Estamos acabando la semana santa y para las mujeres ha resultado terrible. Y ha sido terrible no sólo por las dos mujeres asesinadas por terrorismo machista que ha habido en el Estado Español, sino también por la sarta de estupideces que se han escrito como consecuencia de estos asesinatos.
Los medios de comunicación, los más potentes, como si se hubieran contagiado por la marea de regresión general se han apuntado a un retroceso en sus formas de redactar las noticias haciendo caso omiso a las recomendaciones que, desde algunas organizaciones de periodistas y comunicadoras, se han hecho al respecto y se ha apuntado al carro de que este tipo de noticias aparezcan en el apartado de “sucesos”. Así y al parecer volvemos a estar a un paso de que se vuelva a hablar de ”crímenes pasionales”, cuando en realidad se trata de asesinatos machistas consecuencia de eso que poca gente quiere llamar por su nombre y que se llama TERRORISMO MACHISTA.
Hace unos días leí en una red social que alguien (y al hilo de la negación de demasiada gente por nombrar a los asesinatos machistas como resultado de terrorismo machista) proponía la creación de una asociación de víctimas de terrorismo machista al estilo de las asociaciones de víctimas de terrorismo de ETA o del terrorismo islámico. La persona que lo proponía (que me perdone pero no recuerdo su nombre) apuntaba directamente a la complejidad de la creación de esta asociación por la propia dispersión de las víctimas de las mujeres asesinadas, pero creo que debería intentarse al menos para poner encima de la mesa las carencias a las que se somete a las víctimas de este tipo de terrorismo.
Además y en plena Semana Santa han sido asesinadas dos mujeres y nadie, de ningún estamento político ha salido a condenar públicamente estos brutales asesinatos producidos en Oliva (Valencia) y Lugo. Seguramente quienes ostentan el liderazgo político y, por supuesto el religioso, estaban demasiado ocupados saliendo en las procesiones que recorren la geografía del Estado y desfilando al lado de los “artísticos” pasos procesionales que rememoran la muerte hace más de dos mil años de alguien que en su momento también víctima de un asesinato. Pero, insisto, ocurrió hace más de dos mil años y se empeñan en recordar su dolor, su humillación y el calvario que sufrió aquel hombre, mientras ahora y aquí en cada pueblo y cada ciudad son muchas las mujeres que sufren ese mismo calvario cada día e incluso algunas de ellas acaban, también siendo asesinadas, pero al parecer, sus vidas, nuestras vidas de mujeres siguen valiendo bastante menos para ellos.
Y si faltaba algún “detalle” para redondear esta fatídica semana santa, surge una señora que no debe andar muy bien de entendederas a pesar de ser profesora universitaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia. Se llama Gloria Casanova e imparte la asignatura Doctrina Social de la Iglesia en tercer grado de Periodismo y no tuvo mejor idea que soltar perlas de este tipo en sus clases: “aunque tu marido te sea infiel, la verdadera prueba de amor es seguir amándole con lágrimas en los ojos, como Jesús lloraba en la cruz", "las mujeres maltratadas no deben separarse porque eso es amor", "el aborto en el caso de violación no es tolerable porque dentro de lo terrible de la violación sacas algo bueno, que es un hijo, un don de Dios", ” la homosexualidad se puede reconducir". Y yo me pregunto si esta señora se ha vuelto loca. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que tanto la dirección de dicha Universidad como la máxima responsable de la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana, justifican en aras de la “libertad de cátedra” dichas manifestaciones. ¿Es o no como para plantearse en qué sociedad estamos viviendo?
Este tipo de mensajes como el lanzado por esta persona en las aulas es un claro ejemplo del adoctrinamiento misógino que a través de las aulas, los de faldas largas y negras imponen a quienes a ellas acuden y, su adoctrinamiento en contra de las mujeres les lleva a aspectos tan irracionales como el hecho de hablar de amor de pareja y relaciones sexuales sin, teóricamente, conocer en experiencia propia ninguno de esos aspectos. ¿Se ha apoderado la locura de toda la sociedad?. Leyendo este tipo de cosas, creo que si.
Pero claro, ¿Qué podemos esperar de gente que entre sus sagradas escrituras tienen pasajes como este?:
“Jóvenes y viejos de Sodoma, toda la población hasta el último, gritaban a Lot: - ¿Dónde están los hombres [= ángeles] que han entrado en tu casa esta noche? Sácalos para que nos acostemos con ellos. Lot se asomó a la entrada, cerrando la puerta al salir, y les dijo: -Hermanos míos, no seáis malvados. Mirad, tengo dos hijas que no han tenido que ver con hombres; os las sacaré para que las tratéis como queráis, pero no hagáis nada a estos hombres que se han cobijado bajo mi techo”
(Génesis 19, 4-8).”
O este otro:
”Cuando pernoctaban en Loma un levita y su concubina, se acercaron unos pervertidos
pretendiendo acostarse con él. El dueño de la casa donde se hospedaban salió y les rogó de este modo: “-Mirad, tengo una hija soltera: os la voy a sacar, y abusáis de ella y hacéis con ella lo que queráis, pero a este hombre no se os ocurra hacerle tal infamia. Como no querían hacerle caso, el levita tomó a su mujer y se la sacó afuera. Ellos se aprovecharon de ella y la maltrataron toda la noche hasta la madrugada...”
(Jue 19, 24-29).”
¿Son estos pasajes o no un ejemplo de terrorismo machista dentro de las llamadas Sagradas Escrituras? Y eso por no hablar del mayor holocausto que nunca se ha realizado contra las mujeres y que lo cometieron los de faldas largas y negras en la Edad Media: la tortura hasta la muerte y la quema de entre cuarenta y setenta mil mujeres sólo en Europa acusándolas de brujas y por lo que todavía no han pedido perdón públicamente.
Y en estas fechas se pasan los días de procesión en procesión, venerando imágenes de alguien que fue torturado hasta la muerte, pero son incapaces de condenar los asesinatos de dos mujeres que han muerto esta misma semana. A eso se le llama coherencia, por supuesto.
Son ya catorce las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año y ese hecho a muchas personas nos produce mucho dolor y mucha rabia.
Debemos exigir que quienes nos gobiernan condenen públicamente estos actos de terrorismo machista.
Debemos exigirle a Ana Mato que no titubee a la hora de la condena pública y que destine recursos humanos y económicos para combatir este tipo de terrorismo, puesto que de lo contrario caerán estos asesinatos sobre su conciencia. Y es mujer. Y creo que profundamente religiosa. Deberá reflexionar sobre su papel institucional en esta materia.
Somos muchas y cada vez más hombres los que exigimos que se combata con todo tipo de recursos este tipo de terrorismo machista y que no se permitan discursos como el de esta docente impresentable y misógina de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia.
La sociedad en general estamos con mucho cansancio acumulado en nuestra espaldas y en nuestro día a día. Que se ponga coto a este tipo de actitudes que fomentan justifican y silencian el terrorismo machista. Quienes lo combatimos con todas nuestras fuerzas así lo exigimos a quienes tienen responsabilidades de toda índole.
Teresa Mollá Castells
[email protected]
La Ciudad de las Diosas
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