_0081Vista del monte de los Olivos desde el exterior de la muralla de la Ciudad Vieja: ya se ven grupos de gente y autocares | En primera línea, el viejo cementerio judío; en la colina, a la izquierda, la iglesia ortodoxa rusa de santa María Magdalena con sus inconfundibles cúpulas doradas; más a la derecha, asoma la capilla del Dominus Flevit Muchísimos autocares aparcados en las inmediaciones del cementerio judío

La procesión, suspendida al final del reino cruzado, se volvió a practicar en los siglos XVI y XVII por parte de los franciscanos con el Padre Custodio de Tierra Santa, que representaba la figura de Cristo montado sobre un asno. A partir de 1933, la procesión volvió a adquirir la máxima solemnidad presidida por el Patriarca Latino de Jerusalén.

Me llevé de casa una pequeña palma que, cada año, unas señoras fabrican con sus propias manos desde el garaje de la casa de una de ellas. Fue desde Cambrils a Jerusalén y vuelta 😉

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)La pequeña palma que me llevé de casa a Jerusalén está ahora colgada en mi terraza

La subida no es cosa de risa. Por el camino, en días así, tienes que ir sorteando los taxis que algunos optan por tomar para ahorrarse la caminata.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

A pocos metros ya de la aldea de Betfagé, hay que hacer un esfuerzo final subiendo esta empinada escalera.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)El gatito la subió como si nada

Luego, una pequeña bajada en la que me uní a otros caminantes y ya. Me hizo especial ilusión volver a ver al conocido como «Jesús de Jerusalén» (en inglés le llaman «the Jesus guy»). Se trata de Carl James Joseph, un peregrino católico de Detroit, Michigan, que ha vivido sin dinero dependiendo únicamente de la generosidad del prójimo los últimos treinta años. Descalzo y vestido con una túnica blanca, ha recorrido más de veinte países como misionero desde que eligió vivir como cree que lo hiciera Jesús hace más de dos mil años.  Le vi en mi primer viaje a Israel y Palestina de 2013, participando en la procesión del Viernes Santo y, seis años después, sigue en el mismo lugar. De hecho, acude a la ciudad santa cada año por estas fechas para seguir los pasos de Jesús; el resto del año, se le puede ver andando por las calles de Jerusalén o rezando en la iglesia del Santo Sepulcro.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Vi al “Jesús de Jerusalén” caminando entre este grupo de gente Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Aquí va, como siempre, descalzo, vistiendo una túnica blanca y con la Biblia en la mano

• La iglesia de Betfagé

Una vez en el patio de la iglesia pude ver a grupos de fieles de todo el mundo que habían acudido a celebrar la procesión. Funcionaban como comparsas de un carnaval: llevaban alguna prenda distintiva que los distinguía como grupo, ya fuera una camiseta, una gorra o ambas cosas y, por supuesto, una gran bandera de su país o comunidad religiosa. La gente cantaba, levantaba las palmas y ramas de olivo, incluso algunos venían con una coreografía ensayada de casa. Me quedé estupefacta.

Al cabo del rato, entré en la capilla a esperar que llegara la hora de iniciar la bajada, primero, y posterior subida a Jerusalén.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Patio y entrada a la iglesia de Betfagé, que significa “casa de las brevas”

En el año 1876, fue descubierta por un labrador una piedra cuadrangular con restos de pinturas de la época cruzada representando dos episodios de la resurrección de Lázaro y entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Después de comprar el terreno en 1880, se edificó tres años después un pequeño santuario que se denominó Betfagé y fue restaurado como se conserva hoy en 1954.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)La piedra está colocada a la izquierda del altar, en el interior de una vitrina | Un espejo (izqda.) permite apreciar el lado menos visible | Los dibujos muestran el encuentro entre Jesús y Marta (en la imagen); dos discípulos llevan a Jesús un asna y un pollino; Lázaro resucitando de entre los muertos; y, en el lado frente al altar, un grupo de gente con palmas  Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Rezando frente a la piedra Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Los frescos de las paredes y el techo datan de 1955 Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Preparándose para la procesión Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Detrás del altar, un fresco muestra a Jesús sobre el asna de camino al Templo acompañado por sus discípulos y con la gente levantando palmas y tendiendo sus ropas en el suelo a su paso Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)El techo de la iglesia está decorado con dibujos de flores y hojas | En tonos de marrón, los frescos de las paredes muestran a un grupo de gente preparándose para la procesión | Escrito en latín alrededor de las ventanas, las frases que la gente gritaba a Jesús durante su entrada triunfal | Sobre los frescos de las paredes están representadas todas las estaciones del viacrucis Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Grupo de católicos polacos posando frente al altar Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Una pareja proveniente de Polonia ataviada con el vestido tradicional Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)En la procesión participaron cientos de jóvenes “scouts” palestinos, cada grupo con su respectivo uniforme En el patio de la iglesia se dieron cita miles de peregrinos de todo el mundo, incluyendo grandes grupos de Filipinas, Polonia, Alemania, Estados Unidos, España y congregaciones de América Latina Fachada de la iglesia de Betfagé con la bandera de la Custodia de Tierra Santa ondeando En el patio de la iglesia, esta escultura recuerda el viaje que Jesucristo emprendió desde aquí, montado en un pollino y acompañado de sus apóstoles, hasta Jerusalén Todo son cantos y alegría

El recorrido que, como cada año, tuvo lugar en Jerusalén Oriental —la parte de la ciudad que Israel ocupó en 1967— contó con una importante presencia de palestinos católicos, incluyendo figuras religiosas locales.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Afinando el instrumento antes de empezar Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Algunos prefirieron contemplar el espectáculo desde lo alto de la iglesia

Por fin nos pusimos en marcha. Los palestinos fueron quienes encabezaron la procesión, que contó también con un grupo de cristianos hebreoparlantes, en su mayoría hijos de inmigrantes filipinos radicados hace mucho tiempo en el país, que se hicieron escuchar y se encargaron de hacerle un lugar al lenguaje oficial israelí.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Saliendo de Betfagé

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Grupo de novicios Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Frailes franciscanos

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Ante las miradas de los locales, que sacan las sillas a la calle Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Algunos niños musulmanes aprovechan para vender ramas de olivo a los participantes de la procesión Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Pasamos por calles habitadas por musulmanes jerosolimitanos… Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)…que no se perdieron detalle Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Me encanta esta foto Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)¿Ves al “Jesús de Jerusalén”? Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)La procesión es un acontecimiento seguido por la mayoría de cadenas de televisión 

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Si hay que destacar un grupo verdaderamente marchoso, ese fue el de Filipinas: no dejaron de bailar al ritmo de la música que atronaba desde unos altavoces portátiles Objetivo a la vista: la ciudad vieja de Jerusalén Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Zigzagueando monte de los Olivos abajo Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Todos los actos de Semana Santa tienen público Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Un grupo de españoles Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Asistiendo al espectáculo anual taza de café en mano Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Inmortalizando el momento Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Haciendo frente a la pronunciada bajada

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Atorados nuevamente Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Todo el mundo siguió el mismo camino, sin importar el cargo que ocuparan en la Iglesia Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Algunas decenas de palestinos evitaron la empinada pendiente pasando sobre y entre las lápidas del cementerio judío ubicado sobre el lateral del monte

• La capilla del Dominus Flevit

El Hijo de Dios eligió el sendero norte para ascender a Jerusalén y ante el lugar conocido como Dominus Flevit lloró al ver por última vez la espectacular vista de la ciudad.

A mitad altura de las faldas del monte de los Olivos se encuentra la capilla conocida como Dominus Flevit, es decir «donde el Señor lloró», puesto que ese se considera el lugar en el que Cristo derramó lágrimas al profetizar la destrucción de Jerusalén a manos de los romanos.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)La procesión pasando ante la puerta de entrada del Dominus Flevit mientras baja hasta el valle de Cedrón Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Entrada al santuario

«Al llegar cerca de Jerusalén, poniéndose a mirar esta ciudad, derramó lágrimas sobre ella, diciendo: ¡Ah, si conocieses también tú, por lo menos en este día, lo que puede atraerte la paz! Mas ahora está todo ello oculto a tus ojos. Días vendrán sobre ti en que tus enemigos te cercarán de trincheras, te rodearán y te estrecharán por todas partes. Y te arrasarán con los hijos tuyos, que tendrás encerrados dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra; por cuanto no has conocido el tiempo en que Dios te ha visitado» – Evangelio de san Lucas

Esta iglesia fue construida en 1930 por el arquitecto franciscano Antonio Barluzzi sobre los restos de una iglesia bizantina, de la que se conservan mosaicos del siglo VII y algunas columnas.

A mediados del siglo pasado, los franciscanos llevaron a cabo una serie de excavaciones que permitieron descubrir restos cananeos de la Edad de Bronce y un antiguo cementerio de las épocas romana y bizantina en el que se encontraron sarcófagos y osarios; algunos tienen signos cristianos evidentes y pertenecerían a las primeras comunidades judeocristianas de Jerusalén.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Se dice que la capilla tiene forma de lágrima en recuerdo de las derramadas por Jesús | Se pueden ver dos columnas de la antigua construcción bizantina y el exterior del gran ventanal desde el que se ven unas preciosas vistas de Jerusalén mab_100409_9494Vista de la ciudad desde el Dominus Flevit Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Restos del mosaico bizantino del siglo VII

El interior es muy sencillo. En la parte frontal del altar resalta un mosaico con la imagen de una gallina y sus polluelos alrededor de la cual se lee un mensaje en latín que hace referencia a una pasaje de la Biblia: «¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!» (Evangelio de san Lucas).

El punto culminante es, sin embargo, la vista de Jerusalén que, como hiciera Jesús, se puede contemplar desde la gran ventana situada detrás del altar.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Detalle del medallón del altar con la gallina y sus polluelos Jerusalén enmarcada por la ventana de la capilla al atardecer Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Desde el patio exterior, las vistas sobre la ciudad son magníficas

• La puerta de san Esteban o de los Leones

Jesús dejó a la izquierda el huerto de Getsemaní, vadeó el Cedrón y comenzó la penosa ascensión hasta el recinto amurallado, convencido en soledad del martirio que le aguardaba y nadie presentía cuando le recibieron con loas y hosannas. Allí fue aclamado por los mismos que días más tarde le vituperarían y vilipendiarían camino del Calvario hasta medir la cruz con su cuerpo martirizado.

«Y una gran muchedumbre de gentes tendían en el camino sus vestidos; otros cortaban ramas de los árboles y cubrían con ellas el camino. Y, tanto las gentes que iban delante como las que venían detrás, clamaban diciendo: “¡Hosanna al Hijo de David, bendito sea el que viene en nombre del Señor, hosanna en lo más alto de los cielos!”» – Evangelio de san Mateo

Al final de la ascensión hacia la Ciudad Vieja, justo frente a la puerta de san Esteban o de los Leones, se creó un gran tapón que nos dejó ahí parados un buen rato.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Aspecto actual de la puerta Dorada

Aprovecho este parón en el recorrido para aclarar que esta no fue la puerta elegida por Jesús para entrar en Jerusalén, sino la de su izquierda, la puerta Dorada, la más antigua y la única que conducía directamente al monte del Templo. Hoy en día es imposible cruzarla porque se halla tapiada desde 1541 por orden de Solimán el Magnífico.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Atorados frente a la puerta de san Esteban o de los Leones Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Vista de la procesión en clara subida hacia la puerta de san Esteban (a mi espalda) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)El recorrido es seguido por la comunidad musulmana y, por supuesto, por un gran número de soldados y policías israelíes, algunos de ellos de incógnito, fuertemente armados Tomé esta foto mientras estábamos parados frente a la puerta de san Esteban Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Y esta

Por fin cruzamos la puerta de san Esteban, así llamada porque se cree que en las inmediaciones este santo sufrió martirio; el nombre de puerta de los Leones se debe a los cuatro bajorrelieves que de este animal se exhiben en lo alto. Verás que, parapetadas en la parte superior, había unas soldados israelíes que se iban comunicando con los muchos que se encontraban vigilando nuestros movimientos a ambos lados de la entrada y en sus inmediaciones.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

• La iglesia de santa Ana y la piscina probática

Poco después de traspasar la puerta de los Leones, en el interior del barrio musulmán, a la derecha se puede entrar en el (normalmente) silencioso y discreto lugar que acoge la iglesia de santa Ana. Este es el punto que marca el final de la procesión del Domingo de Ramos.

El santuario custodia la piscina probática de Bethesda, donde Jesús llevó a cabo su primer milagro en Jerusalén curando al paralítico, y la casa de Joaquín y Ana, lugar en el que, según una tradición, se venera el nacimiento de la Virgen.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Llegando a la puerta de entrada del recinto que contiene la basílica de santa Ana

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)A pesar de que el santuario fue entregado a Francia después de la guerra de Crimea y que sea ahora custodiado por los misioneros de África llamados Padres Blancos, los franciscanos continúan celebrando aquí la natividad de la Virgen María y la Inmaculada Concepción. Ya durante la ocupación musulmana conseguían, de tanto en tanto y no sin cierta dificultad, venir a rezar a la cripta de la basílica a la que se accede a través de una de las naves laterales. En el siglo XVII obtuvieron, con un decreto oficial, permiso para celebrar aquí las dos festividades marianas.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Nada más franquear la puerta de entrada al recinto, nos encontramos en un precioso y amplio jardín | En ese día del Domingo de Ramos, la gente que participó en la procesión, se dispuso en corros y empezó a cantar y bailar Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Al fondo a la derecha, cruzando en jardín, se llega a la basílica de santa Ana | Por la puerta lateral de la iglesia, se entra a la cripta Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Santa Ana y la Virgen María de niña Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Una de las pinturas de la cripta

La iglesia es un espléndido ejemplo de monumento cruzado y está magníficamente conservada. Se encuentra más o menos en el mismo lugar que la anterior iglesia bizantina, destruida durante la invasión persa del 614.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Altar de la basílica de santa Ana

Edificada en 1140 por los caballeros cruzados, la basílica fue transformada, cincuenta años después, en una escuela coránica por Saladino y permaneció en manos musulmanas hasta 1856, fecha en que el sultán turco Abdul Mejid donó los terrenos a Francia.

No muy lejos de la basílica se puede visitar la impresionante excavación de las piscinas de Bethesda, que han tomado el nombre de la iglesia, llamada santa Ana y la probática. En este lugar, la tradición sitúa el pasaje de la curación del paralítico en sábado.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Pilares de la basílica (época bizantina) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte) Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)

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Fue un día muy emocionante a la par que agotador. Andar durante horas de la ceca a la meca para intentar conseguir la imagen que deseas entre una multitud que pretende hacer lo mismo sin dejar por ello de seguir el acto en sí no es tarea fácil, y los golpes, apretones, empujones y demás lindezas son lo más común del día. Parece mentira que personas que se supone asistimos a la celebración de la vida de alguien cuyo mensaje era el respeto y amor por los demás, lleguemos a enfadarnos por tener que esperar a que alguien haga una foto antes que tú (alguna televisión fue de lo más maleducada). El ser humano jamás dejará de sorprenderme —desgraciadamente, muchas veces para mal.

Pero, en fin, pelillos a la mar. Lo importante es que conseguí vivir la experiencia y estoy muy contenta por ello. Tras dejar a los últimos participantes de la procesión del Domingo de Ramos bailando y cantando en corros en el jardín de la iglesia de Santa Ana, mi intención era irme a mi habitación dando un paseo por la Vía Dolorosa, cruzando luego la Ciudad Vieja y saliendo, finalmente, por la puerta de Jaffa para subir por la Jaffa Road hasta mi albergue. Sin embargo, al poco de empezar, me interceptó uno de los vendedores de las tiendas de regalos y recuerdos que abundan en esta calle (la Vía Dolorosa) insistiendo en que pasara a tomar una taza de café mientras descansaba un rato.

Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)Descansando en la tienda de Amir todavía con mi pequeña palma atada a la mochila  Semana Santa en Jerusalén: siguiendo las últimas horas de vida de Jesús (1ª parte)¡Qué buena pinta tenía el café!

Acepté la invitación y me quedé como una hora charlando con Amir y echando una ojeada a los muebles, alfombras, juegos de mesa, joyas, jarrones y mil cosas más que tenía a la venta. Terminé marchándome con un collar y un fular de regalo porque, según dijo mi anfitrión, hacían juego con mis ojos. Auténtica hospitalidad palestina.


Más información:

♦ Christian Information Center. En la Ciudad Vieja: puerta de Jaffa, enfrente del museo Torre de David | Aquí te darán toda la información referente a los actos litúrgicos que se celebran en cualquier momento del año | Lunes a viernes: 9:00 h a 17:30 h; sábados: 9:00 h a 12:30 h; domingos y festivos cerrado | Email: [email protected]

♦ Iglesia de Betfagé. Horario de verano (abril a septiembre): todos los días, de 8:00 h a 12:00 h y de 14:00 h a 17:00 h; horario de invierno (octubre a marzo): todos los días, de 8:00 h a 12:00 h y de 14:00 h a 16:30 h | Gratuita

♦ Capilla del Dominus Flevit. Horario de verano: todos los días, de 8:00 h a 12:00 h y de 14:00 h a 18:00 h; horario de invierno: todos los días, de 8:00 h a 12:00 h y de 14:00 h a 17:00 h | Gratuita

♦ Iglesia de Santa Ana y piscina probática (o de Bethesda). Horario de verano: de lunes a sábado, de 8:00 h a 12:00 h y de 14:00 h a 18:00 h; horario de invierno: de lunes a sábado, de 8:00 h a 12:00 h y de 14:00 h a 17:00 h | Email: [email protected] | Precio de entrada:  15 NIS (unos 3 euros)

♦ Amir’s Oriental Treasures & Fine Jewelery. Vía Dolorosa, 22 | Email: [email protected]


Habiendo entrado en Jerusalén, Jesús se dirigió al templo, echó de él a todos los vendedores y llevó a cabo curaciones. Pasó los próximos días entre Betania (aldea situada a poca distancia de la de Betfagé) y el templo hasta que llegó el momento de preparar la cena de Pascua. 

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