Revista Diario

Semana Santa ¿vacación o devoción?

Por Belen
Cuando estudiaba en el instituto tuve la suerte de tener a un gran profesor de Filosofía. Este mismo profesor también nos daba la asignatura de Ética. En el centro donde estudiaba no se daba Religión, sino Ética. Eso a los últimos cursos, los más pequeños podían elegir, o mejor dicho, elegían los padres. Curiosamente este profesor que nos daba impecablemente la clase de Ética era un católico convencido, practicante y profesor también de Catequesis. Pero era una persona respetuosa, y tenía un don estupendo y era enseñar a sus alumnos a pensar. Creo que fue el mejor profesor que tuve nunca, y fue con el que más debatí, debido a mi falta de fe y a mis dudas hacia la religión y la Iglesia. El siempre me "obligaba" a argumentar mis posturas, a pensar acerca de ellas, a buscar razones, por qués, me orientaba hacia otras ideas, me enseñaba otras posturas. Me enseño muchísimo. Pero le guardo en un lugar especial de mi memoria y siempre sentí no haber tenido contacto posterior con él.
Recuerdo que en vísperas de una Semana Santa nos mandó un trabajo, debíamos contar qué significaba para nosotros y nuestro entorno esta festividad religiosa, cómo nos afectaba, si lo celebrábamos y dónde íbamos. No quería un relato religioso de las procesiones, ya digo que dábamos Ética, quería que contáramos cómo lo vivíamos cada uno.
Y yo así lo hice, le conté que mis vacaciones las pasaba en la playa, con mi familia, que no había ningún contexto religioso, ni para mi, ni para las personas que yo veía por la calle, en la playa, en las terrazas, que las procesiones ahí estaban, y la gente se paraba a mirarlas por curiosidad porque pasaban por allí. Todo esto lo relataba yo en un amplio trabajo de muchas páginas. Conclusión, la Semana Santa como tal, como festividad religiosa la celebraban muy pocos donde yo estaba, y que lo normal era la gente festejando sus días libres y el solecito. Tuve un sobresaliente. Debatimos ese día en clase, fue magnífico.
Y siempre en estas fechas le recuerdo, con cariño y gratitud, y con mucho respeto, respeto hacia él como persona, como maestro y respeto hacia sus creencias y su fe. Una gran persona. Y me acuerdo muchas veces de él cuando veo a personas muy religiosas pero muy intolerantes, intolerantes contra quienes no practicamos, o no creemos o no nos convence esa institución llamada Iglesia.
Muchos años después Juan José (ese es su nombre) te puedo decir que veo lo mismo que veía entonces, muy pocos se preocupan de la religión en este pueblo al que vengo de vacaciones. Por el contrario muchos nos preocupamos del buen tiempo para poder llevar a nuestros niños a disfrutar a la playa. Pocos piensan en ese Jesús crucificado, pero en cambio todos paseamos con nuestro helado en la mano.
Y me resulta curioso que muchos de los que no celebran la Semana Santa se declaren católicos practicantes, me resulta curioso ya que yo que no soy católica, creo que es algo importante, hablamos de la crucifixión de Jesucristo, de la muerte de Jesús en la cruz, de su resurección, del sufrimiento de María al ver a su hijo muerto... En fin, que se te ponen los pelos como escarpias. Así que me sorprendo cuando se les llena la boca a muchas personas "sí, sí, yo soy practicante, yo creo en Dios, yo defiendo a la Iglesia, sí, sí ,sí", y te lo dice con la cervecita en la mano en una terracita tomando el fresco, mientras la Procesión del Silencio pasa por la calle del centro del pueblo. Así que, perdonadme pero eso no lo entiendo. O se es, o no se es, pero esto de las medias tintas no lo comprendo.
Curiosamente este profesor solo duró dos años en el colegio. No me preguntéis porqué, pues no lo sé a ciencia cierta. Parece que su forma liberal de enseñar, de hacernos pensar, de someter a debate incluso las clases de Filosofía no estuvo bien vista por la dirección. Mis notas en Filosofía fueron de sobresaliente siempre con él, aprendí muchisimo y se lo agradeceré siempre.

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