¡Buenos días!
Ya caso hemos terminado con nuestro segundo día en Edimburgo, una ciudad a la cual definen como mágica, antigua y preciosa. Nosotros vamos a terminar nuestro viaje a Edimburgo de la mano de la persona con la que lo comenzamos, es decir, con Angie Castells y su estupendo blog de Edimburgo llamado Más Edimburgo.
Mañana del día 2: Calton Hill y Princes Street
- ¡Buenos días! ¿Un buen desayuno para comenzar la jornada? En Broughton Street y sus alrededores encontrarás una gran variedad de cafeterías independientes, como la premiada Artisan Roast. Si es domingo y te encuentras por la zona, después del desayuno puedes aprovechar para dar un paseo por el Sunday Market, un peculiar mercadillo de segunda mano que se organiza en un párquing subterráneo.
- Con las pilas cargadas, nos encaminamos hacia Calton Hill, una colina que se eleva en pleno centro y que seguramente habrás detectado por la extraña colección de monumentos en la cima, como el National Monument, una réplica inacabada del Partenón de Atenas. Hay varios accesos, pero lo más sencillo es subir desde Waterloo Place, una calle que comienza en el extremo este de Princes Street. Desde Calton Hill obtendrás las vistas más clásicas de la ciudad, con la Old Town fundiéndose con la zona nueva y el Castillo despuntando al fondo, pero también una increíble panorámica que te permitirá ver Leith, los barrios norteños, el Firth of Forth y la costa de Fife al otro lado del mar. Si ya has paseado por Edimburgo, subir a Calton Hill brinda una bonita ocasión de divisar lo visitado, comprender la estructura de la ciudad y, en los días buenos, sentarse y disfrutar de un rato tranquilo.
- De vuelta a Waterloo Place, entra al Old Calton Cemetery, un lugar envuelto en oscuras leyendas habitual entre los tours de fantasmas de la ciudad. Pasea por las grandilocuentes construcciones y viejas tumbas del cementerio y encontrarás, entre otros, el lugar de reposo del célebre filósofo David Hume. Fíjate, entrando a mano izquierda, en una de las lápidas más curiosas y bien conservadas del cementerio, la de los padres del capitán John Gray.
- A la salida del cementerio nos adentramos en el centro de Edimburgo y comenzamos a recorrer Princes Street (‘La calle de los príncipes’), la avenida comercial por excelencia de la ciudad, siempre rebosante de compradores y autobuses. Su principal característica es que sólo se construyeron edificios en la cara norte, por lo que, en los días despejados, la luz la baña por completo. Son muchas las cafeterías que potencian esta circunstancia y se ubican en las plantas altas de los edificios, de modo que por el precio de un café se pueden contemplar unas preciosas vistas de la Old Town. Aunque hoy en día la mayoría de construcciones están ocupadas por tiendas de souvenirs y de ropa y la mayoría de sótanos originales no se conservan, la arquitectura de la vía resulta todavíagrandiosa y espectacular.
- En el extremo este, en la esquina con North Bridge, lo primero que encontrarás es el lujoso Hotel Balmoral. El reloj de la torre marca siempre dos minutos más de la cuenta para que los viajeros que se dirigen a la estación de Waverley, justo debajo del puente, no pierdan sus trenes.
- Un poco más adelante, en el valle que antiguamente ocupaba el lago Nor’ Loch, los bellosjardines de Princes Street se extienden hasta el final de la vía. Están divididos en dos tramos por The Mound, una colina artificial que conduce a la Old Town y a cuyos pies se yergue la Scottish National Gallery. En este tramo, las opciones son muchas. Si la temperatura es agradable, los jardines se llenan de gente comiendo al aire libre. También puedes subir a la torre gótica del monumento a Scott para tener unas vistas panorámicas excepcionales; hacer una visita rápida a las extensas colecciones de arte del museo (la entrada es gratuita, y en la planta baja hay una cafetería muy recomendable); ir de tiendas para comprar algún recuerdo… Una visita curiosa son los grandes almacenes Jenner’s, los más antiguos de Edimburgo. Se construyeron en 1838 y conservan un interior de estilo señorial.
- Si sigues paseando por Princes St, pronto llegarás al otro tramo de los jardines. Aquí, además de un ejército de ardillas, se encuentra el famoso reloj floral, que cambia de diseño cada primavera. Fíjate también en la casita del jardinero, ¡parece salida de un cuento! Otro detalle curioso y emotivo son las placas de los bancos, con inscripciones que la gente dedica a familiares fallecidos que disfrutaban de estos rincones. Las vistas del Castillo desde el final de los jardines, junto a la fuente de Ross, son todo un clásico.
- Cuando llegues al final de la calle, en la esquina con Lothian Road verás las iglesias de St John y St Cuthbert, además del Caledonian Hotel, de arenisca roja. Los sábados, muy cerca de aquí, en Castle Terrace, se celebra un animado mercado de productores escoceses, el Farmer’s Market, donde puedes comprar algo de comer, como una típica hamburguesa de Angus. Si prefieres sentarte, en Lothian Road encontrarás multitud de restaurantes de todo tipo. Otra opción es comer en un fast food de Princes St o comprar algo en un supermercado y sentarte en los jardines.
Tarde del día 2: Stockbridge y George St
- Es el momento de adentrarnos en la parte más tranquila de la New Town, lejos de la zona más turística. Desde Princes St, gira a la derecha por Hope St o South Charlotte St para llegar a la señorial Charlotte Square. Aunque durante gran parte del año la plaza está cerrada, en verano se transforma para albergar el magnífico Edinburgh International Book Festival. Alrededor de la plaza se levantan elegantes construcciones propias de la New Town, como The Georgian House, una casa-museo que permite descubrir la arquitectura de la zona e imaginar la opulenta vida allí unos siglos atrás. Sigue por North Charlotte St y, pasado Queen Street, llegarás a una bonita plaza circular, Moray Place. Fíjate en los típicos portales y sótanos; te encuentras en el corazón de la Ciudad Nueva.
- Al otro lado de la plaza, baja por Doune Terrace y toma Gloucester St, a la izquierda. Ante ti se extiende el encantador barrio de Stockbridge, colmado de pequeños comercios y charities. Los domingos, el barrio bulle de actividad gracias a su mercado de productores. Asómate a Circus Lane, una típica calle de mews, y prueba un típico queso escocés en la tienda de Mellis. Pasado el puente, las calles están llenas de cafeterías ydelicatessen, como Madeleine Espresso Bar, que elabora deliciosos macaroons.
- Si dispones de tiempo, una de las visitas más sorprendentes que puedes hacer en la zona es la aldea de Dean Village. Antes de cruzar el puente de Stockbridge, toma el camino que sigue el río Water of Leith, muy frecuentado por los caminantes. Entre los árboles, pronto verás el pozo de St Bernard. Sigue por el sendero, pasando de largo el puente de Queensferry, y en aproximadamente 15 minutos llegarás a las pintorescas casitas de Dean Village, una antigua aldea de molinos que descansa junto a las aguas y un remanso de paz que te hará sentir que te encuentras muy lejos de la ciudad. Explora los patios de piedra de la aldea, salpicados de ropa tendida y escenas cotidianas.
- De vuelta a Stockbridge, sigue Gloucester St en dirección al centro y en unos diez minutos te hallarás de nuevo en la cuadrícula que forman Queen Street, George Street, Princes Street y las calles perpendiculares que las atraviesan, uniendo los jardines de Queen St con los de Princes St.
- Dirígete a George Street, la más exclusiva de las tres avenidas, y síguela en dirección este. Aquí, además de oficinas, bancos, discotecas y restaurantes, encontrarás algunas de las tiendas más selectas de Edimburgo. Uno de los edificios más emblemáticos esThe Dome, situado casi al final de la calle. Lo reconocerás por sus imponentes columnas y su fachada de estilo neoclásico, que esconde un espectacular y lujoso interior donde degustar la gastronomía escocesa. Aunque la carta no es para todos los bolsillos, merece la pena visitarlo por dentro. Algo más asequible es un afternoon tea o, de noche, tomar una copa en el bar que hay bajo la inmensa cúpula que da nombre al edificio.
- Al final de George Street verás aparecer St Andrew Square, la plaza del este, dominada por el monumento a Melville. Está repleta de jardines y es un lugar animado, ya que a menudo acoge actividades y celebraciones. En el lado opuesto de la plaza comienza otra zona selecta: Multrees Walk, una pequeña calle peatonal con tiendas de marcas exclusivas. Si te apetece, puedes entrar a curiosear a los grandes almacenes Harvey Nichols, cuya cuarta planta alberga un restaurante-cafetería con unas vistas increíbles de la New Town y el mar. Además de ropa de diseño, en los pisos superiores se venden productos de alimentación de todo el mundo.
- Seguidamente, acércate hasta Rose Street, una encantadora calle peatonal que se abre entre George St y Princes St. La calle está colmada de tiendas, y muchos comercios de las avenidas tienen entradas traseras que desembocan aquí.
Nosotros ahora cogemos el avión rumbo a una ciudad encantadoras, es decir, nuestro segundo destino: Burjas.
Post original de Más Edimburgo.
Feliz día
Vicent
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